Desaparecidos en Pinamar. Quién es el hombre que le tiene gran respeto al río, pero no sabe de mar

Raimann en Pinamar; había regresado de Misiones a principio de enero; trabaja en el rubro de la construcción en esta ciudad balnearia
Raimann en Pinamar; había regresado de Misiones a principio de enero; trabaja en el rubro de la construcción en esta ciudad balnearia

POSADAS.- Gabriel Raimann, el misionero de 38 años que desapareció el domingo pasado en kayak junto a su amigo Ramón Román, mientras pescaban en la zona de Cariló, le tiene un gran respeto al río, pero no sabe nada del mar.

“Él nunca estuvo en un kayak y tampoco tiene experiencia en el mar, pero si le gusta mucho la pesca e iba a pescar en lancha”, dijo a LA NACION Sara, una hermana que viajó a Pinamar para estar más cerca de las tareas de búsqueda.

Los Rainmann son una familia muy unida; Gabriel es uno de los 10 hijos de Catalina y Jorge. Pasó casi un mes en esta provincia para pasar las fiestas de Fin de Año con sus afectos y regresó a la costa bonaerense el 1° de enero.

Gabriel con su madre, Catalina
Gabriel con su madre, Catalina

“Yo soy muy creyente en los milagros y se que Dios puede poner su mano y que ellos aparezcan con vida”, le dice Sara a este cronista.

Raimann tiene tres hijos varones de 18, 13 y 11 años de edad, que viven con la madre, de quien está separado hace tiempo. Actualmente no tiene pareja. Poco antes de embarcarse en el kayak con Ramón Román, se comunicó con Angela, otra de sus hermanas, y le avisó que se iba a pescar. Le prometió que iba a volver contactarse con ella cuando regresara a la playa.

Es una persona muy alegre, muy amigable y le gusta pescar. Es muy divertido, con él nadie está triste porque todo es alegría y felicidad. Le gusta tocar la guitarra y cantar. Es un hermano que se destaca como el bebé de la casa”, explicó Sara, una de sus hermanas mayores.

Los Raimann son de la localidad de Campo Grande, en el centro de Misiones, una zona sin costa ribereña. Pero a Gabriel le gusta mucho ir a pescar al río, embarcado en lancha.

Todos los pescadores de la zona tienen un gran respeto por los dos grandes ríos que envuelven a la provincia: el Paraná y el Uruguay. Saben muy bien que no deben dejarse engañar por la apariencia serena de las aguas siempre turbias que ocultan las turbulencias de remolinos y corrientes internas bajo la superficie.

Antecedente trágico

Ayer, se cumplieron en Misiones 14 años de una de las mayores tragedias de la historia del deporte argentino, y quizás también mundial. El 16 de enero de 2010 se produjo la “tragedia del Paraná”, en la que ocho nadadores se ahogaron en durante una carrera de aguas abiertas por las corrientes ocultas, que nadie vio, generadas por un pontón sojero amarrado en el puerto de Encarnación, frente a Posadas.

La familia Raimann, además, viene de afrontar la tragedia de un sobrino que se ahogó en el río Uruguay, frente a las costas de Panambí, el 29 de agosto pasado.

Gabriel junto a sus padres Jorge y Catalina y su hermana Sara en la casa familiar de Misiones
Gabriel junto a sus padres Jorge y Catalina y su hermana Sara en la casa familiar de Misiones

Walter, de 29 años, se cayó de una canoa cuando buscaba alcanzar la costa del río Uruguay. Su cuerpo fue hallado por efectivos de la Prefectura Naval unos 6 kilómetros río abajo. Por algunos sectores de ese curso, las piedras generan correderas de impresionante fuerza.

Algunas personas de río piensan que todo lo que tiene de traicionero un curso de agua engañoso y que se cobra muchas vidas cada año, no lo tiene el mar en la misma medida. Como si consideraran que la bravura a la vista de las olas y la rompiente, amedretan menos que el río calmo y engañoso. El mar suele devuelve a la costa cualquier embarcación o persona que ingresa en sus aguas.

Las estadísticas también lo avalan. Mientras decenas de personas mueren cada verano en ríos yarroyos pequeños de provincias como Córdoba o Misiones, en proporción son muy pocas las víctimas de un mar superpoblado por cientos de miles de turistas que se aventuran a sus aguas. Muchos sin casi experiencia.