Un voluntario argentino en Ucrania: "no podía limitarme a llevar una vida normal"

Leópolis (Ucrania), 1 dic (EFE). - Aunque muchos de ellos nunca antes han empuñado un arma, los soldados ucranianos son guerreros decididos y van a ganar si reciben suficiente apoyo, afirma el argentino Rubén, alias "Tango", que lucha bajo el mando de la inteligencia militar del país desde mayo de 2022.

"Tango" se presenta como un antiguo operativo de las fuerzas especiales argentinas, de 52 años, que vivió en Canadá durante cinco años antes de retirarse.

Tras la invasión rusa de Ucrania, firmó un contrato con la Dirección General de Inteligencia del Ministro de Defensa de Ucrania, dirigida por el general Kirilo Budánov.

Coraje y dudas

"No podía limitarme a llevar una vida normal sabiendo que puedo hacer algo para ayudar a los ucranianos", declaró a EFE.

Codo a codo con otros extranjeros y bajo las órdenes de oficiales ucranianos, "Tango" participó en una serie de misiones de reconocimiento y ataque a lo largo de gran parte del frente, un tipo de experiencia muy distinto que al que estaba habituado de antes.

"Nunca me había disparado un tanque, nunca había estado bajo fuego de artillería ni me había perseguido un dron que intentaba lanzar algo sobre mí", señala.

Algunos de los voluntarios se fueron poco después de su primera misión.

"Para esto también hace falta coraje. Porque no son sólo ellos los que sufrirían si se quedaran paralizados en medio del combate", explica "Tango".

Él también tenía sus dudas y cada vez que regresaba de una misión que había imaginado como la última, se decía a sí mismo: "Estamos vivos, lo logramos y nos libramos. Vamos a hacerlo otra vez".

Las operaciones más memorables

En la operación de la que se siente más orgulloso, "Tango" participó en el rescate de varias familias ucranianas de una localidad ocupada. Los rusos tenían tanques y artillería estacionados en las cercanías y no contaban con el ataque.

"Tango" y sus compañeros atacaron de madrugada y lograron limpiar el pueblo de rusos, tomando nueve prisioneros, y rescatar a los ucranianos.

"Casi lloré. Es tan injusto que los ucranianos tengan que esconderse en sus casas y luchar por sus vidas en su propio país", afirma.

Durante la contraofensiva de Jersón, "Tango" cruzó un río bajo constantes ataques y bajo vigilancia de drones enemigos.

"A veces había tantos drones que no sabías cuáles eran los nuestros y cuáles de los rusos. Al final te daba igual y simplemente te seguías moviendo", recuerda.

Sin embargo, fue en Bajmut donde las cosas fueron más difíciles. "Fue una locura, con tanta artillería; una verdadera picadora de carne", dice el argentino.

Aunque algunos soldados rusos estaban mal equipados y entrenados y la unidad de "Tango" fue capaz de tomar sus posiciones rápidamente, los combates contra otros más profesionales eran eternos y de resultado incierto.

Determinados a luchar

Durante su tiempo en el frente, "Tango" trabajó con muchos soldados ucranianos de las fuerzas regulares.

"En ellos podían verse guerreros. Muchas veces esperaba verlos bajos de ánimos, con tantas bajas. Pero siempre superaban su pena y siguieron luchando", afirmó.

"Tango" alaba su coraje y destaca que muchos de ellos eran civiles unos pocos meses atrás. "A pesar de ver a alguien morir a su alrededor cada día, si hay una misión, todo el mundo se apunta. Todo el mundo", enfatiza.

A los ucranianos les sorprendía que un argentino viniera a luchar en Ucrania y le estaban agradecidos, según dice.

"Tango" esperaba que la contraofensiva de este verano fuera "más agresiva", pero comprende que la omnipresencia de drones y minas, la carencia de Ucrania de aviación moderna y la adaptación de los rusos al conflicto fueron factores para ello.

Todavía cree que Ucrania "va a ganar", aunque los progresos puede que sean lentos y graduales y sigan costando vidas.

Espera que el frente se mantenga estático durante el invierno, por lo que, según "Tango", podría ser el momento adecuado para entrenar a soldados ucranianos.

El argentino tiene previsto quedarse por lo menos otros seis meses. "Me quedaré probablemente hasta el mismo final. Empiezo a echar de menos Ucrania en el momento en el que me voy", afirma.

Rostyslav Averchuk

(c) Agencia EFE