'The Dynasty', la serie sobre los New England Patriots que injustamente se ensaña con Bill Belichick
The Dynasty, la serie documental sobre los dominantes New England Patriots de las primeras dos décadas del siglo XXI ha concluido, pero parece tener un villano extraño: su head coach, Bill Belichick.
Si los aficionados esperaban un recuento sobre cómo se enfrentó a la adversidad durante la racha que llevó 6 títulos a Nueva Inglaterra, van a encontrar algunos destellos de ello, pero predominantemente verán los aspectos negativos de la dinastía: Spygate, hay un episodio dedicado a ello; Aaron Hernández, también; Deflategate, desde luego; el rompimiento entre Tom Brady y Belichick, dénme dos.
Uno de los temas que más ha generado polémica de la docuserie de Apple TV+ es el trato a Belichick. Similar a lo sucedido con The Last Dance, documental que siguió a los Chicago Bulls en la temporada 1997-1998 y en el que el gerente general, Jerry Krause, es erróneamente pintado como “el malo”.
Una relación rota
Uno de los temas que se tratan con mayor apertura que en el pasado es la relación entre Tom Brady y Bill Belichick, o mejor dicho, el final de la relación entre ambos. Aunque está claro que en un principio el quarterback y entrenador en jefe congeniaron en la cultura del equipo, al final el vínculo estaba desgastado.
Brady señaló que incluso si hubiera estado dispuesto a jugar más tiempo, no volvería a extender su contrato con los Patriots. Belichick, por su parte, calificó la salida del quarterback como “la mejor decisión para él (Brady) en ese momento”.
En esa instancia, la comunicación entre ambos estaba rota, al grado que TB12 ya no abogaba por sus compañeros ante Belichick. Pero es importante mencionar que otras relaciones entre coaches y quarterbacks no han terminado de la mejor manera: Terry Bradshaw y Chuck Noll nunca fueron cercanos; Tom Landry y Roger Staubach tuvieron sus desencuentros constantemente; y hasta Bill Walsh adquirió a Steve Young y no hizo mucho por calmar la controversia entre Joe Montana y Young.
“La vida es muy imperfecta, y las relaciones son imperfectas, pero estoy muy orgulloso de nuestra travesía. Fue muy complicada, pero fue grandiosa”, reflexionó al final el quarterback sobre su tiempo con New England.
Any 20 year marriage is going to have ups and downs. Even in football. #TheDynasty @AppleTV
— Julian Edelman (@Edelman11) March 15, 2024
Belichick, ¿el culpable de todo?
Pero su relación con Brady no es la única crítica hacia Belichick. Entre otros temas, en la serie se menciona que el ex entrenador falló en no detectar el peligro que representaba Aaron Hernandez, quien fue arrestado y sentenciado por homicidio en 2013.
Quizás la parte que más atención recibe es la extraña decisión de enviar a Malcolm Butler a la banca en el Super Bowl LII, una derrota ante los Philadelphia Eagles. Hasta el momento, se desconoce el motivo del movimiento, pero desde el dueño Robert Kraft hasta jugadores como Danny Amendola y Rob Gronkowski critican duramente al entrenador.
"Recuerdo que salí del campo esa noche realmente confundido. ¿Ese era el juego más importante de nuestras vidas en ese momento y Malcolm no está en el campo? Eso me molesta todavía hoy”, opinó Amendola, quien agregó que se sentía “engañado”.
La carta de Belichick a Donald Trump
Belichick también es cuestonado por la carta que escribió al entonces candidato presidencial, Donald Trump, en 2016. Trump leyó la carta en el cierre de su campaña, algo que es contrastado con las protestas de los jugadores durante la ceremonia del himno nacional, así como la petición del entrenador de no hablar con la prensa.
El head coach respondió lo mismo que en su momento, que la carta no era una afiliación política, sino de carácter personal, y que no esperaba que fuera leída en público. Incluso, más tarde rechazó una medalla presidencial. Aún así, el entrenador en jefe es criticado por sus jugadores.
Sin embargo, el trato hacia Belichick varía con el que reciben Kraft y Brady. El dueño del equipo es amigo de Trump y donó para su campaña. El ex quarterback tenía una gorra con el eslogan “Make America Great Again” en su vestidor. Sin embargo, ninguno de los dos responde en el documental a cuestionamientos sobre su relación con el candidato republicano.
McCourty se sintió timado
Tras el final del documental, algunos jugadores salieron a defender a su ex entrenador. Uno de ellos fue el ex capitán de los Patriots, Devin McCourty quien en entrevista con Rodney Harrison, otro ex jugador de los Pats, dio una opinión poco favorable sobre el producto final.
Devin McCourty and Rodney Harrison on The Dynasty series. pic.twitter.com/syG12yvmyA
— ProFootballTalk (@ProFootballTalk) March 19, 2024
Harrison, pieza fundamental en dos de los títulos de los Patriots y quien siempre mostró su admiración por Bill, apenas sale unos minutos en pantalla. Por el contrario, Donte Stallworth, quien apenas estuvo una temporada en Nueva Inglaterra, es una presencia recurrente en la serie.
“Sentí que me habían jugado un poco. Pensé: 'Hombre, esto va a ser genial'. Es como, la narrativa, hablamos de esto y hablamos de aquello. Todo lo que dimos todos durante los 20 años que abarcó, solo afectó a todo lo negativo”, opinó McCourty.
Por todas sus fallas, el ex head coach de los Patriots está a 15 triunfos de convertirse en el entrenador más ganador en la historia por algo. Sus esquemas defensivos revolucionaron el deporte y anularon a ataques explosivos durante dos décadas, basta con preguntar a Peyton Manning, Kurt Warner o Sean McVay.
A lo largo de la dinastía también abrió la puerta a veteranos que difícilmente hubieran recibido oportunidades en ese momento de su carrera como Corey Dillon, Roman Phifer, Julian Edelman y el mismo Harrison.
La mano del ex entrenador se notó en cada aspecto del equipo. El llamado Patriot Way es un credo desarrollado por el entrenador y convirtió a un equipo conocido por nunca ganar nada en la dinastía más dominante en la historia de la NFL.
Belichick nunca fue un entrenador particularmente amigable con el vestidor, pero en The Dynasty parece que se trataba del villano inventando un nuevo plan para frenar a los héroes. Como demostró The Last Dance, para la televisión esa receta parece funcionar, aunque en la vida real la historia fuera distinta.