Simeone y el Lazio, memoria de campeón

Madrid, 18 sep (EFE).- 14 de mayo de 2000. Es la última jornada de la Serie A. Pleno pulso por el título. Todo está pendiente del Perugia-Juventus. Su segunda parte ha sido retrasada por la lluvia. Empieza cuando ya ha terminado la goleada del Lazio al Reggina por 3-0. Diego Simeone, uno de los goleadores, aguarda en el vestuario, solo, inmóvil, tras marcar el 1-0 el Perugia; el tanto que, finalmente, lo hizo campeón. A él. Y al club romano por última vez en su historia.

"Cuando estaba entrando en la ducha me dijeron que había marcado el Perugia, nada más empezar la reanudación. Me paré y no me volví a mover. Me quedé allí hasta que terminara el partido. La derrota del Juventus nos hacía campeones de Italia", contó después en un artículo en 'La Gazzetta dello Sport'.

El gol lo anotó Alessandro Calori, que batió a Edwin Van der Sar en el minuto 49 en el estadio Renato Curi. El árbitro era Pierluigi Collina.

La segunda y última Serie A del Lazio. La anterior era de 1974. Fue campeón por un punto: 72 suyos por 71 del Juventus, que lo aventajaba en dos al inicio de la acción, demorada en el caso del partido del conjunto 'bianconero' por la lluvia. El equipo romano no dependía de sí mismo. Necesitaba el tropiezo ajeno para ocupar la cima y culminar una fenomenal remontada: a falta de ocho jornadas, estaba a nueve puntos del Juventus; a cinco del final, a cuatro.

La figura de Simeone, entonces, fue fundamental. Jamás desistió. Ni él ni su equipo. Los goles del centrocampista argentino fueron indispensables, cuatro en los últimos cuatro compromisos.

El primero de todos, en la trigésimo primera cita del torneo, al Piacenza.

En el 0-2 en el estadio Leonardo Garilli, Simeone había sido suplente (lo fue en 13 de los 31 duelos que disputó en aquella Serie A), él consideraba que debía ser titular, entró en el minuto 57 y marcó el gol, el 0-1, en el 60. Fue la primera vez que celebró una diana con los pulgares señalándose el número y el nombre de su camiseta. Una reivindicación rumbo al 'Scudetto', con sus goles: otro en el 3-2 al Venezia, otro en el 2-3 al Bolonia y otro más al Reggina, el 3-0 del campeón.

Un vínculo para siempre entre Simeone, la historia y la afición del club celeste. De un equipo imponente que se proclamó entre aquel curso y el inicio del siguiente no sólo campeón liguero, sino también, antes, de la Supercopa de Europa, precisamente el día del debut del Cholo: 1-0 contra el Manchester United. Entró en el 66 en sustitución de Pavel Nedved. Después, también conquistó la Copa y la Supercopa de Italia en el doble pulso con el Inter.

"Teníamos un equipo completo, con grandes jugadores. Gente con personalidad y capacidad de superación. El vestuario tenía clara la intención de ganar y a eso se sumaba un entrenador excelente como Eriksson. Fuimos de menos a más y a lo largo de la temporada nos dimos cuenta de que podíamos marcar la historia", expuso en el pasado Simeone, en aquel equipo junto a Juan Sebastián Verón, Marcelo Salas, Néstor Sensini , Matías Almeyda, Roberto Mancini o Alessandro Nesta, entre otros. Un bloque para la eternidad en el Lazio.

DEL INTER AL LAZIO EN 'LA OPERACIÓN VIERI'

Simeone disputó 136 encuentros, 94 como titular, con 18 goles, a las órdenes de cuatro técnicos distintos (el citado Eriksson, Dino Zoff, Alberto Zaccheroni y Roberto Mancini) con el Lazio a lo largo de cuatro cursos, desde su llegada en el verano de 1999.

Cuando Simeone fue traspasado al Lazio, el 8 de junio de 1999, no lo sabía. Dentro de la operación de venta del conjunto romano al Inter del también exrojiblanco Christian Vieri, el centrocampista argentino siguió el camino contrario, aunque se enteró con todo hecho, tras la reunión de Massimo Moratti, accionista mayoritario en aquella época del club 'neroazzurro', y Sergio Cragnotti, su homólogo en el Lazio, en un hotel de la capital italiana.

"Creo que no le disgustará jugar en el Lazio. No se lo hemos comunicado aún, pues está de viaje. El está muy unido al Inter de Milán, pero existía una gran incompatibilidad técnica. No obstante, va a un gran equipo", expresó entonces Moratti, que sí había informado del pase al agente del 'Cholo', Settembrini.

Simeone había jugado dos años en el Inter (1997-98 y 1998-99), después de su salida al término del curso 1996-97 del Atlético de Madrid por unos siete millones de euros rumbo a la entidad italiana, de la que entonces fue vendido al Lazio.

Cuando llegó, no apuntaba a titular. Ni siquiera se le asignaba un papel trascendental en el equipo. Como si fuera un actor secundario. No fue así. Simeone se lo ganó en los entrenamientos y en los partidos hasta ser campeón. "Este título es, para mí, una victoria personal. Cuando llegué acá nadie me daba posibilidades. Era como que no tenía lugar, como que nunca iba a ser titular. Y bueno, competí, hice sacrificios y supe aprovechar las oportunidades. Al final, además de haber ganado el título, gané una batalla personal. Es lo que yo siento", contó en declaraciones a 'La Nación' cuando conquistó la Serie A.

En el Lazio también sufrió el infortunio: el 26 de septiembre de 2001, en la fase de grupos de la Liga de Campeones, se dañó el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en un partido contra el PSV en Eindhoven, en un choque con el portero rival, Ivica Kralj, en el primer tiempo. En el minuto 38, fue reemplazado por Dejan Stankovic. Tras su rehabilitación, con sesiones de hasta seis horas diarias, el 7 de abril de 2002, seis meses y casi dos semanas después, reapareció en el Lazio-Lecce.

Y llegó al Mundial de Japón y Corea 2002. "Siempre ha sido mi objetivo principal y es el que me ha dado la fuerza para llegar para recuperarme. En todo este tiempo he sentido cerca, apoyándome, a toda la gente de la selección. Ahora me toca a mí jugar y hacerlo bien", contó entonces a EFE-Radio.

"Que tenía alma de entrenador se veía desde el primer día", expuso Hernán Crespo, compañero suyo en la selección argentina y en el Lazio. En su etapa como jugador aún, Simeone siempre auguró que algún día entrenaría al conjunto romano, como también lo haría -y lo hace- al Atlético de Madrid, del que volvió desde Italia tras el curso 2002-03 todavía en su etapa de jugador.

DOS DUELOS Y DOS VICTORIAS DE SIMEONE CONTRA EL LAZIO

El 15 de julio de 2003 se concretó su regreso al Atlético, como futbolista. "Ha sido una decisión difícil porque en la Lazio lo he dado todo. Lástima que no hayamos podido ganar la Liga de Campeones.La despedida de mis compañeros, cuando dejé la concentración, fue muy conmovedora", expresó entonces Simeone.

"Me fui porque había llegado el momento de cambiar. En la vida siempre he pensado una cosa: mejor irte tú antes de que sean los otros quienes te lo hagan", abundó en ese sentido el centrocampista entonces con 33 años. "Tomé la decisión con gran serenidad, pues el Lazio me pertenece en los recuerdos: es un vínculo afectivo", añadió.

"La nostalgia existe, pero también la conciencia de haberme ido con el respeto de la gente, de mis antiguos compañeros. No habría podido desear o pedir más. Ciertas uniones no tienen la duración de un contrato, pues pertenecen al corazón", incidió en su salida del Lazio, con el que se reencuentra ahora como entrenador del Atlético de Madrid.

No es la primera vez. Ya ocurrió en febrero de 2012, en su debut como técnico rojiblanco en competición europea, en los dieciseisavos de final de la Liga Europa, con sendos triunfos, tanto en Roma, por 1-3, la remontada firmada por Radamel Falcao (2) y Adrián López, como en el desaparecido Vicente Calderón, con el gol de Diego Godín.

Dos triunfos rumbo a su primer título con el Atlético, con el que ya sólo le queda ganar la Champions: el Lazio abre otra oportunidad.

Iñaki Dufour

(c) Agencia EFE