"En las ‘visitas' se llevan lo que se saca del día"
TLALNEPANTLA, Méx., enero 17 (EL UNIVERSAL).- "Eso [el cobro de piso] sólo le pasa a negocios grandes que ganan mucho dinero", pensaba Mayra, artista de uñas de gel y acrílico, hasta que extorsionadores la amenazaron con quemar su salón de belleza ubicado en Tlalnepantla, Estado de México.
Si bien Mayra no entrega una cuota mensual al crimen organizado, sí es forzada a pagar la totalidad de los ingresos del día cuando los delincuentes llegan a su estudio.
La madre soltera de 30 años no terminó la preparatoria y decidió instruirse en aplicación de uñas esculturales, cortes de cabello, pestañas y maquillaje, para mantener a su hijo.
Trabajó en otras estéticas, hasta que tuvo la oportunidad de tener un espacio propio.
"La primera vez que llegaron, hace un año y medio, estaba sola. Uno llegó en moto, el otro a pie. Tengo doble puerta, de metal y de vidrio. Yo terminaba de poner uñas y los vi, y pensé que venían a recoger a la clienta, pero cuando le abrí para salir, ellos entraron con una pistola y les entregué el dinero de ese día", recordó la joven en entrevista con EL UNIVERSAL.
Las "visitas" a Mayra no son mensuales, pero sí periódicas. "Diciembre es de filo. Lo mismo septiembre, a veces julio. Coinciden con mayor clientela. Cobro los servicios entre 500 pesos, mil pesos, mil 500 y en un día hago dos o tres, se llevan hasta 3 mil, 4 mil pesos", explicó.
"He pensado en denunciar, pero ¿qué hago después? No puedo quedarme sin comer. Los negocios de dinero, como pollerías que salen en las noticias, pagan, no hay de otra", explicó.