"Tuvimos que meternos bajo de las camas"

PLAN DE LAS VIGAS, Guatemala., julio 28 (EL UNIVERSAL).- Mariele Montilla Solís, su esposo y tres de sus hijas de dos a seis años de edad, se tiraron bajo al suelo el lunes por la noche, durante los enfrentamientos entre los criminales en la comunidad El Caracol, municipio de Amatenango de la Frontera, porque temían por su vida.

"Tuvimos que meternos bajo de las camas", asegura Mariele, de 32 años, quien llegó con tres de sus hijas a Plan de las Vigas, donde permanecen 20 mexicanos, la mayoría mujeres. Su cónyuge, Julio López González, de 31 años, se quedó en un poblado oaxaqueño, en casa de familiares.

Al amanecer del martes 23 de julio cesaron los enfrentamientos sobre la carretera federal 201, momento que los habitantes del Caracol aprovecharon para acordar que debían dejar el poblado, pero no podían ir a Frontera Comalapa, ni a Motozintla, donde seguían los enfrentamientos, por lo que la única opción era ascender por las montañas de Guatemala.

Después de tres horas de caminata, Mariele llegó a Plan de las Vigas para alojarse en la casa de Siloé Pérez González, pero Julio López González, lesionado en un pie por un accidente que sufrió en su motocicleta, el 30 de junio en la carretera a Motozintla, se quedó con familiares en la aldea Oaxaqueño.

Mariele llegó con las niñas Karla, de dos años; Melisa Nicol, de cuatro; y Mabel Juliana, de seis, a la casa de Siloé, pero el jueves por la tarde tuvo que viajar a la cabecera municipal de Cuilco, a más de dos horas y media de distancia.

Su hija Melisa Nicol tenía fiebre, por lo que una ambulancia de la Cruz Roja de Guatemala la llevó a una clínica de la cabecera municipal de Cuilco, para que le retiraran un punto de la cirugía que le realizaron cuando ese 30 de junio entró al hospital, pero no pudieron hacerlo, porque se había infectado. Lo que sí consiguieron los médicos fue bajarle la fiebre a la niña.

El viernes al mediodía, Mariele abrazó a las otras dos niñas en Plan de las Vigas. Karla, de dos años, que se recupera de una lesión en un pie provocada por la caída de una roca cuando jugaba en el patio de su casa.

En la casa de Siloé, los 20 mexicanos sobreviven con caldos de hierbas y frijoles que algunos vecinos del pueblo han obsequiado.

Melina Martínez López, de 28 años y su madre Lucinda López González, de 67, dice que cuando dejaron su casa en México Nuevo, de Amatenango de la Frontera, su hermano Elías, de 39 años, dejó amarrado uno de los dos perros que tienen, porque creyeron que regresarían al siguiente día.

La mujer llora cuando recuerda que en su casa dejó 20 gallinas y dos guajolotes, que quedaron sin alimentos. "Me da tristeza que se hayan quedado mis animales, sin nada de alimentos".

A cuatro días que salió de su comunidad, Melina no sabe cómo se encuentran sus pertenencias de su casa, que se ubica a 800 metros de la carretera federal 201. "El gobierno nada hace por nosotros", lamenta.

Documentan a desplazados

El Instituto Guatemalteco de Migración inició el proceso para documentar a los más de 500 mexicanos que cruzaron la frontera, al huir de la violencia que viven en sus comunidades, mientras el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) les comunicó que pueden solicitar refugio, si sienten que su vida corre peligro.

En la comunidad Ampliación Nueva Reforma, funcionarios del Instituto Guatemalteco de Migración otorgó los primeros documentos a los mexicanos de comunidades de Amatenango de la Frontera que entraron a este país el pasado martes.

Los funcionarios de Migración habilitaron un salón de la escuela primaria de Ampliación Nuevo Reforma para que los mexicanos pudieran hacer el trámite.

En uno de los salones de la escuela primaria del lugar se habilitó para que los mexicanos llevaran a cabo el trámite para obtener el pase de permanencia por razones humanitarias, por un lapso de 30 días, con la opción de renovarlo constantemente.

Uno de los primeros mexicanos en obtener el documento fue un hombre de México Nuevo, municipio de Amatenango de la Frontera, que el martes pasado llegó a esta comunidad, después de cinco horas de caminata entre las montañas.

El hombre, quien pidió no identificarlo, llegó con sus abuelos de 80 y 90 años.

Dijo que espera que la paz llegue pronto a Amatenango de la Frontera y pueda volver con sus abuelos a su hogar. "Esperamos en Dios no estar aquí en Guatemala mucho tiempo".

Se tiene previsto entregar el pase de permanencia por razones humanitarias a unos 330 de los más de 500 mexicanos que se encuentran en Guatemala, durante los próximos días, informó un funcionario del Instituto Guatemalteco de Migración.

Al respecto, el ACNUR emprendió un programa de información entre los mexicanos, para explicarles que también pueden solicitar refugio en territorio guatemalteco.

Los mexicanos recibieron un folleto donde se asienta: "Si tu vida corre peligro y no puedes regresar a tu país: Te apoyamos en el trámite de solicitud de condición de refugiado en Guatemala", pero una funcionaria del organismo platicaba con los mexicanos para decirles que, si sentían que estaban en riesgo, entonces podían hacer su trámite.

El Instituto Guatemalteco de Migración informó que "en apego al derecho internacional, los mexicanos que expresamente manifiesten su decisión de retornar tendrán el apoyo consular correspondiente de las instituciones competentes de México y Guatemala, para un retorno seguro, siempre garantizando el respeto a la voluntad de las personas en contexto de movilidad".

Esta institución se coordinará con funcionarios de las oficinas del ACNUR en Ciudad de Guatemala, "en la ejecución de acciones bajo su facultad", es decir, en caso de que los mexicanos quieran acogerse al refugio.

Mientras tanto, un general y un coronel de la fuerza de élite kaibil, que encabezan una brigada de soldados que se han desplegado en las montañas de Guatemala, para evitar el paso de criminales que pelean en territorio mexicano, recorrieron la franja fronteriza para estar pendiente.

El general Miguel Ángel Orozco y el coronel Fredy Ramírez caminaron varios kilómetros entre Monte Rico y Oaxaqueño hacia Ampliación Nueva Reforma, donde se encuentran soldados que han cavado trincheras y varios francotiradores permanecen en alerta en varios puntos del territorio guatemalteco.

El general y el coronel de la Quinta Brigada de Infantería con sede en la cabecera departamental de Huehuetenango constataron que habitantes de Monte Rico cerraron un paso informal que conecta con la comunidad Nuevo Amatenango, Chiapas.

Los pobladores colocaron un muro de un metro de altura con cemento y rocas, para evitar el paso de vehículos de los criminales hacia Guatemala.

El general Orozco informó a este diario que una brigada se ha desplegado desde Barillas (Huehuetenango) hasta Tectitán (San Marcos), para evitar el paso de criminales a Guatemala, aunque dijo que en el último punto registraron actividad de hombres armados en las recientes horas, por lo que procedieron a reforzar ese punto.

En Ampliación Nuevo Reforma parecía un día de fiesta porque la Cruz Roja de Guatemala entregó a los niños cuadernillos para colorear y un peluche, pero también llevó ropa y alimentos.

El guatemalteco Guillermo Pérez Roblero y su familia regaló tamales, sopa y frijoles para los mexicanos que fueron desplazados.