La desinformación es uno de los desafíos más grandes de la cumbre climática

Llamas y maleza humeante en una zona de incendios forestales al norte de Obedjiwan, Quebec, Canadá, el 12 de junio de 2023. (Renaud Philippe/The New York Times)
Llamas y maleza humeante en una zona de incendios forestales al norte de Obedjiwan, Quebec, Canadá, el 12 de junio de 2023. (Renaud Philippe/The New York Times)

Mientras los líderes mundiales se reúnen esta semana en una importante cumbre para debatir formas de hacer frente a los efectos del calentamiento global, uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentan es la desinformación.

Entre las mayores fuentes de información falsa o engañosa sobre el clima mundial, según un informe publicado esta semana, se encuentran las naciones influyentes, incluyendo a Rusia y China, cuyos diplomáticos asistirán. Otros son las empresas que extraen combustibles fósiles y los provocadores en línea que ganan dinero compartiendo afirmaciones acerca de que el calentamiento global es un engaño.

Difunden falsedades diversas y a menudo desmentidas: los seres humanos no son responsables del cambio climático; los recientes incendios forestales fueron provocados y no por condiciones más cálidas y secas; el mundo se está enfriando; los gigantes del petróleo y el gas están liderando la carga hacia la neutralidad del carbono, y las advertencias sobre el medioambiente son una excusa para que las élites autoritarias desestabilicen el mundo en desarrollo y obliguen a todo el mundo a encerrarse y a llevar una dieta de insectos y alimentos cultivados en el laboratorio.

Según los expertos, sus esfuerzos ya han erosionado considerablemente la presión pública y la voluntad política necesarias para evitar un futuro funesto para el planeta.

Jennie King, autora de un nuevo informe de Acción Climática Contra la Desinformación, una coalición internacional de más de 50 grupos de defensa del medioambiente, afirma: “Lo que ha cambiado radicalmente es la importancia que han adquirido en la vida pública la mala información y la desinformación sobre el clima”.

Las afirmaciones infundadas, advertía la coalición en su informe, han aumentado las teorías conspirativas, las divisiones sociales y el acoso. El informe señalaba una “alarmante movilización hacia la violencia” contra quienes están relacionados con el trabajo sobre el cambio climático, entre ellos meteorólogos españoles que informaron sobre el clima extremo de primavera y, luego, se enfrentaron a ominosas amenazas y acusaciones de que eran “asesinos”.

La campaña contra una acción significativa para frenar las emisiones está impulsada por un ecosistema con “extrañas lealtades informales y solapamientos” entre países, empresas y personas, todos ellos con agendas y motivaciones dispares, pero unidos en su deseo de desacreditar la amenaza del cambio climático, afirmó King.

“En realidad se trata de la normalización de la desinformación, más que de su volumen”, afirmó King, que dirige la unidad de inteligencia de la coalición en la cumbre. “Eso es lo que más me preocupa: la gran atracción y la resonancia emocional que parece tener este tipo de contenido”.

Los investigadores esperan que la desinformación y las caracterizaciones engañosas de los objetivos de la cumbre aumenten a medida que los delegados se reúnan en los Emiratos Árabes Unidos para la cumbre, conocida como COP28. Ya esta semana circularon por las redes sociales teorías conspirativas sin fundamento que afirmaban que los gobiernos estaban utilizando el cambio climático como pretexto para arrebatar tierras a los agricultores y provocar una escasez deliberada de alimentos.

Los Emiratos Árabes Unidos son uno de los principales exportadores de petróleo, menos conocido por sus compromisos climáticos que por el voraz consumo de recursos de su ciudad más poblada, Dubái. Este verano, un experto en desinformación de Catar descubrió al menos cien cuentas falsas en las redes sociales que defendían la ubicación de la cumbre y a su presidente, el ejecutivo petrolero emiratí Sultan al Jaber. Un documento interno reveló esta semana que los EAU planeaban utilizar su papel de anfitrión para buscar acuerdos sobre petróleo y gas en todo el mundo.

Según los investigadores, antes de la cumbre del año pasado, que se celebró en Egipto, aumentaron los contenidos en las redes sociales que promovían la negación del cambio climático. Este año, han seguido acumulando visitas y menciones de políticos y expertos de primera fila. Un informe de esta primavera del grupo de vigilancia Global Witness reveló que el 73 por ciento de los científicos del clima que aparecen regularmente en los medios de comunicación han sufrido acoso o abuso en internet como consecuencia de su trabajo.

Acción Climática contra la Desinformación descubrió que, en todos los meses transcurridos desde la COP27, la etiqueta #ClimateScam (fraude climático) generó más republicaciones y me gusta que #ClimateCrisis (crisis climática) y #ClimateEmergency (emergencia climática) en X, antes conocida como Twitter. La etiqueta apareció en mensajes de gran difusión que culpaban falsamente a los incendios provocados por migrantes de los incendios forestales o repetían afirmaciones desacreditadas de que las cadenas de televisión estaban manipulando los mapas meteorológicos.

Los investigadores atribuyeron gran parte de la tracción de #ClimateScam a un pequeño grupo de cuentas influyentes que, según ellos, tendían a ser mucho más elocuentes sobre el negacionismo climático en X que en plataformas como Facebook e Instagram. Una de las cuentas, que según los investigadores se había originado como un foro antivacunas en Telegram antes de pasarse al negacionismo climático en X este año, tenía solo unos cientos de seguidores cuando compartió su primera publicación sobre #ClimateScam en marzo; ahora, tiene más de 250.000.

Algunos de los sitios que difunden desinformación sobre el clima ganan dinero con la publicidad, una fuente de ingresos que, según los investigadores, es posible gracias a más de 150 intercambios publicitarios propiedad de algunas de las mayores empresas tecnológicas. Según el informe, los mercados, que en su mayoría utilizan subastas automatizadas para comprar y vender anuncios en línea, colocaron anuncios en al menos quince sitios web conocidos por albergar contenidos de negacionismo climático. De este modo, se burlaban de las políticas establecidas por muchos de los intercambios para bloquear la monetización de contenidos de negacionismo climático y otro tipo de desinformación.

Este otoño, anuncios de McDonald’s y L. L. Bean aparecieron junto a una columna de opinión que describía “un programa prepotente sobre el ‘cambio climático’” como “la implantación del socialismo con el pretexto de salvar el planeta” por parte de “tiránicos planificadores centrales de todo el mundo”.

Parte de la desinformación sobre el clima fue difundida por Rusia y China, que a menudo dirigen ese tipo de contenidos a partes del mundo donde pretenden ejercer influencia a costa de Estados Unidos y el resto de Occidente. El informe reveló que los medios de comunicación estatales rusos habían presentado los planes de reducción de emisiones como una forma de “imperialismo occidental” destinada a socavar el desarrollo del llamado sur global, o la parte meridional del mundo, que incluye algunos de los países más pobres y menos industrializados. (Los expertos afirman que el calentamiento global es una amenaza financiera para las naciones en desarrollo, que son más vulnerables a las perturbaciones del cambio climático a pesar de contribuir con una parte desproporcionadamente pequeña a las emisiones de gases de efecto invernadero).

c.2023 The New York Times Company