Sinner da el salto

Madrid, 10 jun (EFE).- Era cuestión de tiempo que Jannik Sinner, erigido en la sensación del tenis mundial en este 2024, asaltara la cima del ránking mundial en la que se ha aposentado en esta tercera semana del mes de junio que el jugador de San Cándido, de 22 años, tardará en olvidar.

No ha hecho falta un triunfo en Roland Garros tal y como parecía estar previsto antes del inicio del Grand Slam sobre arcilla para consolidar su dominio en un año excepcional. Al contrario, fue días antes de ser eliminado, de perder en una semifinal épica ante el español Carlos Alcaraz, el jugador con el que está destinado a pujar por el absolutismo en el tenis, cuando nada le podía apartar del trono, de la condición del número uno del ránking ATP.

Una lesión, una retirada del serbio de Novak Djokovic de París tras superar los octavos de final ante el argentino Francisco Cerúndolo, en un partido eterno, duro y tenso resuelto en cinco sets, desveló después una rotura en el menisco medial de la rodilla derecha. El balcánico, campeón el pasado año, ganador de veinticuatro Grand Slam, tuvo que decir adiós al segundo 'major' del curso. Y dar vía libre a Sinner para acceder al ático de la Clasificación ATP.

No salió vencedor de París Jannik Sinner, eliminado en semifinales por Alcaraz. Pero su gran papel y los méritos acumulados en el recorrido de este 2024 han bastado para erigirle en número uno del mundo.

El primer italiano de la historia en alcanzar la cima del ránking agranda la tesis de que el fin de una era que parecía interminable, la del dominio del conocido como 'big three', ha llegado definitivamente. La irrupción de Sinner y de Carlos Alcaraz ha agotado los argumentos de una terna que no daba opción a nada, que se repartía todos los premios. Primero fue la retirada de Roger Federer. Después el paulatino y aventurado adiós de Rafael Nadal. Y ahora las dudas de Novak Djokovic, operado del menisco, más que posible baja de Wimbledon y una incógnita para los Juegos Olímpicos de París.

Sinner y también Alcaraz han despegado con fuerza y se mantienen en lo alto. tienen esa autoridad, ambición y determinación que no tuvo la camada precedente. La de tipos como Dominik Thiem, Alexander Zverev, Stefanos Tsitsipas o Daniil Medvedev, capaces de ganar algún grande alguna vez, de cuestionar la hegemonía de un adversario pero no de asentar su talento con la rotundidad del italiano y el español.

En plena explosión del tenis transalpino, con nueve jugadores entre los cien primeros, cinco entre los cincuenta mejores, es Sinner el 'capo' de una generación incomparable en el deporte de Italia. El jugador de San Cándido ha dejado atrás los registros del legendario Adriano Panatta, que llegó a ser el cuarto tenista del mundo en 1976. Nadie hasta ahora había estado a la altura de este romano que ganó Roland Garros en 1976 tras vencer en la final, en cuatro sets, al estadounidense Harold Solomon.

Daba la sensación de que iba a ser Matteo Berrettini el líder del tenis transalpino. Llegó al sexto lugar del ránking ATP, en el 2022, finalista de Wimbledon. Se ha quedado atrás Berrettini, apartado de las grandes citas por las lesiones. Transita ahora por el puesto 97 de la clasificación, por detrás del veterano Fabio Fognini (93), referencia y mejor raqueta del país durante décadas. Por delante tiene a un sinnúmero de jóvenes preparados para dar el salto en cualquier momento: Luca Nardi (72), Flavio Cobolli (53), Lorenzo Sonego (49), Luciano Darderi (40), Matteo Arnaldi (35) o Lorenzo Musetti (30).

Pero por encima de ellos, por delante de todos, está ahora ya Sinner, de 22 años y en su séptimo año en el circuito ATP. El vigésimo noveno jugador de todos los tiempos en erigirse como número uno del mundo, tardó en elegir la raqueta como ocupación. Desechó el esquí a pesar de haber sido una de las promesas más firmes de esta especialidad en Italia.

Y es que la nueva sensación del tenis mundial creció en Val Fiscalina, en el norte de Italia. Un área montañosa donde la nieve predomina en el paisaje y comparte vida con los habitantes de la zona. Cumplió años rodeado de esquís y trineos, en un albergue en el que trabajaban sus padres Hanspeter y Siglinde Sinner.

Pero escogió la raqueta que siempre tuvo cerca, gracias a su padre. Y, al igual que sobre la nieve, sobresalió. El tercer hombre en interponerse en el absolutismo del big three, el tipo que además de Medvedev (2022) y Alcaraz (2023) ha desplazado de la cima del ránking a Djokovic, Federer o Nadal, ha conseguido asentar una carrera que disfrutó de un arranque fulgurante, hace un lustro. Cerró el 2019 en el puesto 78 del ránking ATP, el más joven después de Rafael Nadal en estar entre los ochenta mejores del mundo.

Pero nada como este 2024 al que llegó con diez títulos a sus espaldas. Entre ellos, un Masters 1000, en Canadá, en el 2023 después de haber perdido dos finales de esta categoría, en Miami (2023 y 2021) y también estuvo a un paso de coronarse maestro, en las Finales ATP de la pasada edición.

No pudo ser mejor su puesta en escena en el 2024, en el que solo ha sufrido tres derrotas. Dos frente a Carlos Alcaraz; una contra el ruso Stefanos Tsitsipas. Ganó su primer Grand Slam, el Abierto de Australia, tras remontar a Daniil Medvedev, a continuación el torneo de Rotterdam. Tras dieciséis partidos ganados del tirón, el primer revés le llegó en Indian Wells, batido por Alcaraz en semifinales. Pero después se impuso en el Masters 1000 de Miami.

Una lesión de espalda bajó su rendimiento. Propició la derrota ante Tsitsipas en Montecarlo y le obligó a bajarse del Masters 1000 de Madrid antes de jugar los cuartos de final contra Felix Auger Aliassime. No acudió a Roma para restablecerse de la dolencia y estar en Roland Garros, donde llegó a semifinales.

Sinner ha acelerado en este 2024 que comenzó como número cuatro del mundo. Ha madurado el jugador de San Cándido. Inicia su recorrido en la cima del ránking. Aún lejos de las 429 semanas, más que nadie, que ha acumulado Novak Djokovic. El italiano es el segundo jugador nacido en la década del 2000 que llega a lo alto, junto a Carlos Alcaraz. Sólo seis jugadores en activo saben lo que es ser número uno del mundo: Djokovic, Rafael Nadal, Andy Murray, Daniil Medvedev, Alcaraz y ahora también Sinner.

Santiago Aparicio

(c) Agencia EFE