A pesar de su derrota histórica en Florida, los demócratas pueden corregir errores | Opinión

La pregunta número uno que hacen los lectores después de las elecciones intermedias es: ¿por qué los demócratas perdieron en la Florida, especialmente en Miami-Dade, de una manera sin precedentes, y qué podemos hacer al respecto?

Esa es una pregunta capciosa que busca una respuesta simplista donde no la hay. Para usar el eufemismo de las relaciones disfuncionales: es complicado.

Sí hay una razón primordial; y es fundamental y, quizás, insuperable.

Los republicanos ganaron rotundamente en la Florida el 8 de noviembre, y la semana pasada, por una pequeña mayoría, también en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, en parte, gracias a la manipulación inconstitucional de los distritos electorales que hizo el gobernador Ron DeSantis.

DeSantis diluyó el poder de voto de los negros al diseñar mapas con un pincel blanco. Otras tácticas de supresión de votantes, como dificultar el voto y arrestar, cerca de las elecciones, a personas a quienes se les había entregado tarjetas de identificación de votantes, afectaron la pésima participación electoral.

A nivel local y estatal, el Partido Republicano de la Florida también ha logrado el dominio total por parte de un solo partido colocando candidatos falsos en las boletas electorales para competir contra los demócratas en ejercicio (en la temporada pasada) y mintiendo abiertamente sobre los problemas (durante cada temporada electoral de la última década) —particularmente demonizando a los demócratas como socialistas y comunistas.

Esta temporada legislativa, agregaron a la mezcla nuevas leyes que favorecen el racismo, la intolerancia y la homofobia.

Erosionan y desmantelan derechos — y ganan escaños.

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Postular mejores candidatos

¿Qué podrían haber hecho los demócratas?

Lo más obvio: postular candidatos más fuertes, no combos reciclados.

Los candidatos republicanos se preparan, no para ganar un escaño de la nada, sino para desarrollar carreras políticas comenzando por el nivel de la asociación de propietarios, luego en el concejo municipal, la comisión del condado, etc.

No sacan a un maestro del aula en el último minuto para competir contra curtidas estrellas de rock políticas.

En general, los demócratas de la Florida carecen de candidatos de calidad que puedan articular una visión coherente y atractiva de los temas que más preocupan a los votantes, ya sea la educación, los derechos civiles o la inmigración. Y quiero decir, comunicarse realmente de manera directa y creíble, sin buscar a tientas una respuesta políticamente correcta ofreciendo puntos políticos comunes del partido, como sucede a menudo.

Un ejemplo de un buen comunicador: el secretario de Transporte, Pete Buttigieg. Responde a cualquier pregunta controvertida que se le presente. Es el rey de soltar el micrófono de forma tan creíble que se vuelve viral. Masacra los argumentos de los republicanos con información precisa y fácil de entender. No suena histérico, solo inteligente.

Otro ejemplo: los republicanos actúan como si fueran dueños de la economía, y lo son, hasta que la congresista de California Katie Porter explica, utilizando gráficos financieros fáciles de leer, la forma como funciona la economía y quién tiene la culpa de la inflación global. No es Joe Biden.

Los demócratas de la Florida necesitan producir Buttigiegs y Porters, al por mayor y pronto.

Muchas Floridas para cortejar

El estado no es monolítico. Está compuesto por diversas Floridas, y hay que llegarle a la gente donde está, no donde el Partido Demócrata quiere que esté. Llegar allí requiere tiempo, crear confianza, servicio y participación comunitaria durante todo el año.

Una propuesta política estándar no funciona para todos. Sea original, haga la tarea y deje de buscar los argumentos políticos en Washington y entre los agentes del partido.

Los republicanos sabían esto en camino a la dominación.

¿Recuerdan cuando el jefe del partido, Joe Gruters, fue a Texas (¡mucho antes que DeSantis!) y lanzó una campaña descaradamente racista y antiinmigrante en autobús por el estado durante los años de Trump, pero su propio partido lo paró en seco?

Los republicanos tomaron la temperatura del ambiente y se dieron cuenta de que no tenían nada que ganar y elecciones que perder.

Esta fue la misma razón por la que la vicegobernadora Jeanette Núñez desapareció de la campaña electoral del sur de la Florida durante semanas después de que metió la pata en la radio cubana al apoyar la idea de que DeSantis mandara a inmigrantes cubanos a Martha’s Vineyard.

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Los republicanos saben cómo corregir el rumbo; los demócratas, cómo persistir, incluso en detrimento de ellos mismos.

Es por ello que en 2022 los republicanos pudieron cortejar con éxito, tanto a los cubanoamericanos como a los latinoamericanos en el sur de Florida y a los caucásicos en el norte de la Florida, colocando el miedo al mismo nivel que los “derechos de los padres” sin que ninguno de los grupos se conociera, o incluso sin que se agradaran.

Conciencia y compromiso

Los republicanos tienen su fórmula ganadora asegurada: reclutar, cortejar, participar durante todo el año.

Se me han acercado reclutadores republicanos comunes y corrientes en el parque mientras caminaba, esperando mi auto en el servicio de automóviles; y Dios sabe que me escriben, me llaman, me envían mensajes, me tuitean.

Los agentes del Partido Republicano son hipervigilantes y activos; los demócratas, no tanto.

Si los demócratas estatales fuera de Miami-Dade y otros baluartes hispanos pusieran atención a lo que vengo diciéndoles durante 11 años, nunca habrían decidido, por ejemplo, postular al congresista Charlie Crist, quien una vez dijo en el programa de Bill Maher que estaba ansioso por beber un Mai Tai en La Habana. Ni siquiera pudo acertar con la bebida insignia de Cuba. Estoy seguro de que, a estas alturas, él sabe que es un mojito, pero…

Por otro lado, algunos de mis lectores más apasionados son republicanos, y su odio por mis opiniones hace que regresen.

Les importa tanto lo que tengo que decir que lanzaron una campaña de varios niveles para desacreditarme y silenciarme, que pasó de las calles de Miami en la radio cubana al hijo mayor del presidente Trump en Twitter. Los demócratas se quedaron callados.

Los republicanos de la Florida pelean duro y desagradablemente. Los demócratas, a veces no luchan en absoluto.

Mientras los demócratas de Florida ahora se están lamiendo las heridas de la batalla y los medios de comunicación citan a académicos y expertos diciendo lo mismo, el Partido Republicano sigue firmemente enfocado en dónde ha estado: reclutando votantes, haciendo campaña fuera del ciclo, adelantándose a los acontecimientos y volteando las noticias de última hora de forma que los favorezca, incluso cuando no es así.

Una oportunidad para los demócratas

Pero hay una luz de esperanza, demócratas.

Los republicanos ganaron en la Florida y en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, pero, aún así, siguen siendo un grupo infeliz y cascarrabias, como DeSantis.

Ganadores elegantes, no lo son, tal vez porque muy en el fondo, saben la verdad: los republicanos tienen una visión centrada, pero muy fea.

Hay espacio para otro plan de acción más sensato e innovador, y eso es lo que los demócratas deben entregar.

Les deseo a todos un feliz día de acción de gracias. Muchas gracias por su lectura.