Llamadas a sobrevivientes, asombro y motivo de charla: así vive Uruguay el boom de La sociedad de la nieve
MONTEVIDEO.– La sala de cine quedó en silencio. Un hombre se levantó para abrazar a su hijo, Enzo Vogrincic, sin decir palabras y contagió toda la emoción contenida. En realidad, lo hizo por el éxito que el joven logró como actor, por el sueño cumplido y por la destacada interpretación de un personaje difícil, pero también abrazó simbólicamente a la persona que estaba detrás, Numa Turcatti, al joven fallecido en el accidente aéreo de los Andes en 1972, en una comunión que atravesó el tiempo.
Felicitó al hijo que se crio en uno de los barrios más humildes de esta capital y que se ha convertido en actor de cine internacional, y en ese acto, abrazó a aquel joven heroico, por accidente y no por voluntad propia, que hace más de medio siglo transmitió energía a sus compañeros para sobrevivir a una situación extrema, de la que parecía imposible escapar. Pero no lo fue del todo.
No lo fue para aquel grupo de jóvenes perdidos en la nieve, luego de que el avión en el que iban se estrelló en plena Cordillera de los Andes. Ellos lograron salir de las montañas sin equipamiento necesario, ni abrigos, ni comida. Tampoco fue imposible que 50 años después, luego de que tantos libros, documentales y películas que contaron la historia, el trágico accidente de avión de 1972 vuelva a emocionar, a conmover, y a generar en la sociedad uruguaya un estado de ánimo sensible y de homenaje tanto a los que sobrevivieron como a los que no pudieron salir de aquella trampa del destino.
Ese abrazo entre el padre y su hijo actor se dio en una de las tres salas de cine del Montevideo Shopping, donde se exhibió el film español La Sociedad de la nieve, de J. A. Bayona, basado en el libro del escritor uruguayo Pablo Vierci. Fueron funciones de la película especiales para los sobrevivientes y sus familias, pero también para los parientes y allegados a las víctimas del accidente.
Así, La sociedad de la nieve está generando ese cúmulo de sensaciones en este país, donde se habla más de emociones que de la expectativa que la película sobre una historia real uruguaya pueda estar nominada como mejor film extranjero en la ceremonia de los Oscar.
El libro de Vierci y la película de J. A. Bayona le cambian el nombre a aquella sucesión de hechos que desencadenó el accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en la Cordillera de los Andes en 1972 y la peripecia de más de dos meses que tuvieron que atravesar los sobrevivientes. Ya no es “la tragedia” ni “el milagro”, es la imagen de lo que hizo que ese grupo sorprendiera al mundo: la sociedad que los unió en medio de la nada, donde había nieve, nieve y más nieve.
Paso del tiempo
¿Por qué la película ha generado esta sensación colectiva en Uruguay, y a nivel internacional, si antes hubo otro film sobre la misma historia, que abarca los mismos hechos? Se trata de ¡Viven!, una producción norteamericana, dirigida por Frank Marshall y protagonizada por Ethan Hawke, que se estrenó en 1993 y que está basada en el libro Alive, de Piers Paul Read, que fue publicado en 1974.
Vierci, en diálogo con LA NACION, encuentra una explicación: “La película ¡Viven! tiene el enorme mérito de haber puesto esta historia en el inconsciente colectivo (…) pero está realizada desde la lejanía, en inglés, y posiblemente fuera necesaria, en esta suerte de carrera de postas, seguir avanzando con la antorcha de ese laboratorio de comportamiento humano”. Con esa frase, el autor alude a una expresión del médico Roberto Canessa, que junto a Fernando Parrado, protagonizo la hazaña de la expedición que permitió el rescate.
“El paso del tiempo ayuda, decanta, cura heridas, nos da más perspectiva”, agrega el escritor y productor asociado del film, que destaca el trabajo colectivo: “Tenemos la ventaja de la colaboración de todos los sobrevivientes, de buena parte de los familiares de los que no volvieron, del paso del tiempo”.
Si Jesús dijo …
En 1972 sorprendió que, tras más de 70 días, estuvieran con vida y generó impacto cómo se pudieron haber alimentado aquellos sobrevivientes, que dieron la cara al mundo para decir que tuvieron que usar los cuerpos de los muertos para comer.
“No sé si hace unos años se hubiera podido plantear con este grado de sinceramiento que existen 16 vivos porque existen 29 muertos”, dice Vierci.
A finales de 1972, al volver a Montevideo, los sobrevivientes dieron una conferencia y uno de ellos, Pancho Delgado, eligió explicarlo así: “Llegó ese momento en el cual ya no teníamos alimento ni cosa por el estilo y nosotros pensamos: si Jesús en la última cena repartió su cuerpo y su sangre a todos sus apóstoles, ahí nos estaba dando a entender que nosotros debíamos hacer lo mismo, tomar su cuerpo y su sangre que se había encarnado. Y eso que fue una comunión íntima entre todos nosotros, fue lo que nos ayudó a subsistir”.
Hubo un silencio duro, en la conferencia y en cada casa que seguía en vivo esa explicación.
Con la película, eso se ha revivido, como lo explica Vierci: “La perspectiva que faltaba contar, que está vinculada con uno de los ejemplos de generosidad más rotundos de la historia del Hombre, mucho antes de que se generalizara el concepto de `vivo en otro´, de la donación de órganos, es que existen 16 sobrevivientes porque hubo 29 que no pudieron volver”. Y agrega: “Esto nos replantea que hay diferentes formas de heroísmo, y que a la épica de los expedicionarios, tan emblemático como atravesar la Cordillera, que lo iniciaron Tintín, Canessa y Parrado, y lo terminaron estos últimos dos, tiene, en el fuselaje, otras formas de heroísmo que hasta ahora no estaban mostradas”.
Todo Uruguay habla de la película, de las entrevistas, de la cadena de hechos y de las emociones.
¿Por qué el público reacciona como si descubriera recién la historia? El autor dice que siempre le dijo a Bayona “que la película produciría una ola gigantesca y universal, porque conocía el poder de la historia y la sabiduría de él como cineasta”, pero reconoce que no imaginó “que la ola gigantesca fuera un tsunami, como lo está siendo”.
Reacción del público
La reacción de los espectadores fue especial, pero para Vierci lo más sorprendente se dio en el público joven. “Es una historia de veinteañeros. Pero no adivinamos el grado de empatía que sienten ellos por la historia, por los personajes; ese nivel de entusiasmo, de fervor, de exaltación que les produce, no lo podíamos prever”.
Apenas salió la película, quedó en el número uno entre las más vistas en el mundo, y comenzaron las llamadas de todo el mundo al autor, a los sobrevivientes e incluso a familiares de los que no volvieron. “Eso era en forma exponencial y me di cuenta de que uno no puede controlar esa expansión emocional de millones de personas al mismo tiempo”, explica.
La sociedad de la nieve es ya una de las 10 películas de habla no inglesa más vistas en la historia de Netflix en solo 10 días, con 51 millones de visionados en todo el mundo y es la número uno en 93 países.
¿Por qué la sociedad de la nieve?
El nombre fue una formulación hallada por Canessa y Vierci dice que, en realidad, “esta historia no se entiende sin lo coral”, porque “el equipo se va formando de a poco, a medida que sufren esa sucesión aparentemente infinita de penurias, hasta llegar al fondo de un pozo que no tiene fondo, como es el alud, porque ahí quedan enterrados vivos y la primera noche no saben cuánta nieve tienen encima, puede ser una montaña entera”.
Y completa: “La sociedad que ellos forman es un proceso gradual, no puede ser abrupto, porque en verdad no tienen la menor idea de cómo será esa sociedad nueva. Conocen a la otra, a la sociedad del llano, pero gradualmente se dan cuenta de que esa no sirve allá arriba; en la sociedad del llano tras una catástrofe viene el rescate, las ambulancias, los bomberos, pero en la Cordillera, en la nieve, no viene nadie, están en el medio de la nada”.
Otro impacto en el público es el papel de Turcatti, el último que muere en la Cordillera. El escritor coincide en el destaque de este joven: “Numa era la persona que los incluía a todos, no solo porque es el último en morir, lo que precipita la expedición del día siguiente, sino por su personalidad. Todos los sobrevivientes confirman que entregó todo en la montaña, que tuvo una fortaleza y una generosidad singulares, que siempre quiso dar más por el grupo, olvidándose de sí mismo. Incluso jamás hizo cálculos, jamás especuló, porque en la montaña había que ser generoso, pero había que reservarse energía para uno mismo. Él no sabía tener ese instante de egoísmo, esa especulación. Era demasiado bondadoso”.
Hitos de la historia
1. El accidente y el avión que por un milímetro no se estrella de frente y se desliza por la ladera nevada.
2. La primera noche en la montaña, que ellos describen como el infierno.
3. La expedición del día cuatro, cuando se dan cuenta que el avión no se ve, mimetizado con la nieve.
4. El inicio del debate sobre la idea de comer los cuerpos de los amigos y la primera decisión de algunos
5. La noticia del día 10, en la radio, de que no los buscan más, y todos tienen que empezar a alimentarse.
6. La primera expedición compleja, del día 11, cuando a la intemperie, casi se congelan y casi mueren.
7. El alud, que en realidad son dos, donde mueren otros ocho
8. La expedición hacia el Este, cuando encuentran la cola del avión.
9. El intento de hacer funcionar la radio.
10. Las muertes de los que estaban heridos de gravedad y que precipitan las decisiones.
11. El encuentro del material aislante del avión que permite hacer un saco de dormir.
12. La muerte del último chico, el 11 de diciembre, Numa, que precipita la expedición
13. La llegada al verde, y el encuentro con el arriero, el 21 de diciembre.
14. El primer rescate del 22 de diciembre.