Vanessa y Annie, primeras en la fila para el último saludo a la reina en la capilla ardiente que comenzará el miércoles por la tarde
LONDRES.- Quieren ser las primeras en despedirse de la reina. Y como saben que la fila que se armará para ingresar a la capilla ardiente que se instalará en el Palacio de Westminster -, que se abrirá el miércoles a las 17 locales-, será gigantesca, sin precedentes, se anticiparon. Llegaron más de 48 horas antes.
Se trata de dos mujeres. La primera es Vanessa Nonthakumaran, nacida en la excolonia británica de Sri Lanka hace 56 años, y que vive en el Reino Unido desde 1985. Y la segunda es Annie -no quiere revelar su apellido, por privacidad, según explica-, que llegó desde Gales esta mañana a las 6, en tren, jubilada de 65 años que solía ser azafata de una línea aérea que tampoco quiere revelar.
Saben que pasarán las noches del lunes y el martes a la intemperie y sin carpa -ya que las autoridades prohibieron carpas y campamentos y sólo autorizaron sillas plegables y un pequeño bolso-, pero no les importa.
“No hay ningún problema, estoy acá porque amo a la reina y quiero ser la primera en rendirle mis respetos”, asegura a LA NACION Annie, que dice que es afortunada porque hoy, al menos, es un día de sol de lo más agradable.
Vanessa y Annie, las primeras de una cola qué será colosal para despedirse de la Reina en la capilla ardiente en Westminster Hall que comenzará el miércoles por la tarde 🇬🇧👑 👇🏻 pic.twitter.com/rn5ePYRlCj
— Elisabetta Piqué (@bettapique) September 12, 2022
Vestida con una camiseta de Gales y llevando sobre una falda un estandarte de esta misma nación que es parte del Reino Unido -cuyo nuevo príncipe ahora es Guillermo, el heredero al trono-, Annie cuenta que su devoción a la reina Isabel II viene de lejos. “Yo crecí con la reina porque mi padre era una de las guardias del Palacio de Buckingham”, revela, destacando el orden y la disciplina que siempre hubo en su vida por ello, así como una enorme admiración por la mujer que gobernó con sabiduría los últimos 70 años.
¿Cómo se siente? “Ya pasamos dos días de luto, llorando, nos sentimos desorientados, pero ahora quedan varios días más por delante y creo que, más allá de esta pérdida, tenemos que celebrar la vida de Isabel II, que fue una gran señora, una gran reina”, dice.
La policía a cargo del operativo de seguridad que deberá manejar una fila por la que se espera que pasen cientos de miles de personas, incluidos mandatarios de todos el mundo, determinó que la cola comenzara bastante lejos del Palacio de Westminster.
La fila, en efecto, comienza a unas cinco o seis cuadras de allí, del otro lado del Támesis, en una senda peatonal a la vera del río con vista espectacular justamente al Palacio de Westminster.
Cuando murió la Reina Madre, en 2002, se recuerda que pasaron por la capilla ardiente instalada en el mismo lugar, 200.000 personas.
Como el pronóstico es bueno, tiempo sereno y seco, se espera que lleguen aún más personas que lo esperado. Y que pueda haber colas de hasta 20 horas de hasta 8 kilómetros a lo largo de las dos orillas del Támesis.
Fue justamente por todo esto que Vanessa, cuando esta mañana pasó por este lugar clave, aunque tenía pensado ponerse a hacer fila el miércoles, el día que el féretro de la reina desde el Palacio de Buckingham llegará en procesión a Westminster, decidió anticipar las cosas dramáticamente. “Como estamos refaccionando mi departamento, estoy en un hotel acá cerca y esta mañana vine a dar una vuelta para ver dónde iba a comenzar la cola y cuando me dijeron que éste era el lugar, pensé que, habiendo escuchado en la televisión que seguramente habrá horas y horas de cola, lo más prudente era quedarme… Por eso soy la primera”, contó a LA NACION. “De hecho no traje nada de abrigo ni silla plegable, ni comida, pero en un rato mi hija me va a traer todo”, precisa, destacando que a ella tampoco le importa pasar la noche allí. Con Annie ya están comenzando a conocerse y cuando los periodistas de todo el mundo dejarán de molestarlas con filmaciones, entrevistas y fotografías, compartirán charlas y lecturas.
Vanessa también tiene motivos para querer ser la primera en rendirle tributo a Isabel II. “La reina Isabel nombró caballero a un tío abuelo mío, en Sri Lanka y, por otro lado, mi hija mayor fue seleccionada para ser cadeta de la Fuerza Aérea Real y una vez pudo darle la mano a Su Majestad”, cuenta, orgullosa. “Así que para mi familia siempre fue una figura más que importante y para mí, personalmente, fue una gran reina, ya que antepuso el deber a todo y mantuvo siempre el rumbo del país y del Commonwealth”, explica. “Por eso pensé que no podía no venir y va a ser una de las grandes experiencias de mi vida”.