Lo que no se vio de la despedida de Juan Román Riquelme: el pedido especial a Lionel Messi, de la emotiva ovación a Carlos Bianchi al discurso con la camiseta de Diego Maradona

Lionel Messi y Juan Román Riquelme en la despedida del ídolo de Boca, en la Bombonera
Lionel Messi y Juan Román Riquelme en la despedida del ídolo de Boca, en la Bombonera

El partido despedida de Juan Román Riquelme tuvo momentos de alto contenido emotivo que nació genuinamente del público, y otros de alto impacto simbólico, que sin dudas fue pensado mucho antes.

En orden cronológico, el primero estuvo vinculado con Lionel Messi. En más de una ocasión, los hinchas le cantaron al campeón del mundo: “La de Boca... Ponete la de Boca... Ponete la de Boca”, aunque más tarde le dejaron en claro que “En la Boca el más grande, el más grande es Román”. Tras el partido, se viralizó una foto de vestuarios, en donde el crack rosarino lucía una ojotas con los colores azul y oro, un regalo que recibió cada uno de los invitados.

El propio Leo publicó hoy en sus redes sociales: “Dos noches espectaculares, gracias por invitarme Maxi y Román, la pasé muy muy bien… Y muchas gracias a toda la gente por el cariño!!”

Más tarde, todos los focos estuvieron puestos en un prócer. Una eminencia que no solo forma parte del Mundo Boca, sino del fútbol mundial. Cuando en el medio de su discurso, el ídolo le dedicó unas sentidas palabras a Carlos Bianchi (”Usted es el culpable de que todos los bosteros nos parezca fácil ganar la Copa Libertadores. Si la gente nos quiere tanto es porque el señor nos hizo competir y ganar todo. Sabe que lo quiero mucho, que me siento parte de su familia. Sé que él me quiere mucho”), el pueblo boquense le dedicó una ovación estruendosa, merecida e injustamente demorada.

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El Vení vení , cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a darsonó desde los cuatro costados de una Bombonera repleta y feliz, sobre la cual los hinchas disfrutaron y mimaron a sus glorias. El Virrey, sereno y con su habitual perfil bajísimo, contuvo las lágrimas apretando los dientes, mostrando su sonrisa nerviosa, acomodándose los lentes y, cuando creyó que iba a quebrarse, bajó por unos segundos la mirada. Tímidamente levantó su brazo derecho y el público rugió con más fuerza todavía.

Carlos Bianchi, ingresando a la Bombonera para el partido despedida de Juan Román Riquelme
Carlos Bianchi, ingresando a la Bombonera para el partido despedida de Juan Román Riquelme - Créditos: @Prensa Boca

Carlos Bianchi es el técnico más ganador de la historia del fútbol argentino. En sus vitrinas se destacan tres copas del mundo y cuatro copas Libertadores. Tuvo un ciclo de ensueño en Vélez (1993-1995) y puso la piedra fundacional de una década dorada en Boca (1998-2008) en donde el club ganó absolutamente todo y en más de una ocasión. Como era más que probable, su tercer ciclo al frente de la institución de la Ribera (2013-2014) estuvo por debajo de los dos anteriores (1998-2001 y 2003-2004), y su despido intempestivo, a manos del presidente Daniel Angelici, resultó tan injusto como doloroso. Por eso es que solo en ese momento una parte del estadio inició un cántico de insultos dedicados al expresidente. La gente de Boca ya lo había mimado como merece en la despedida de Sebastián Battaglia, en 2015. Pero anoche volvió a recordarle qué tan grande es para el club y para los hinchas.

El otro instante que movilizó las emociones más profundas estuvo pensado de antemano, pero tuvo el golpe de efecto deseado por el protagonista. Antes de iniciar su sentido discurso, Riquelme se quitó la camiseta que vistió durante el partido y se puso una idéntica, pero con un pequeño detalle: en su dorsal estaba el tradicional número 10. Pero en lugar de Román, a la altura de sus omóplatos se leía el apellido “Maradona”.

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Con ese gesto, Juan Román buscó cerrar un círculo que había iniciado el propio Diego el 10 de noviembre de 2001. Entonces, casi en el mismo lugar del campo de juego de la Bombonera, Maradona dio un discurso épico (aquel de “Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”). ¿Qué camiseta vestía entonces? La de Boca, con la 10 de Román.

“Me tocó jugar con el más grande que yo vi de chiquito, que fue Maradona. Hoy es un día maravilloso para todos ustedes, porque podemos disfrutar. Fui un afortunado porque de chiquito fue lo más grande que yo vi, que fue Maradona. Después pasó el tiempo, me fui poniendo más viejo y me tocó jugar con alguien que es increíblemente grande. No sé si es más grande que Maradona. Pero los dos son los más grandes qe yo vi en mi vida. Leo, le pido disculpas a tu familia porque te quedaste unos días más. Y la verdad que para todos los bosteros tenerte acá es una alegría muy grande”, dijo Riquelme desde el escenario.

El vínculo entre Diego y Román fue paternal durante buena parte de sus vidas. Al aquel gesto de Maradona en su despedida se le suma el cruce radial entre los dos ídolos apenas terminó la final de la Libertadores 2000, en la que Riquelme lo invita a que baje al vestuario para celebrar juntos. Pero todo voló por los aires por circunstancias que aún no son claras.

En 2009, cuando Maradona sucedió a Alfio Basile, realizó una crítica sobre el juego del 10 de Boca en un programa de TV. Y Román no se lo dejó pasar: “Me entero por la radio que no voy a Francia y por televisión que el técnico me ve mal. Pasó un 2008 maravilloso, en el que gané muchas cosas y premios y, de repente, Riquelme es un desastre y pareciera que nunca supo dar un pase. Son todo palos, cada vez más fuertes y estoy cansado. Quiero disfrutar y vivir en paz. La realidad es que con el técnico que tiene hoy la selección no coincidimos mucho, no tenemos el mismo pensamiento y tampoco los mismos códigos. Ya no podemos trabajar juntos”. Poco le importó que en el horizonte se pierda de jugar el Mundial 2010.

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Cuando Riquelme, tras esa renuncia, hizo que la Bombonera se convierta en un Cabildo Abierto entre él y Maradona, el clamor popular boquense inclinó la balanza en su favor. Y ya como dirigente, Román decidió no recibir a Diego en el campo de juego el 7 de marzo de 2020, cuando como DT de Gimnasia, el gran ídolo pisó la Bombonera por última vez y recibió una plaqueta y una camiseta xeneize de manos de dos compañeros suyos de 1981: Miguel Brindisi y Hugo Perotti.

El posteo de Dalma Maradona para Riquelme
El posteo de Dalma Maradona para Riquelme

Quien cerró esa grieta fue Dalma Maradona, quien en una historia de Instagram escribió: “Gracias por todo tu fútbol! Me hiciste vivir los mejores momentos siendo hincha de Boca! Ojalá se venga la 7ma. de tu mano!”.

La buena relación entre heredera y actual vicepresidente no es nueva. El vínculo siempre fue cercano, más allá de la distancia con Diego. De hecho, tras el fallecimiento de su papá, Dalma fue invitada al palco de la Bombonera en el primer partido de Boca posterior al triste desenlace. Con lágrimas en los ojos y en soledad (por culpa de la pandemia) ella agradeció por siempre aquel gesto.