Diez cocodrilos momificados surgen de una tumba egipcia

Al primer vistazo, podrías pensar que en la imagen hay cocodrilos vivos que se mueven de manera furtiva a través del lodo. Sin embargo, se trata de animales momificados, han estado muertos durante más de 2500 años y se conservan gracias a un ritual que es probable haya honrado a Sobek, una deidad de la fertilidad honrada en el antiguo Egipto.

Las momias eran de diez cocodrilos adultos, tal vez pertenecieron a dos especies, cuyos restos fueron descubiertos hace poco en una tumba en Qubbet el-Hawa en la orilla oeste del río Nilo. El hallazgo se detalla en la revista PLoS ONE del miércoles.

El cocodrilo ha desempeñado un papel importante en la cultura egipcia durante milenios. Además de estar relacionado con una deidad, era fuente de alimento y partes del animal, como su grasa, eran usadas como medicamento para tratar dolores corporales, rigidez e incluso la calvicie.

Los animales momificados, incluyendo a los ibises, gatos y babuinos, son hallazgos relativamente comunes en las tumbas egipcias. Se han excavado restos mortales de otros cocodrilos momificados, pero la mayoría han sido muy jóvenes o crías; además, los que se descubrieron en este estudio nuevo estaban en excelentes condiciones.

Bea De Cupere, una arqueozoóloga en el Instituto Real de Ciencias Naturales de Bélgica y coautora del estudio, comentó: “La mayoría del tiempo, estoy lidiando con fragmentos, con cosas rotas. Escuchar que tienes diez cocodrilos en una tumba. Eso es especial”.

Un equipo de investigación liderado por Alejandro Jiménez Serrano, un egiptólogo de la Universidad de Jaén, en España, invitó a De Cupere al sitio en Qubbet el-Hawa. En 2018, unos investigadores descubrieron siete tumbas pequeñas debajo de un vertedero de basura de la época bizantina. En una de las tumbas (entre el vertedero y cuatro entierros humanos que se cree datan de 2100 a. C.), se encontraban los cocodrilos momificados.

De Cupere estudia todo, incluyendo huesos, dientes y caparazones, así como coprolitos (excrementos fósiles) e impresiones animales. La arqueozoóloga mencionó: “Cuando los arqueólogos están haciendo una excavación y encuentran restos animales que piensan vale la pena analizarlos, ahí es cuando nos llaman”.

Momias de cocodrilos, que se estima tienen una antigüedad de 2500 años, descubiertas en una tumba en Qubbet el-Hawa, Egipto, en la orilla oeste del río Nilo. (Patricia Mora Riudavets vía The New York Times)
Momias de cocodrilos, que se estima tienen una antigüedad de 2500 años, descubiertas en una tumba en Qubbet el-Hawa, Egipto, en la orilla oeste del río Nilo. (Patricia Mora Riudavets vía The New York Times)

De los diez restos de cocodrilos adultos momificados hallados, cinco solo eran cabezas y los otros cinco estaban en diversos estados de completación, pero uno, de más de 2 metros de largo, estaba casi entero. A menudo, las momias de animales y humanos son descubiertas envueltas en vendas de lino aseguradas con resina, lo que significa que los científicos usan técnicas como tomografías o rayos X para ver a través del material. Los cocodrilos de Qubbet el-Hawa no contenían resina y los únicos fragmentos de lino presentes habían sido ingeridos por insectos casi en su totalidad, lo que permitió a los investigadores estudiar las momias en el sitio de la excavación.

Con base en la forma del cráneo y cómo las placas óseas, o escudos, estaban dispuestas en los animales, el equipo generó la hipótesis de que la mayoría de los cocodrilos en la tumba parecían pertenecer a una especie, “Crocodylus suchus”, aunque otros eran “Crocodylus niloticus”. Salima Ikram, una egiptóloga en la American University en El Cairo que no estuvo involucrada en el estudio, afirmó que recolectar este tipo de información brindaba comprensión del antiguo Egipto sobre los distintos comportamientos de estas dos especies y con las que los egipcios querrían interactuar, porque, Ikram afirmó, “‘niloticus’ te comerá, mientras que con ‘suchus’ puedes, posiblemente, nadar en la misma alberca y vivir”.

La falta de resina también indica que es probable que los cocodrilos hayan sido momificados al ser enterrados en el suelo caliente y arenoso, donde se secaron de manera natural antes de que los pusieran en la tumba, lo cual los investigadores calculan que ocurrió antes de la dinastía ptolemaica del periodo helenístico, que se desarrolló entre 332 a. C. y 30 a. C.

De Cupere manifestó: “Desde la dinastía ptolemaica en adelante, usaron grandes cantidades de resina”.

El equipo tiene la hipótesis de que las momias de cocodrilo fueron sepultadas en alrededor del siglo V antes de Cristo, cuando la momificación de animales era cada vez más popular en Egipto. Sin embargo, será necesario usar la datación por radiocarbono para saberlo con certeza. Los investigadores esperan que, en el futuro cercano, habrá una oportunidad de realizar tal datación, así como análisis de ADN para verificar las dos especies.

Jiménez Serrano opinó: “El descubrimiento de estas momias nos ofrece nuevos conocimientos sobre la religión del antiguo Egipto y el trato de esos animales como una ofrenda”.

Ikram también considera estos descubrimientos como una ventana importante a la relación entre las personas y la necrópolis de Qubbet el-Hawa, desde los primeros entierros hace más de 4000 años hasta la actualidad.

Ikram concluyó: “Dentro de la comunidad, ¿cómo eran vistas estas tumbas? ¿Cuáles eran sus usos? Estás viendo cómo estas tumbas tenían vidas después de la muerte y vidas”.

© 2023 The New York Times Company

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