Descongelan gusanos de hace 42.000 años... y siguen vivos

Una de las miles de especies de nematodos | imagen CAIB, Universidad de Vermont
Una de las miles de especies de nematodos | imagen CAIB, Universidad de Vermont

El calentamiento global está dejando récords históricos de temperaturas por toda Europa. Todos, en mayor o menor medida, somos conscientes de las consecuencias del cambio climático y sin embargo, sus implicaciones no dejan de sorprendernos. Algunos de estos efectos incluso parecen sacados de alguna película de ciencia ficción. Hace ya un tiempo cubrimos la extravagante noticia de que un brote de ántrax, procedente de un reno contagiado en la Segunda Guerra Mundial, afectó a más de cien personas en Siberia. El reno había permanecido congelado en la tundra siberiana durante décadas y al calor del verano de 2016 liberó agentes infecciosos que habían permanecido dormidos y congelados desde mediados del siglo XX.

La noticia de esta semana supera en miles de años este despertar porque investigadores de la Academia Rusa de las Ciencias y de la Universidad de Moscú han presentado la primera evidencia de que organismos multicelulares son capaces de regresar a la vida después de permanecer congelados durante más de 40.000 años en el permafrost ártico. Se trata de nematodos, unos diminutos gusanos –su tamaño varía entre las diferentes especies entre un milímetro hasta varios centímetros–, que se encuentran en grandes cantidades en todos los ambientes del planeta.

El descubrimiento se ha publicado en el journal Doklady Biological Science y describe cómo dos especies diferentes de nematodos, Panagrolaimus detritophagus y Plectus parvus, revivieron tras descongelarse, empezaron a moverse y hasta volvieron a alimentarse. En los últimos años hemos visto cómo algunos virus conseguían despertar después de un sueño de miles de años, pero según los científicos nos encontramos ante la primera evidencia de “crioconservación natural” de animales multicelulares.

Nematodos procedentes de los depósitos de permafrost del río Kolyma y cuya antigüedad se remonta al Pleistoceno | imagen Shatilovich, Tchesunov et al.
Nematodos procedentes de los depósitos de permafrost del río Kolyma y cuya antigüedad se remonta al Pleistoceno | imagen Shatilovich, Tchesunov et al.

Y este es un serio problema con el que no habíamos contado. La increíble capacidad de resistencia de muchos microorganismos, capaces de permanecer latentes durante miles de años, unida a la subida de temperaturas que cada año estamos experimentando por el calentamiento global, nos da un resultado de consecuencias imprevisibles.

Sabemos que el deshielo de las inmensas zonas de permafrost está liberando millones de toneladas de carbono orgánico que se encuentran ahora atrapadas en el hielo. El deshielo en el Ártico es una pescadilla que se muerde la cola puesto que supone la emisión de más de 40 millones de toneladas de carbono cada año, que a su vez aumentan el efecto invernadero y elevan aún más las temperaturas. En estos últimos tiempos, además debemos empezar a pensar en algunos efectos inesperados como el despertar de virus, bacterias y otros microorganismos que hasta ahora se encontraban dormidos en el hielo.

Existen más de 25.000 especies conocidas de nematodos y poseen una capacidad asombrosa de adaptación. Aunque la mayoría son inofensivas para el ser humano, algunas de estas especies son vectores de enfermedades como triquinosis, filariasis, anisakiasis, ascariasis, toxocariasis… Otras muchas son parásitas y afectan a numerosas especies animales, cultivos y árboles.

Por otro lado, y siendo algo positivos, el hallazgo también es interesante: descubrir cómo estos nematodos han conseguido resistir una congelación tan prolongada podría ayudarnos a mejorar las técnicas de conservación de órganos para trasplantes. Los propios autores señalan que desentrañar los mecanismos fisiológicos de estos nematodos puede tener incontables aplicaciones en criomedicina, criobiología e incluso astrobiología.

Referencias científicas y más información:

V. Shatilovich, A. V. Tchesunov, T. V. NeretinaI, P. Grabarnik, S. V. Gubin, T. A. Vishnivetskaya, T. C. Onstott, E. M. Rivkina “Viable Nematodes from Late Pleistocene Permafrost of the Kolyma River Lowland” Doklady Biological Sciences, Volume 480, Issue 1, pp 100–102, DOI: 10.1134/S0012496618030079

Mindy Weisberger “Worms Frozen for 42,000 Years in Siberian Permafrost Wriggle to Life” LiveScience