El desafío a la reforma de las pensiones trae sangre nueva a los sindicatos franceses

FOTO DE ARCHIVO: Manifestantes, con banderas del sindicato CGT, asisten a una manifestación durante el noveno día de huelgas y protestas a nivel nacional contra la reforma de las pensiones del gobierno francés, en Niza

Por Leigh Thomas

PARÍS (Reuters) - Puede que los sindicatos franceses no hayan logrado desbaratar la iniciativa del presidente Emmanuel Macron de aumentar la edad de jubilación, pero están atrayendo nuevos miembros gracias a una batalla iniciada hace meses.

Jeremy Bensa, trabajador de una central hidroeléctrica, se afilió a la organización sindical CGT después de que él y sus compañeros de su unidad en el grupo energético estatal EDF se turnaran para cesar la actividad del grupo durante 45 días en protesta contra la medida de Macron de aumentar la edad de jubilación en dos años, hasta los 64 años.

La renovación de los sindicatos plantea preguntas sobre si el equilibrio de poder dentro de las empresas volverá a inclinarse hacia los intereses de los trabajadores después de que la revisión de las normas laborales de Macron en 2017 los dejara más débiles, dicen expertos en relaciones laborales.

Este cambio dependerá de la capacidad de los líderes sindicales para responder a las preocupaciones de una nueva generación.

Macron se enfrentó a meses de huelgas nacionales y protestas a veces violentas contra sus planes de pensiones, y finalmente los aprobó el mes pasado utilizando poderes constitucionales para eludir la oposición en el Parlamento.

Thomas Vacheron, miembro de la dirección de la CGT, dijo que el sindicato había registrado la afiliación de más de 30.000 nuevos trabajadores desde enero, el mayor aumento desde las huelgas de 1995, que obligaron al Gobierno conservador a desechar una reforma de las pensiones y la seguridad social.

Por su parte, la moderada Confédération française démocratique du travail (CFDT), que con más de 600.000 afiliados compite con la CGT por el título de mayor sindicato de Francia, ha registrado 32.000 nuevas afiliaciones este año, un 40% más que en el mismo periodo del año anterior, según un responsable de la CFDT.

El interés crece entre los trabajadores más jóvenes y del sector privado, donde los sindicatos suelen estar menos representados.

Según Vacheron, más del 30% de los afiliados recientes a la CGT son menores de 35 años, mientras que el 70% procede del sector privado, tradicionalmente dominado por la CFDT.

"Como los trabajadores del sector público y privado, jóvenes y viejos, han protestado contra la reforma de la jubilación, ven una utilidad en pertenecer a sindicatos, los sindicatos son atractivos", dijo Vacheron.

RELACIONES LABORALES

Mientras que los expertos políticos dicen que las consecuencias de la saga de las pensiones benefician más a la extrema derecha antisistema, las encuestas indican que los sindicatos no se quedan atrás, ganando credibilidad y respeto por su resistencia unida a los planes de Macron.

"Los sindicatos se están reconstruyendo desde la base a través del reclutamiento y no sólo de las protestas callejeras", dijo el sociólogo Michel Wieviorka.

La sangre nueva es una bendición para los sindicatos, que habían visto cómo su número se estancaba en gran medida durante la última década en poco más del 10% de la fuerza laboral, según datos del Ministerio de Trabajo.

Apenas superior a la de Estados Unidos, es una de las tasas de sindicación más bajas de los 38 países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos.

Aunque el número de afiliados es bajo en comparación con otros países, los sindicatos franceses han desempeñado tradicionalmente un papel destacado en las relaciones laborales, ya que negocian el 98% de las condiciones laborales de los empleados, porcentaje superior al de casi cualquier otro país de la OCDE.

Sin embargo, la revisión del código laboral llevada a cabo por Macron en 2017 para dar a las empresas más margen de maniobra a la hora de fijar las condiciones laborales ha puesto a los sindicatos bajo presión en el lugar de trabajo.

La consultora de relaciones laborales Stephanie Matteudi-Lecocq dijo que el impulso procedente del empuje de la reforma de las pensiones podría, en última instancia, volver a situar a los sindicatos en una posición más sólida en las empresas.

"Las negociaciones podrían volverse más interesantes si los trabajadores se implican más. Los sindicatos tienen una baza que jugar en las empresas".

(Reporte de Leigh Thomas; Edición de Richard Lough y Alison Williams, editado en español por José Muñoz)