'Tata' Martino y un nuevo fracaso tras la Selección Mexicana: quedar fuera de playoffs con Inter Miami

Gerardo Tata Martino ha sumado un fracaso nuevo a su currículo reciente. El director técnico del Inter Miami no pudo modificar la inercia del club y quedó sin opciones matemáticas de acceder a los playoffs. La derrota contra Cincinnati FC (1-0) del sábado pasado dejó al equipo de Lionel Messi fuera de la pelea por el título de la Major League Soccer (MLS). Se trata de una oportunidad dolorosamente pérdida, después de la mejoría que se había visto en el último par de meses. Pero, precisamente, ese progreso se debió a la presencia de Messi, y no a la de Martino.

Después de su turbulento paso por la Selección Mexicana, que se saldó con una eliminación en fase de grupos en el Mundial de Qatar 2022, Martino recibió una oportunidad ideal para restaurar su prestigio como entrenador de élite. Pero esa idea comenzó a desdibujarse desde su debut, cuando perdió 3-0 ante el sorprendente St. Louis City. Todo quedó maquillado con el debut de Messi, seis días más tarde, y una racha de triunfos que culminó con la coronación en la Leagues Cup y el subcampeonato de la US Open Cup.

Sin embargo, la subida de ánimo era artificial y completamente adjudicable a Messi. Sin él en el campo, Inter Miami no encontró respuestas en el banquillo, con un Martino totalmente rebasado por la exigencia de pelear contrarreloj por el boleto a playoffs. Y esa dependencia quedó evidenciada de la peor forma tan sólo en el primer partido que Inter Miami jugó sin Messi, el 16 de septiembre pasado, cuando cayeron por 5-2 ante Atlanta United (equipo que un mes antes, en la Leagues Cup y con Messi, habían arrollado por 4-0).

No era raro ver que Inter Miami padeciera esa transformación ante la ausencia de Messi. Lo más preocupante fue que desde el banquillo no existieran las soluciones necesarias para evitar un desplome tan anunciado —y al final ni siquiera con él pudieron—. Martino asumió el cargo a finales de junio y comenzó a ejercerlo a mediados de julio. Durante casi tres meses, no pudo generar en el equipo los mecanismos necesarios para saber obrar sin Messi. Y no faltaron herramientas. Le llegaron refuerzos para enderezar el camino y, cuando menos, no quedar eliminado de manera tan tempranera.

Martino tenía, sobre todo, un gran crédito cuando llegó a la MLS: conocía a la perfección la liga y había sido campeón, en 2018, con el Atlanta. Había muchos escenarios similares a aquella primera experiencia. Cuando llegó a la MLS por primera vez, en 2017, Martino venía de renunciar a la Selección Argentina, después de meses de mucha tensión a nivel federativo —no fueron sus resultados la detonante, pues había perdido dos finales de Copa América, pero su equipo tenía un estilo definido—.

En los dos años que dirigió al Atlanta, franquicia debutante, Martino lideró a un equipo fresco, atractivo, que lucía un futbol intrépido y ofensivo. En su primer año, acabó en cuarto lugar y quedó fuera en cuartos de final de la Conferencia Este. Al año siguiente, no tuvieron rival. Firmaron una sólida campaña regular, que les dejó en el segundo lugar de conferencia y superaron ampliamente a todos sus rivales de playoffs hasta coronarse campeones. Ese segundo aire como entrenador fue, precisamente, la llave que a Martino le abrió la puerta de la Selección Mexicana. Parecía haberse redimido en la MLS, aunque luego su paso por México fue todo menos tranquilo.

Y el proceso parecía repetirse ahora. Paso accidentado por una selección nacional y un regreso a la MLS para establecerse de nuevo como director técnico de altos vuelos. No pudo ser. La Messidependencia le ganó el pulso a Martino y sus habilidades. Todavía le sirve la coartada de que él no empezó el torneo —aunque su mano no haya generado cambios radicales a los vistos con Neville y Morales, los otros entrenadores de Miami durante 2023—. Ahora vendrá la planeación del año 2024, en el que no habrá pretextos de ningún tipo. Martino tiene ante sí un tren que no volverá a pasar.

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