Detenido en Florida exmilitar sospechoso de matar a Víctor Jara hace 50 años

En una de las últimas canciones que el cantante folclórico chileno Víctor Jara grabó hace más de 50 años, transformó los versos de uno de los más grandes poetas de su tierra natal en una balada esperanzadora.

“Yo no quiero una patria dividida, ni por siete cuchillos desangrada. Quiero la luz de Chile enarbolada, sobre la nueva casa construida”, canta en “Aquí me quedo,” intercalando las palabras de Pablo Neruda con la guitarra.

Jara nunca terminó lo que sería su último álbum. En septiembre de 1973, fue torturado y asesinado durante un golpe militar que llevó al poder al general Augusto Pinochet en la nación sudamericana.

La esposa y las hijas de Jara han luchado durante medio siglo para que los responsables rindan cuentas. Pero no fue hasta principios de este mes que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) anunció que las autoridades arrestaron a Pedro Barrientos Núñez, un ex teniente de las Fuerzas Armadas de Chile que se sospecha ejecutó a Jara.

Lo arrestaron el 5 de octubre durante una parada de tránsito en el Condado Volusia, en la Florida central.

“Barrientos ahora tendrá que responder a los cargos que enfrenta en Chile por su participación en torturas y ejecuciones extrajudiciales de ciudadanos chilenos”, dijo el agente especial a cargo de Investigaciones de Seguridad Nacional en Tampa, John Condon.

Un tribunal chileno lo acusó formalmente de asesinar a Jara en diciembre de 2012. La Corte Suprema del país ordenó la extradición de Barrientos Núñez en enero de 2013. Se mudó a Estados Unidos en el 1990 con una visa de visitante y luego se naturalizó como ciudadano estadounidense en el 2010, según documentos judiciales.

El gobierno de Chile sabe desde hace años que el exteniente se encontraba en Estados Unidos. Pero su arresto, más de una década después de que fue acusado, destaca los desafíos que enfrenta el país para llevar ante la justicia a los funcionarios del gobierno que cometieron atrocidades durante los 17 años de Pinochet.

Valentina Infante Batiste, una socióloga chilena que estudia cómo los países recuerdan y responden tras las violaciones de derechos humanos y las dictaduras, dijo al Miami Herald que no fue hasta después del 1998, cuando Pinochet fue detenido por primera vez en Londres a pedido de las autoridades españolas, “que el motor de la justicia se aceleró”. Murió en 2006 sin haber ido nunca a la cárcel. La viuda de Jara abrió por primera vez una investigación criminal en 1978.

“La justicia en Chile se ha tardado mucho”, dijo Infante Batiste.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, dijo en una entrevista reciente con la emisora chilena Radio Pauta que las autoridades estadounidenses y chilenas se comunicaban sobre Barrientos Núñez desde hace mucho tiempo, pero que fueron diálogos secreto porque “estaba prófugo.” Las autoridades no querían que supiera que lo estaban buscando.

Barrientos Núñez se encuentra actualmente detenido en una instalación de ICE en el condado de Baker. Van Klaveren dijo que estaban esperando que lo deportaran. Las extradiciones desde Estados Unidos son generalmente un proceso de dos partes en el que un tribunal federal determina si la solicitud del otro país cumple con los requisitos necesarios. Luego, el Secretario del Departamento de Estado determina si entrega a la persona o no. Pueden tardar años y estar sujetas a apelaciones.

Un portavoz de la Corte Suprema de Chile dijo al Herald que a pesar de la acusación penal de 2012 en Chile, el proceso penal no había avanzado porque se encontraba en Estados Unidos.

“En Chile no se puede juzgar a las personas en ausencia…por lo tanto una vez que sea expulsado de Estados Unidos tendrá que retomarse el proceso penal en su contra”, dijo el portavoz por correo electrónico.

La oficina de Space Coast de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) de Tampa y la suboficina de Operaciones de Deportación y Deportación (ERO) de Miami del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de EE. UU. arrestaron a Pedro Paulo Barrientos Núñez durante una parada de tráfico en Deltona, Florida, el 5 de octubre de 2023.
La oficina de Space Coast de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) de Tampa y la suboficina de Operaciones de Deportación y Deportación (ERO) de Miami del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de EE. UU. arrestaron a Pedro Paulo Barrientos Núñez durante una parada de tráfico en Deltona, Florida, el 5 de octubre de 2023.

La búsqueda de justicia de una familia

El mes pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos calificó el 50º aniversario del golpe militar en Chile —que tuvo como resultado la muerte del presidente electo democráticamente Salvador Allende y el ascenso de Pinochet al poder— como una “oportunidad para reflexionar sobre esta ruptura en el orden democrático de Chile y el sufrimiento que causó”.

El gobierno estadounidense gastó en secreto millones para debilitar a Allende y a la izquierda de Chile en los años 60 y 70. La CIA reveló en documentos desclasificados que había intentado lanzar un golpe de estado por separado justo después de la victoria de Allende. La agencia dijo que no ayudó con el golpe de 1973.

Pero reconoció que conocía del plan, que estuvo en contacto con algunos de sus autores intelectuales para recopilar información de inteligencia, que no desalentó la toma del poder y que respaldó “activamente” a la junta militar después del derrocamiento de Allende.

Según estimaciones del gobierno chileno, más de 3,000 personas fueron asesinadas, desaparecidas y ejecutadas por razones políticas durante el gobierno represivo de Pinochet. Decenas de miles más fueron detenidas, perseguidas y torturadas.

Una de esas víctimas fue Víctor Lidio Jara Martínez, un conocido cantautor, dramaturgo, profesor universitario, poeta y aliado de Allende. Jara fue un miembro destacado del movimiento izquierdista Nueva canción chilena que buscaba preservar la tradición popular del país y al mismo tiempo abogar por el cambio social a través de la música. Cantó sobre los pobres y los indígenas de Chile y escribió baladas líricas contra la desigualdad social, la guerra y el imperialismo.

“Ya en su época era una persona tremendamente popular e influyente, sobre todo de la izquierda”, afirmó Infante Batiste.

Los militares llevaron a Jara a un estadio en Santiago en los días posteriores al golpe. La instalación deportiva se convirtió en un campo de detención y tortura donde miles de personas fueron retenidas. Barrientos Núñez era un teniente que supervisaba a los soldados allí y ordenó a sus subordinados torturar y matar a Jara, según una demanda que la esposa, las hijas y la sucesión de Jara presentaron hace una década contra él en un tribunal federal de Florida.

SCH03 - SANTIAGO (CHILE), 26/08/04.- Miembros de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AF.DD) festejan en el frontis del Palacio de Tribunales de Justicia en Santiago de Chile el desafuero al ex dictador Agusto Pinochet (1973-1990). La corte suprema de Chile ratificó, hoy jueves 26 de agosto, el desafuero para ser juzgado por su presunta participación en los crímenes de la “Operación Cóndor” consistente en la coordinación de la represión de las dictaduras en el Cono Sur. EFE/Iván Alvarado

Un exmiembro del ejército chileno testificó en un caso separado de 2009 que había visto a Barrientos Núñez dispararle al músico y haber sido testigo de su tortura. Jara fue brutalmente golpeado y baleado más de 40 veces, según la demanda. Su esposa e hijas lo enterraron en secreto antes de escapar al Reino Unido.

En 2016, un jurado civil dictaminó en el caso federal de Florida que Barrientos Núñez era responsable del asesinato y tortura de Jara. Se le ordenó pagar $28 millones en concepto de daños compensatorios y punitivos. Un juez de inmigración revocó su naturalización y le retiró la ciudadanía estadounidense en julio. Eso lo dejó sin base legal para estar en Estados Unidos.

Barrientos Núñez dijo en sus solicitudes de inmigración y entrevistas para residencia permanente y ciudadanía que no había estado involucrado en el servicio militar en otro país ni participado en el genocidio o matanza de personas por motivos de opinión política, según registros judiciales.

En agosto, la Corte Suprema de Chile condenó a seis exsoldados a 15 años y un día de prisión por matar a Jara y al abogado Littré Abraham Quiroga Carvajal, ex director general de prisiones durante el gobierno de Allende. También dictó una sentencia de una década por secuestro. Otro agente fue sentenciado por separado a más de cinco años por encubrir los crímenes.

‘El legado de Pinochet sigue presente’

El arresto y posible extradición de Barrientos Núñez se produce cinco décadas después del golpe militar. Han transcurrido más de 30 años desde que Pinochet perdió un referéndum que llevó a una transición de regreso a la democracia. Chile tiene un museo de la memoria de renombre mundial que conmemora a las víctimas de Pinochet, pues en la memoria colectiva chilena todavía perdura el sangriento legado de su gobierno.

El estadio donde estuvo recluido Jara de hecho lleva su nombre.

“El legado de Pinochet sigue presente. Es como un secreto a voces”, dijo Infante Batiste, la socióloga chilena.

Las alusiones a Allende, Pinochet y el golpe militar son parte de la conversación política actual, dijo Infante Batiste. Cuando el exactivista estudiantil y ahora presidente liberal Gabriel Boric entró al palacio presidencial por primera vez, saludó a la estatua de Allende. Los pinochetistas exhiben fotografías del general y su junta en las protestas de la derecha, lo que, según la académica, alguna vez fue “absolutamente impensable”.

El presidente chileno, Gabriel Boric, en una reunión de la Organización de Estados Americanos en Washington, DC, el 22 de septiembre de 2023.
El presidente chileno, Gabriel Boric, en una reunión de la Organización de Estados Americanos en Washington, DC, el 22 de septiembre de 2023.

Los misterios de los años de Pinochet aún siguen sin resolver: los científicos anunciaron en febrero que los restos de Pablo Neruda, el franco poeta comunista cuyas palabras Jara convirtió en canción, contenían altos niveles de una cepa de botulismo utilizada para envenenar a los prisioneros políticos, lo que levanta dudas sobre su fallecimiento en las semanas tras el golpe. Los expertos concluyeron en 2017 que no falleció de cáncer de próstata, la causa oficial de muerte.

Pero aún más preocupante para muchos es dónde podrían estar las mas de 1,000 personas que fueron detenidas y nunca más fueron vistas. Boric lanzó un plan para buscarlos, lo que Infante Batiste calificó como un gesto importante del gobierno que encargó al Estado la tarea de encontrarlos.

Históricamente, ha sido responsabilidad de los familiares de las víctimas impulsar las investigaciones, dijo. Pero Infante Batista reconoció los grandes desafíos que hay por delante. Los militares que presenciaron y perpetraron los secuestros y asesinatos tienen pactos de silencio. Envejecen y mueren sin revelar dónde están los desaparecidos.

Los chilenos que no han enterrado a sus seres queridos cargan con las heridas abiertas de una nación que alguna vez estuvo dividida.

“Atender el dolor de las familias, de las víctimas, es fundamental. Mientras no se cierre ese duelo, Chile no va a lograr paz”, concluyó.