DeSantis dijo que Trump era un candidato terrible. Luego lo apoyó sin pensarlo dos veces

Hace una semana, en un mitin de campaña a las afueras de Des Moines, Ron DeSantis se desahogó contra Donald Trump, diciendo a una sala abarrotada de simpatizantes que el ex presidente no tenía ningún interés en recompensar los valores conservadores y que solo le interesa una cosa: la lealtad personal.

“Puedes ser el republicano y conservador más firme, dinámico y exitoso de Estados Unidos, pero si no besas ese anillo, entonces él tratará de destrozarte”, dijo DeSantis en un salón de banquetes en Ankeny, Iowa.

Pero al retirarse de la contienda presidencial de 2024 el domingo, DeSantis frunció los labios preparándose para el beso.

En un video en el que anunciaba que suspendía su campaña, el gobernador de la Florida respaldó a Trump y dijo que, aunque tenía “desacuerdos” con el ex presidente, Trump es una opción mucho mejor que el presidente Joe Biden.

“Firmé una promesa de apoyar al candidato republicano y cumpliré esa promesa”, dijo DeSantis.

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El cambio de opinión de DeSantis lo convierte en el político republicano más reciente que advierte sobre los defectos de Trump para luego dar media vuelta y apoyar al ex presidente. Pero después de una campaña en la que DeSantis aumentó constantemente sus ataques contra Trump, volver a estar del lado de un presidente con una inclinación a guardar rencores personales y políticos pudiera resultar difícil.

Antes de abandonar, DeSantis acusó a Trump de no ser “pro-vida” durante una reunión pública de CNN televisada a nivel nacional, lo culpó por no cumplir sus promesas de campaña durante su período en la Casa Blanca, lo criticó por sus políticas en torno al COVID-19 y advirtió a los electores republicanos que nominar a Trump allanaría el camino para la reelección de Biden.

“Definitivamente tiene que trabajar en esto”, dijo de DeSantis Bryan Lanza, quien trabajó en la campaña de Trump en 2016 y sigue siendo cercano al equipo del ex presidente. “Fue tras el presidente Trump con saña”.

“¿Puede volver a caerle en gracia?”, preguntó Lanza. “No lo sé”.

El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, habla durante una conferencia de prensa afuera del Thomas F. Sullivan Ice Arena, el viernes 19 de enero de 2024, en Manchester, Nueva Hampshire.
El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, habla durante una conferencia de prensa afuera del Thomas F. Sullivan Ice Arena, el viernes 19 de enero de 2024, en Manchester, Nueva Hampshire.

DeSantis pasó apuros durante toda su campaña para encontrar cómo acercarse a Trump, quien, a pesar de perder la reelección en 2020, mantiene un férreo control sobre la base de electores conservadores del Partido Republicano. Durante meses, el gobernador evitó ir contra Trump demasiado directamente, optando más bien por enumerar las formas en que era diferente del ex presidente.

Mientras tanto, el superPAC pro-DeSantis Never Back Down emitió anuncios dirigidos a Trump. Un anuncio divulgado por el grupo el verano pasado usaba inteligencia artificial para imitar la voz de Trump, mientras que otro lo atacaba por criticar a la gobernadora de Iowa, Kim Reynolds, que había apoyado a DeSantis para la candidatura presidencial.

Pero antes de los caucus de Iowa –la primera competencia de nominación de la nación en la cual la campaña de DeSantis había hecho una fuerte apuesta–, el gobernador y sus aliados comenzaron a afilar sus ataques.

En actos de campaña, dijo a los electores que él cumpliría las promesas que Trump había hecho y no había cumplido. El representante federal Thomas Massie de Kentucky, un aliado clave de DeSantis que aparecía regularmente con el gobernador en sus paradas de campaña, tenía la costumbre de hacer reír a los partidarios de DeSantis imitando a Trump.

En las horas posteriores a que DeSantis pusiera fin a su campaña presidencial, Trump dio a entender que está dispuesto a dejar su rivalidad en el pasado. Su campaña dijo en un comunicado que se sentía “honrado” de contar con el respaldo de DeSantis, mientras que Trump dijo a sus partidarios en una parada de campaña en Nueva Hampshire el domingo que dejaría de referirse a DeSantis como “Ron DeSanctimonious”, el apodo que había otorgado al gobernador de la Florida.

Trump ha dejado atrás algunas rencillas de campaña en el pasado. Tras un duro enfrentamiento en las primarias presidenciales de 2016 contra el senador Ted Cruz, de Texas, los dos hombres desarrollaron una especie de alianza durante el mandato de Trump en la Casa Blanca; Cruz votó en gran medida en línea con la agenda de Trump, mientras que Trump –a quien Cruz había llamado “cobarde llorón” después de que Trump se burlara de su esposa– apoyó la campaña de reelección de Cruz al Senado en 2018.

Lo mismo ocurrió con la relación de Trump con el senador Marco Rubio de la Florida, a quien Trump apodó “pequeño Marco” cuando ambos competían por la candidatura en 2016. Rubio, que había dicho a los electores que a Trump no se le podía confiar un arsenal nuclear, lo apoyó después de abandonar, diciendo, como DeSantis, que había firmado un compromiso de lealtad para apoyar al eventual candidato del Partido Republicano. (El ex gobernador de la Florida Jeb Bush, quien firmó el mismo compromiso cuando se postuló a las elecciones presidenciales de 2016, no respaldó a Trump).

Rubio respaldó a Trump para la candidatura de 2024 frente a DeSantis justo antes de los caucus de Iowa.

La ex embajadora ante Naciones Unidas Nikki Haley se marcha después de asistir a un encuentro en Robie Country Store, el jueves 18 de enero de 2024, en Hooksett, Nueva Hampshire. Haley es la última candidata que enfrenta a Trump después de que el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, abandonara la contienda.
La ex embajadora ante Naciones Unidas Nikki Haley se marcha después de asistir a un encuentro en Robie Country Store, el jueves 18 de enero de 2024, en Hooksett, Nueva Hampshire. Haley es la última candidata que enfrenta a Trump después de que el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, abandonara la contienda.

Alex Conant, un estratega republicano que trabajó para la fallida campaña presidencial de Rubio en 2016, dijo que la decisión de DeSantis de respaldar a Trump era mutuamente beneficiosa.

“Trump está ansioso por mostrar un partido unido. Por eso se está apoyando mucho en políticos electos y opositores fracasados para que lo respalden”, dijo Conant. “Por otro lado, creo que Ron DeSantis quiere dejar atrás la política presidencial lo antes posible. Quiere respaldar a Trump y volver a Tallahassee y ser gobernador, y alargar más su campaña presidencial no le interesa”.

Pero tanto Lanza como Conant dijeron que la fallida candidatura presidencial de DeSantis continuará persiguiéndolo de una manera u otra. Conant dijo que DeSantis había “agotado en gran medida su capital político” en la Florida y a nivel nacional, y enfrenta el difícil proceso de reconstruir su reputación. Lanza, por su parte, dijo que DeSantis necesitará apoyarse en Trump para recuperar el terreno perdido.

“Creo que es seguro decir que a menos que Donald Trump intente apuntalar a Ron DeSantis, su carrera política está acabada”, dijo Lanza. “Ha alienado tanto a la base que es difícil ver cómo alguien lo tome en serio como candidato en el futuro”.