La selección de todos, entradas para pocos

Lionel Messi levanta la Copa del Mundo en el estadio Monumental en marzo, junto a sus compañeros: volverán a jugar este jueves ante Ecuador en ese estadio
Lionel Messi levanta la Copa del Mundo en el estadio Monumental en marzo, junto a sus compañeros: volverán a jugar este jueves ante Ecuador en ese estadio - Créditos: @Aníbal Greco

“Es lo poco que le queda al fútbol de valioso, jugar por nada, solo por amor a la camiseta”. La frase de Marcelo Bielsa, en su discusión reciente con periodistas de Uruguay, aludía a los cracks sudamericanos que suelen venir por migajas (respecto del dinero que cobran en sus clubes europeos) a jugar las eliminatorias mundialistas. “La selección de un país como un escenario vírgen, no contaminado por el dinero, todavía” , decía Bielsa el viernes pasado en Montevideo. Ese mismo día se estrenaba aquí el nuevo sistema de venta de entradas para ver a la Argentina campeona de Leo Messi que debuta mañana ante Ecuador: el AFA ID.

Se llaman eliminatorias, pero con un Mundial de 48 selecciones, Sudamérica clasifica a seis de sus diez representantes, más un séptimo que irá a repechaje (y dos rivales que compiten poco: Bolivia se clasificó solo en 1 de 17 series, Venezuela en ninguna). Serán 162 partidos hasta octubre de 2025. Maratón ideal para el contrato con la TV. Y, a partir de ahora, ideal también para conformar de modo definitivo al nuevo público de la selección. El que puede pagar hasta 4,9 millones de pesos en la versión más cara del AFA ID (que además garantiza conseguir boletos para la Copa América 2024 y el Mundial 2026). Hay un ID más barato (24.000 pesos), pero esa membresía ni siquiera asegura entrada para las Eliminatorias. Aparte se paga además el valor de la platea (de 89.000 a 37.000 pesos). O la popular a 19.000 pesos. A través de la nueva ticketera amiga.

Un hincha orgulloso con su entrada para ver este jueves a Argentina frente a Ecuador, en el estadio Monumental
Un hincha orgulloso con su entrada para ver este jueves a Argentina frente a Ecuador, en el estadio Monumental - Créditos: @Daniel Dabove

La elitización de la pelota vivió su año clave en 1992 con el nacimiento de la Premier League inglesa, dice el economista italiano Andrea Goldstein en su libro “El poder del fútbol”, que presentó el jueves pasado en Buenos Aires. Clubes que se sacaron de encima a sus hinchas históricos, siempre más molestos, para poder cobrarle boletos dorados a una nueva generación más “chic”, contó Nick Hornby en su libro mítico “Fiebre en las gradas”. Eran clubes enriquecidos por el nuevo contrato de la TV de pago. La cadena Sky, escribió años atrás Barney Ronan en The Guardian, tenía tres opciones para evitar la bancarrota: películas de Hollywood, pornografía o fútbol. Eligió pagarle millones obscenos a los clubes. Fútbol pornográfico.

Los hinchas históricos, eso sí, recordaron su valor en 2021, cuando salieron a las calles para oponerse al elitismo de la Superliga europea, competencia del futuro, exclusiva para los más ricos. Fue una reacción digna y valiente. Pero tardía. El “people’s game” resistió hasta donde pudo. Ganó la codicia. “Extraordinarias lavadoras deportivas”, escribió Simon Hattenstone, que “cumplieron su palabra, invirtieron millones y regalaron títulos”, como hizo Abu Dabi con Manchester City. “Adictos al abuso”, los hinchas, dijo Hattenstone, “vemos ahora el precio que hemos pagado por el éxito”. Los aficionados más rebeldes, furiosos porque los boletos pasaron a costar oro, pusieron una vez un cartel en la sede de la Premier League que decía “el fútbol sin hinchas es nada”. Algo parecido gritaba Discépolo en 1951 en el filme El Hincha: “¿Qué sería de un club sin el hincha? Una bolsa vacía”.

La imagen del título logrado en Qatar vive en las paredes del predio de la AFA
La imagen del título logrado en Qatar vive en las paredes del predio de la AFA - Créditos: @Aníbal Greco

¿Será el AFA ID el precio que pagamos por Qatar? La selección campeona de Messi parece hoy un poderoso club globalizado como el City, Barcelona o Real Madrid, con hinchas hasta en China, oficinas en Miami y medio centenar de contratos de patrocinio, casas de apuestas incluídas. AFA ID, contaba en charla radial el colega Marcelo Gantman, director de Big Data Sports, podría haber sido una buena idea si también hubiese sido presentada como una plataforma que incluyera contenidos exclusivos, camisetas autografiadas, descuentos. Pero no. La AFA de Chiqui Tapia ni siquiera aclaró qué tope de boletos tendrán los nuevos socios dorados de la selección ID. Hubo reacciones furiosas en las redes. “La gente”, dijo Gantman, “lo entendió mal porque se lo ofrecieron para algo que está mal: que para ver a la selección hay que ser rico, es horrible eso”. Lo que no es horrible, claro, es la selección. Su contagio de compromiso sincero para volver a encender una nueva ilusión. No alcanzan dos Monumentales para abrazarla.

El martes se cumplieron treinta años de un día fatal para la selección. Argentina venía de dos finales seguidas con Carlos Bilardo (campeona en México 86, subcampeona en Italia 90) y de ganar dos Copas América con Alfio Basile (Chile 1991 y Ecuador 93). Pero aquel 5 de setiembre de 1993, lejos de cantar “Muchachos”, buena parte de los 73 mil hinchas argentinos que colmaron el Monumental celebraron con “oles” la paliza 5-0 de Colombia que casi nos deja afuera del Mundial de USA 94. Más grave fue la bofetada que sufrió luego la propia Colombia, que llegó entre los favoritos al Mundial, pero terminó siendo la primera eliminada. Era una selección alimentada por dinero narco, el poder paralelo en aquellos años en Colombia. Había codicia dirigencial. La tentación eterna del éxito. La misma que habrá sentido Hernán “Bolillo” Gómez, por entonces asistente, cuando apenas minutos después del 5-0 histórico, acaso intuyendo lo que vendría, le dijo preocupado al DT Francisco Maturana: “Pacho, la cagamos. ¿Y ahora qué hacemos?”.