Deslumbró como potencia olímpica y ahora es una sombra de lo que fue: Cuba y el ocaso de su deporte

La historia del deporte cubano recoge entre sus páginas memorables las proezas de atletas excepcionales que con sus actuaciones ubicaron a esta pequeña isla entre las primeras 15 potencias olímpicas del mundo.

Sí, esto es cierto, como también lo es que en estos momentos la otrora primera nación latinoamericana ha dejado de serla.

Y si este declive se sigue profundizando, muy pronto Cuba pudiera regresar al atrasado nivel deportivo que tuvo antes de 1961.

Su deporte nacional ha sido el béisbol y cuando tuvo el profesionalismo desde principios del siglo XX fue la segunda nación más poderosa, solo por detrás de las Grandes Ligas de Estados Unidos.

El boxeo estuvo encabezado por varias luminarias que ganaron campeonatos mundiales desde el primero en 1931, Eligio Sardinas “Kid Chocolate. En 1961, el gobierno cubano erradicó el deporte profesional.

En la pelota fue un pésimo error, pues unido a la Serie Nacional que se organizó lo correcto era mantener la Liga Cubana Profesional, una institución que contaba hasta con equipos propios en las Ligas Negras de Estados Unidos primero con los Cuban Stars y All Stars, cuyos propietarios fueron Abel Linares y Agustín “Tinti’’ Molina; por último con los New York Cubans de Alejandro Pompez que guiados por Orestes Miñoso y Luis Tiant (padre) ganaron en 1947 la Serie Mundial del torneo donde lo único blanco era la pelota.

Cuba también tuvo dos elencos en Ligas Menores, los Havana Cubans de Baldomero “Merito’’ Acosta que arrasaron en Clase A; y los Cuban Sugar Kings del dueño del Estadio del Cerro, Roberto “Bobby’’ Maduro.

La absurda medida de eliminar el beisbol profesional con el paso del tiempo hizo estragos en el deporte de las bolas y los strikes pasando a ocupar un sexto o séptimo puesto a nivel internacional debido a las fugas de centenares de peloteros en busca de actuar en países donde se practica el profesionalismo.

Antes de 1961 solo el boxeo y el béisbol sobresalían

Pero, en honor a la verdad debemos reconocer que antes de 1961 en Cuba solamente existía un legítimo desarrollo deportivo en béisbol y boxeo.

En las restantes disciplinas existieron varias figuras de reconocimiento mundial encabezadas por el ajedrecista José Raúl Capablanca, el esgrimista Ramón Fonst, el velocista Rafael Fortún y la versátil atleta Bertha Díaz.

Después de 1961, el nuevo gobierno inició una transformación en muchos aspectos de la sociedad cubana. A partir de esta fecha, la llamada feria del músculo y la mente tuvo como su primer lema: “El deporte derecho del pueblo’’.

Se comenzó a practicar el deporte masivamente, se organizaron escuelas deportivas para niños y jóvenes (EIDE y ESPA) en las principales ciudades para formar futuros campeones con asesoramiento técnico del llamado campo socialista en disciplinas que no se practicaban en Cuba.

Muchas más cosas se hicieron, incluyendo politizar el deporte y usarlo como instrumento de propaganda a favor del gobierno.

Con todos estos movimientos se lograron muchos éxitos deportivos pasando a ser Cuba no solo una tierra de grandes peloteros y boxeadores, también de centenares de atletas en otros deportes que han escrito páginas de gloria en Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales, Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos.

En Olimpiadas esta pequeña isla ha sumado 244 medallas desglosadas en 86 de oro, 70 de plata y 88 de bronce.

De ellas, solo seis fueron antes de 1960 por obras del esgrimista Ramón Fonst, que sumó cinco entre 1900 (París) y 1904 (San Luis), y Carlos de Cárdenas Cumel con su hijo Carlos de Cárdenas Plá, que lograron una de plata en 1948 (Londres) en la especialidad star class de yatismo.

Existen proezas únicas del deporte cubano que sobresalen sobre los restantes éxitos.

Recordemos solo algunas de ellas. De Cuba es el único ajedrecista latino campeón mundial, José Raúl Capablanca.

El único campeón olímpico de esgrima latinoamericano es cubano, Ramón Fonst. El saltador de altura más grande de la historia Javier Sotomayor, nació en el pueblo de Limonar, en Matanzas.

El único atleta ganador de 400 y 800 metros planos en unos mismos Juegos Olímpicos ha sido Alberto Juantorena.

Erislandy Álvarez ganó la única medalla de oro del boxeo cubano en los Juegos Olímpicos de París.
Erislandy Álvarez ganó la única medalla de oro del boxeo cubano en los Juegos Olímpicos de París.

En Cuba nació la mejor jugadora de voleibol del Siglo XX, Regla Torres.

Y de esta isla es el único equipo femenino de voleibol en ganar tres olimpiadas consecutivas, “Las Morenas del Caribe’’.

En boxeo, sobresalen dos figuras que conquistaron tres medallas de oro seguidas en Juegos Olímpicos, Teófilo Stevenson y Félix Savón.

Y en el pueblo de Herradura en Pinar del Rio, nació el mejor luchador de la historia y el único atleta en ganar cinco olimpiadas consecutivas en un deporte individual, Mijaín López.

Estas no son las únicas proezas del deporte cubano, lo cual podríamos citar otros grandes momentos y a otros brillantes atletas, incluyendo en el béisbol amateur y profesional antes y después de 1961.

Todo esto es cierto y ninguna persona que se adhiera a la verdad lo puede negar, lo cual demuestra la grandeza deportiva del atleta cubano.

Una sombra de lo que fue

Pero también como verdad irrefutable podemos decir que la otrora potencia deportiva olímpica, en estos momentos es solo una sombra de lo que fue.

En los Juegos que acaban de concluir en París, Cuba sumó un total de nueve medallas con solo dos de oro, una de plata y seis de bronce para terminar en el puesto 32 entre todos los países que compitieron.

Si comparamos estas preseas con las logradas hace cuatro años atrás vemos que sumaron seis menos, pues en Tokio ganaron 15; siete de ellas de oro, tres de plata y cinco de bronce para ocupar el puesto número catorce, por debajo de otro país latinoamericano como Brasil, que terminó en la posición doce con 21 medallas (7-6-8).

Si nos adentramos a etapas más lejanas desde que se inició el llamado “deporte revolucionario’’ el descenso en nivel como potencia deportiva ha sido abrumador.

En Barcelona 1992, Cuba ganó el mayor número de medallas de su historia con 31; de ellas 14 fueron oros, seis platas y 11 bronces, ocupando el quinto lugar en el medallero por países.

Las nueve preseas obtenidas en París 2024 (2-1-6) es la menor cantidad lograda por Cuba desde Munich 1972 cuando sumaron ocho, con la diferencia que en dicha edición hubo una más de oro (3).

En estos Juegos celebrados en la capital francesa también compitieron 21 atletas cubanos representando a otros países.

La luchadora cubana Yusneylis Guzmán (der.) ganó la medalla de plata en estilo libre 50 kg femenino de los Juegos Olímpicos de París, tras perder el combate por el oro con la estadounidense Sarah Hildebrandt, bronce en Tokio en 2021.
La luchadora cubana Yusneylis Guzmán (der.) ganó la medalla de plata en estilo libre 50 kg femenino de los Juegos Olímpicos de París, tras perder el combate por el oro con la estadounidense Sarah Hildebrandt, bronce en Tokio en 2021.

De ellos, siete ganaron medallas, sólo dos menos que las logradas por la delegación oficial de la isla.

Cubanos brillan en París con otras banderas

Entre estos deportistas se encuentra la mejor mujer voleibolista del mundo que actuó con Turquía, Melissa Vargas, que fue la más destacada en el orden individual con 159 puntos anotados (145 en ataques, 8 bloqueos y 6 servicios).

Otro voleibolista, Wilfredo León, con Polonia, ganó plata y fue el atleta individual más destacado en la rama masculina.

El boxeador Loren Berto Alfonso lo hizo con Azerbaiyán ganando medalla de plata y el también pugilista Enmanuel Reyes Pla representó a España para un bronce en los 82 kilogramos.

Tres deportistas de triple salto fueron los que subieron al podio para recibir las medallas de oro, plata y bronce: Jordan Díaz saltó 17.86 para ser campeón olímpico con España, Pedro Pablo Pichardo terminó segundo (17.84) con Portugal y Andy Diaz Hernández fue tercero (17.64) con Italia.

Todos estos atletas más otro grupo de voleibolistas que actúan en Europa, decenas de peloteros, boxeadores y de los restantes deportes que compiten a nivel profesional; así como otro grupo de entrenadores que imparten sus conocimientos en diferentes regiones del mundo tuvieron que marcharse del país donde nacieron por la ausencia de oportunidades económicas.

Es cierto que Cuba todavía se mantiene como la nación latinoamericana con el mayor número de medallas en la historia de los Juegos Olímpicos con 244, seguido por Brasil (170), Argentina (80), México (78) y Colombia (38).

Pero en los tres últimos Juegos Olímpicos, Brasil ha superado a Cuba.

En Río de Janeiro 2016, los cariocas sumaron 19 medallas (7-6-6) para ocupar el puesto 13, mientras que Cuba logró 11 (5-2-4) y se ubicó en el lugar 18.

En Tokio, Brasil con 21 preseas (7-6-8) terminó en la duodécima posición, mientras que Cuba con 15 (7-3-5) en la decimocuarta.

Ahora en París 2024, Brasil con 20 medallas (3-7-10) finalizó en el puesto 20 y Cuba con sus nueve (2-1-6) quedó bien lejos en el lugar 32.

Los números no mienten, así que podemos asegurar que Brasil es desde el 2016 la principal potencia deportiva de Latinoamérica.

La voleibolista cubana Melissa Vargas fue la máxima anotadora de los Juegos de París con 159 puntos y comandó la selección de Turquía que alcanzó el cuarto puesto.
La voleibolista cubana Melissa Vargas fue la máxima anotadora de los Juegos de París con 159 puntos y comandó la selección de Turquía que alcanzó el cuarto puesto.

Y Cuba, en estos momentos ha dejado de serla. El declive deportivo de Cuba como nación no es por ausencia de talento, pues está demostrado que en esa isla se levanta una piedra y debajo de ella sale una estrella del deporte.

El gobierno cubano culpa de su caída en los deportes al embargo económico de Estados Unidos que causa los problemas económicos y sociales que padece el país, así como al robo de talento.

Justificación para evadir las verdades.

Pero ese embargo y robo de talento no es más que una justificación para evadir otras verdades.

Lo que el gobierno llama robo de talento no es más que la huida en masa de jóvenes que reúnen todos los atributos para triunfar en los deportes a nivel mundial que deciden buscar un futuro mejor para ellos y su familia en lo económico y en lo profesional.

En pleno siglo XXI las autoridades de Cuba aún mantienen al deporte subordinado a la ideología política y sus dirigentes actúan alejados de la realidad del mundo moderno.

Si Cuba fuera capaz de guiar sus pasos de manera inteligente por dicha modernidad deportiva sin ponerles barreras a sus deportistas para competir al más alto nivel, sin importar el dinero que ganen por sus aptitudes atléticas sin que tengan que abandonar la tierra donde nacieron, entonces volverá a ser la potencia olímpica que fue, y aun lo sería en mayor medida porque la mayoría de sus atletas que brillen en torneos profesionales de otros países actuarían con los colores de su legítima bandera.

Pero si los que dirigen esta nación por mantenerse brutos, incompetentes y autoritarios, no pueden encaminar el deporte por la senda correcta, la fuga de atletas seguirá en aumento incluyendo una huida en masa en los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028.

Y adelantándome a estos pronósticos, debo repetir lo siguiente: “Si en un futuro cercano las autoridades de la isla no son capaces de rectificar todos los errores que han cometido, esa Cuba que llegó a convertirse en potencia deportiva mundial y que aún se mantiene en el lugar 16 del medallero general de los Juegos Olímpicos, seguirá hundiéndose en lo más profundo de la mediocridad y muy pronto pudiera regresar al atrasado nivel deportivo que tuvo antes de 1961. Esta es la realidad. Y así la expresamos.