La selección argentina llegó a Maturín para enfrentar a Venezuela por las eliminatorias sudamericanas

Lesiones, suspensiones, conflictos diplomáticos y hasta la amenaza de uno de los huracanes más destructivos de los últimos tiempos fueron algunos de los obstáculos que debió sortear la selección argentina en la previa del partido de este jueves en Venezuela. Con siete bajas confirmadas y la vuelta del capitán, Lionel Messi, el equipo de Lionel Scaloni buscará dejar atrás la derrota con Colombia y empezar a asegurar el pasaje al Mundial de 2026.

El plantel albiceleste aterrizó este miércoles por la noche en el Aeropuerto Internacional José Tadeo Monagas, a unos siete kilómetros del centro de Maturín, donde se hospedará hasta la previa del partido. Fue un viaje de siete horas con escala obligada en Barranquilla, dado que el gobierno de Estados Unidos suspendió en 2019 los vuelos directos hacia territorio venezolano. Con el objetivo de realizar tramos más cortos, Scaloni decidió hacer base en Miami y entrenarse allí lunes, martes y miércoles para luego abordar el vuelo con destino a Maturín. Sin embargo, las inclemencias climáticas complicaron los planes del entrenador y la selección estuvo a punto de quedarse en Miami. ¿La razón? La inminente irrupción del huracán Milton, próximo a tocar tierra en estas horas en las costas de la Florida.

El avance de este peligroso fenómeno natural provocó la cancelación de más de 700 vuelos. Desde la AFA tomaron contacto con la Conmebol para dar cuenta de este contratiempo, ya que el reglamento exige a las selecciones arribar a la sede del partido con al menos 24 horas de anticipación al inicio del encuentro. Por este motivo se barajó seriamente la posibilidad de aplazar un día el compromiso con la Vinotinto o bien postergarlo para más adelante, aunque luego del mediodía llegó el ok de las autoridades locales para que Argentina emprenda finalmente el viaje a Maturín en un chárter de Avianca.

Aun así, y pese a la enorme incertidumbre que generó esta situación, las complicaciones con los vuelos no fueron la única dificultad con la que se topó Scaloni a la hora de planificar el partido. Es que la epidemia de lesiones y suspensiones no le permitirá al entrenador repetir la base del equipo titular. Si bien pondrá en cancha un 11 más que competitivo, lo cierto es que la selección enfrentará a la gran revelación de las eliminatorias sin cuatro de sus habituales titulares: Emiliano Martínez (suspendido dos fechas por conductas antideportivas), Cristian Romero (se perderá el duelo en Maturín por acumulación de amarillas), Nicolás González (se quedó en Italia por una distensión en el cuádriceps derecho) y Alexis Mac Allister, quien está prácticamente descartado producto de una molestia muscular que sufrió en el partido del sábado entre Liverpool y Crystal Palace.

Además, otros tres jugadores fueron desafectados de la lista por temas físicos (Marcos Acuña, Paulo Dybala y Alejandro Garnacho) y este miércoles se supo que Valentín Carboni quedó afuera del viaje a Venezuela tras sufrir un golpe en la rodilla izquierda en el final del entrenamiento matutino. Scaloni convocó a Facundo Buonanotte y Julio Soler para completar la delegación, aunque contará con pocas alternativas de peso en caso de buscar soluciones en el banco.

Enfrente, para colmo, habrá una Venezuela que dejó de ser una cenicienta para transformarse en un duro conjunto difícil de voltear. Dirigido por Fernando Batista, el hermano menor del Checho, la Vinotinto se encuentra en zona de clasificación al Mundial (un punto arriba de Paraguay, en repechaje) y sueña con participar de su primera cita ecuménica tras casi 60 años de espera. El equipo realizó una histórica campaña en la Copa América de Estados Unidos, con tres triunfos consecutivos y una derrota por penales frente a Canadá, y logró resultados sorprendentes en las primeras fechas de las eliminatorias, como el empate 1-1 en Brasil y la goleada 3-0 sobre Chile. Aunque lleva cuatro partidos sin ganar, con tres empates y un categórico 0-4 frente a Bolivia en El Alto, mereció más puntos de los que obtuvo en la cancha.

Ubicada casi en el extremo norte del país, más cerca de Trinidad y Tobago que de Caracas, Maturín es una de las ciudades más calurosas de Venezuela y la temperatura se eleva aún más en los partidos de la Vinotinto, que está invicta en el estadio Monumental y no recibió goles en ese escenario a lo largo de toda la eliminatoria. El partido comenzará a las 17 (hora local, las 18 de Argentina) y el pronóstico prevé una temperatura de 34º con 72% de humedad, además de lluvias intermitentes.

Pero Argentina volverá a contar con Messi y esa es una ventaja con la que ninguna otra selección cuenta en el planeta. El 10 jugó su último partido con la celeste y blanca el 14 de julio pasado, en la final de la Copa América ante Colombia en la que debió ser reemplazado en el complemento. Un esguince sindesmal en el tobillo derecho, que implicó la rotura parcial de los ligamentos que unen la tibia con el peroné, lo mantuvo dos meses alejado de las canchas hasta su reaparición el 14 de septiembre pasado en el triunfo 3-1 de Inter Miami sobre Philadelphia.

El rosarino es el único integrante del plantel que ya jugó un partido en Maturín, ya que disputó allí un encuentro a beneficio junto a Ronaldinho Gaúcho a mediados de 2008. Aunque el equipo se adaptó a jugar sin Messi, la presencia del astro siempre invita a la ilusión. El capitán no confirmó hasta cuándo jugará en el seleccionado y si participará o no del próximo Mundial, aunque Scaloni espera seguir contando con él al menos hasta 2026. “Jugará hasta que quiera y esperemos que sea lo más tarde posible”, dijo el entrenador.

“No sabíamos si íbamos a despegar, menos para hacer un asado. Está todo muy alerta. El sábado haremos un buen asado con los jugadores y la gente de la AFA porque pasamos días complicados y estresantes. Cuando planificamos el viaje a Miami pensamos en la comodidad de los jugadores. Sabíamos que íbamos a tener que hacer una escala sí o sí para llegar a Maturín”, llegó a decir el DT ante las cámaras de AFA Estudio antes de abordar el vuelo a Barranquilla. Si hubieran ido desde Buenos Aires, también tendrían que haber pasado por la ciudad colombiana.

El DT no confirmó el equipo ni tampoco el sistema táctico que empleará ante Venezuela. La duda pasa por saber si parará un 4-4-2, con Giovanni Lo Celso como cuarto volante (también probó a Thiago Almada en esa posición), o si apuesta a un esquema con tres puntas con Messi, Lautaro Martínez y el ingreso de Julián Álvarez. Por lo pronto, Germán Pezzella, quien también estuvo en duda por una microfractura en el oído izquierdo, reemplazaría a Romero en la zaga central y Leandro Paredes se dividiría el círculo central con Enzo Fernández en lugar del lesionado Mac Allister. A su vez, Gerónimo Rulli defenderá el arco por la sanción al Dibu Martínez y Nahuel Molina y Nicolás Tagliafico serán los laterales titulares.

Líder indiscutido de la tabla, Argentina intentará cerrar esta primera mitad de las eliminatorias con un pie y medio en el próximo Mundial. Y ganar un Maturín, contra todas las adversidades, sería un gran golpe de efecto para empezar a cumplir el objetivo.