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Desinformación y machismo merman la salud de las mujeres mexicanas


El machismo y la falta de información son dos determinantes que en pleno siglo XXI limitan o deterioran la salud de las mujeres a nivel mundial, según apuntan diversas expertas. Desde problemas determinados por estereotipos de género como las dietas abrasivas para bajar de peso que, a su vez, hacen surgir enfermedades psicológicas, hasta la falta de atención ginecológica o uso de métodos anticonceptivos por creencias religiosas, vergüenza o miedo, estos denominados “venenos sociales” impactan directamente en que a las mujeres se les diagnostique tardíamente una enfermedad.

Sin embargo, hay más probabilidades de que las mujeres se atiendan ahora, a diferencia de otras épocas, gracias a las redes sociales, medios de comunicación y consultas en línea.

Para María Fernanda Hernández Castillo, especialista en Ginecología y Obstetricia en el Hospital Gea González, con alta especialidad en FUCAM (Fundación de Cáncer de Mama), si bien hay más prevención y difusión para que las mujeres realicen chequeos rutinarios, en zonas relegadas o vulnerables el acceso a la salud resulta más un privilegio que un derecho. 

“México se caracteriza por ser un país donde todavía hay mucho machismo, y esto limita el acceso a los servicios de salud para las mujeres. Se ha tratado de llevar los medios hasta allá, pero todavía están cortos. Falta información, y también el que las mujeres nos empoderemos en conocer nuestra salud y un hábito de autocuidado”, dice en entrevista con Newsweek en Español. 

De acuerdo con las Proyecciones de la Población de México y de las Entidades Federativas, en 2022 hubo un total de 130 millones 118,356 personas, de las cuales, 66 millones 425,589 son mujeres (51.1 por ciento). De esa cifra, 52.6 por ciento son mujeres de 15 a 49 años, un intervalo donde la mujer suele vivir su etapa reproductiva y se denomina grupo en edad fértil (MEF). 

“TENEMOS UN SISTEMA DE SALUD FRAGMENTADO”

Entre las principales causas de muerte entre las mexicanas destacan las enfermedades del corazón, diabetes mellitus y los tumores malignos (cáncer). En el primer semestre de 2022 se registraron 190,938 decesos de mujeres, según datos del Inegi. Bajo ese panorama desolador, aun cuando las mujeres viven más que los hombres, también las especialistas se plantean: “¿En qué condiciones?”

“Las mujeres tienen una expectativa de vida mayor que el hombre, aproximadamente de 6.4 años. La mexicana vive en promedio 77.4 años, pero eso no significa que la mujer tenga una mejor salud o calidad de vida. Es lamentable que el derecho a la salud en México no esté garantizado. Tenemos un sistema bastante fragmentado que invierte poco y que a veces no alcanza a cubrir todas las necesidades poblacionales”, comenta Stephany de Luna Jiménez, médica especialista en Cirugía Oncológica y General, quien actualmente labora en el Hospital General Ajusco. 

En las últimas décadas, a voz de las expertas, la salud de la mujer ha evolucionado sobre todo en el acceso a la educación sexual y reproductiva. Pero otros temas no tienen avances, mientras otros surgen como el consumo de alcohol y tabaco. 

En cuanto a la salud reproductiva, en 2018, el porcentaje de MEF que usaron métodos anticonceptivos durante su primera relación sexual fue de 40.2 por ciento, esto conforme al Consejo Nacional de Población (Conapo, 2020).

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Stephany de Luna Jiménez, médica especialista en Cirugía Oncológica y General. (Cortesía)

ROLES DE GÉNERO

En ese entonces, el método más utilizado por las MEF fue el condón masculino, con 86.9 por ciento, y 13 por ciento usó otro tipo como las pastillas anticonceptivas, métodos tradicionales, condón femenino, inyecciones y pastillas de emergencia. 

—¿Cómo afectan los roles de género en la salud de la mujer? —preguntamos a De Luna Jiménez.

—Recae en las creencias, valores y el comportamiento, sobre todo el pudor que la mujer tiene hacia su cuerpo. Muchas veces, más común en las adultas mayores de 65 años, se desatienden. No acuden a una revisión, por ejemplo, en el tema oncológico dejan avanzar cierto tipo de cáncer; pero también está la salud mental y trastornos alimenticios, entre otros. 

“Existe este pensamiento de ‘yo tengo que cuidar a todos’, pero ¿cuándo cuidan de sí mismas? Sigue prevaleciendo la imagen de cuidadora del hogar. En consulta, muchas pacientes me dicen ‘fui caminando al mercado’, sí, pero es parte de tu rutina, no implica esfuerzo alguno donde quemen más calorías”, agrega. 

Datos de la Secretaría de Salud refieren que la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue de 76 por ciento en mujeres, cuya condición trae enfermedades como presión arterial alta (hipertensión), ataque o derrame cerebral, diabetes, colesterol LDL alto, síndrome de apnea del sueño y problemas osteoarticulares. 

ÁREAS POR CUBRIR

Se estima que en el mundo hay 2.3 millones de casos nuevos de cáncer de mama. Además, ocupa el quinto lugar de muertes en mujeres, a excepción de Nueva Zelanda, norte de Europa, América del Norte y China, donde predomina el cáncer de pulmón y, en África, el cervicouterino.

En México, en 2020, el cáncer de mama fue la enfermedad más frecuente y la primera causa de muerte en mujeres, con un estimado de 29,929 nuevos casos y 7,931 víctimas mortales. En esta batalla, en muchas ocasiones se opta por la mastectomía, cuyo objetivo es retirar el tumor del seno de quien padece esta enfermedad. Si la detección es oportuna, existe la posibilidad de realizar una cirugía parcial sin necesidad de retirar el seno completo.

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María Fernanda Hernández Castillo, especialista en Ginecología y Obstetricia en el Hospital Gea González. (Cortesía)

No obstante, Stephany de Luna Jiménez explica que esta cirugía conservadora donde el médico solo extirpa el cáncer, un poco del tejido normal que lo rodea y tal vez uno o más ganglios linfáticos de la axila— requiere de otro tratamiento escaso en el país. 

“La idea a nivel mundial es hacer una detección oportuna para que las mujeres no tengan una mastectomía radical, se les llama cirugías conservadoras. Únicamente es quitar la parte que está afectada y no toda la mama. Sin embargo, este tratamiento quirúrgico conservador requiere a su vez de otra terapia adyuvante, es decir, que complemente la parte quirúrgica. Y generalmente es con radioterapia, (pero) está superlimitada y escasa en general en todo el país”, dice. 

DIAGNÓSTICO INCORRECTO

Aunado a ello, las mujeres también se enfrentan a un diagnóstico erróneo, como el caso de Daniela Xolalpa, de 23 años. A principios de 2020 ella se detectó una bolita en el seno izquierdo, por lo que acudió a una institución privada para saber su diagnóstico. Después de un ultrasonido le dijeron que “era algo normal con lo cual tendría que vivir siempre”. 

Sin embargo, optó por una segunda opinión, en donde el resultado fue un fibroadenoma quístico. Más tarde decidió buscar una tercera opción y llegó a FUCAM, A. C., la primera y única institución privada sin fines de lucro en México y América Latina que ofrece tratamiento integral y seguimiento especializado de cáncer de mama.

Si bien el diagnóstico previo fue certero, tuvieron que realizarle una biopsia. Afortunadamente no hubo cáncer y tampoco fue necesario una intervención quirúrgica. Empero, esa primera valoración dejó en ella una gran incertidumbre. En ese sentido, la doctora Hernández Castillo apunta que, a partir de los 20 años, las mujeres deben realizar una autoexploración mes con mes. Diez días después del periodo menstrual porque durante ese tiempo las mamas pueden estar congestivas y hacer que no se delimiten adecuadamente. 

“A partir de los 25 años está indicado que lo realice un especialista, pero hay que hacer conciencia desde las niñas cuando tienen su primera menstruación de conocer su cuerpo, autoexplorarse y de hacerse un hábito desde las primeras dos décadas de su vida”, señala.

UN DÍA PARA LA SALUD DE LAS MUJERES

El 28 de mayo de 1987 se instituyó el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer con la finalidad de denunciar los problemas que afectan a la salud sexual y reproductiva de las adultas, jóvenes y niñas a nivel global.

Según el Consejo Nacional de Población, con esta fecha las mujeres reclaman sobre el abandono de los programas de control de natalidad llevados a cabo sin su participación, incrementar un acceso universal a la salud. Así como reevaluar la progresiva medicalización de los cuerpos de las mujeres, asegurar el acceso a métodos anticonceptivos seguros, entre otras.

Salud de las mujeres mexicanas
En las últimas décadas, a voz de las expertas, la salud de la mujer ha evolucionado sobre todo en el acceso a la educación sexual y reproductiva. (Cuartoscuro)

EJERCICIO Y BUENA ALIMENTACIÓN EN LAS MUJERES

Algunas recomendaciones que ofrece el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS) para el cuidado de salud en las mujeres son:

Actividad física. Realizar al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana o 75 minutos de actividad vigorosa. 

Higiene personal. Tomar un baño diario para eliminar células muertas y sudor, así como evitar jabones con exceso de grasa o perfumes para limpieza del área genital.

Detección temprana de enfermedades. Realizar chequeos rutinarios para las detecciones de cáncer cervicouterino y de cáncer mamario, así como de hipertensión arterial, diabetes mellitus y niveles de colesterol.

Alimentación. Realizar tres comidas que incluyan verdura, fruta, cereal, leguminosas y alimentos de origen animal en horarios establecidos. Además, incluir un refrigerio a media mañana y a media tarde, y evitar el consumo de alimentos y bebidas azucaradas y con alto contenido de grasa.

Salud bucal. Cepillar los dientes tres veces al día con pasta dental, utilizar hilo dental antes del cepillado dental nocturno y enjuague bucal con fluoruro. También se debe acudir al Servicio de Estomatología cada seis meses para prevenir y controlar la caries dental y la enfermedad de las encías.

Vacunas. Aplicar dosis contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) a niñas de quinto año de primaria y de 11 años no escolarizadas. Se administra en el brazo izquierdo mediante una inyección intramuscular. En total son dos dosis, la segunda se aplica a los seis meses después de la primera dosis. N