Sebastián Báez, campeón del ATP 500 de Río de Janeiro con una tarea impactante de principio a fin frente a Mariano Navone: ambos alcanzarán su mejor ranking
Río de Janeiro fue una fiesta para el tenis argentino. El Río Open , en términos numéricos, el ATP sudamericano más importante, ya que es el único de categoría 500, se tiñó de celeste y blanco. Celebró Sebastián Báez (23 años) al conquistar el quinto trofeo individual de su carrera, el primero por encima del nivel 250. Y festejó Mariano Navone (22), que el fin de semana pasado entró en la clasificación del torneo carioca todavía sin éxitos a nivel ATP, siendo el 113° del mundo, y, sin embargo, se marcha con cuatro triunfos en el cuadro principal y asegurándose un contundente salto en el ranking, hasta el 60°.
Báez, con el espíritu competitivo que lo caracteriza, sabiduría para seleccionar sus tiros y el oficio que le aporta la experiencia (fue su séptima final en el ATP Tour), redondeó una tarea ilustre sobre el polvo de ladrillo del Jockey Club Brasileiro, imponiéndose en la final por 6-2 y 6-1, en 1h22m. Embolsó un premio de US$ 392.775 y, desde este lunes, logrará un nuevo récord personal, alcanzando la 21ª posición del ranking (+9). Además, los cinco títulos ubican al jugador entrenado por Sebastián Gutiérrez por encima de la línea de Diego Schwartzman (cuatro) en el listado de los argentinos más exitosos de la historia a nivel ATP (Guillermo Vilas, con 62, es el más ganador, obviamente).
Con el español David Ferrer y el brasileño Guga Kuerten como espectadores ilustres, Báez, nacido en Billinghurst (partido de San Martín), tuvo un arranque furioso del partido, con claridad conceptual y una capacidad atlética estupenda. Presionó y en apenas 19 minutos le rompió dos veces el saque a Navone, adelantándose por 4-0. Pero en el quinto game, el tenista de 9 de Julio (provincia de Buenos Aires) comenzó a soltar el brazo, empezó a impactar mejor y a desplazar a Báez de un extremo al otro, generándole dos break points: aprovechó el segundo para achicar la distancia (4-1). Undécimo jugador en llegar a una final de un ATP 500 viajando desde la qualy (categoría de torneos creada en 2009), Navone se energizó e intentó reaccionar, cambiando las alturas, pero Báez fue paciente y le puso un freno. Con Navone sacando 2-5, Báez tuvo un primer set point, que no concretó. Pero a los pocos segundos volvió a tener otra chance de rompimiento y, esta vez sí lo consiguió (6-2).
El control del arranque del segundo parcial también fue de Báez. Tras sostener su servicio, le rompió el saque a Navone (2-0). El tenista entrenado por Andrés Dellatorre se vio obligado a tomar más riesgos, a jugar sobre las líneas, con lo que ello implica. Báez, muy cómodo en el partido, le generó seis break points en el cuarto game a Navone y, tanto empujó, que se llevó un nuevo game para adelantarse por 4-0. Cuando daba la sensación de que a la final le restaba muy poco, Navone le rompió el saque a Báez en el quinto juego (1-4). Pero la reacción del nuevejuliense fue minúscula, porque Báez resolvió un potencial problema logrando otro quiebre (5-1). Ya con su servicio, no dudó y le puso un moño a una semana extraordinaria, decorada aún más por la entrega del trofeo en manos de Kuerten.
“Esto es increíble... toda la semana me sentí cómodo, como en casa. Es especial ganar esta final”, dijo Báez, que finalizó con dos aces, sin doble faltas, con el 79% de primeros servicios, el 68% de puntos ganados con el primer saque (23 de 34) y el 67% con el segundo (6 de 9). “Es una semana increíble: arrancar tratando de pasar la qualy y llegar a la final... Se verá un gran premio en el ranking. Haber llegado a la final en uno de los torneos más lindos del circuito es inolvidable”, apuntó Navone, durante la ceremonia de premiación. Él, que en las semifinales había despedido al campeón defensor (el británico Cameron Norrie), también se ganó una ovación.
Unas horas antes de la final en el estadio central llamado Guga Kuerten, se conoció una curiosa historia al viralizarse una foto de un Navone más joven, con pelotitas firmadas por el propio exnúmero 1. Según conoció LA NACION, Guga las autografió en 2017, durante una visita a Ushuaia: un amigo de la familia Navone que trabajaba allí en turismo fue el designado para acompañarlo en las excursiones y le pidió las firmas. Ayer, al tres veces ganador de Roland Garros (1997, 2000 y 2001), le mostraron la vieja foto durante la premiación carioca, sonrió y se acercó al jugador argentino para darle un cálido abrazo.
Hasta la conquista de Báez, Schwartzman era el único argentino campeón del Río Open: en 2018, al vencer al español Fernando Verdasco. Además, el bahiense Guido Pella perdió la final en 2016 con Pablo Cuevas (Uruguay) y, en 2022, el Peque cayó con el español Carlos Alcaraz, que en esta edición se despidió en su debut tras lesionarse el tobillo derecho cuando se jugaban pocos minutos.
La definición de Río entre Navone y Báez fue la 30a final totalmente argentina en la Era Abierta, la primera desde que el propio Báez derrotó a Federico Coria en el Córdoba Open el año pasado. Además, fue el primer enfrentamiento entre dos argentinos en una final de ATP 500. Y, de esta manera, el tenis nacional sumó su título individual masculino del ATP Tour número 234 (hace tan sólo unos días, en Buenos Aires, Facundo Díaz Acosta había obtenido el 233).
Báez, preparado físicamente por Martiniano Orazi (el mismo que potenció a Juan Martín del Potro y a Diego Schwartzman), se transformó en el sexto campeón argentino de un ATP 500, el primero desde Del Potro en Acapulco 2018. Profesional de las raquetas desde esa misma temporada y tras los títulos de Estoril 2022, Córdoba, Kitzbühel y Winston-Salem 2023, su carrera sigue levantando vuelo. Tiene “hambre”, luce brillo propio y, con tanto recorrido por delante, ostenta mucho margen para seguir haciendo ruido.
Resumen de la victoria de Báez en Río
Ocho argentinos en el top 100
Con limitaciones económicas y de infraestructura, además de la distancia con los principales centros tenísticos del mundo (Europa y Estados Unidos), la Argentina se las ingenia para seguir desarrollando tenistas. Desde este lunes, el deporte de las raquetas presenta a ocho jugadores dentro del top 100 de la ATP, dos de ellos, debutantes: Navone y el platense Thiago Tirante (22), que aparecerán en los puestos 60 y 100, respectivamente.
Además, en el ranking figuran Francisco Cerúndolo (20°), Báez (21°; su ranking más destacado), Tomás Etcheverry (27°), Facundo Díaz Acosta (52°; su mejor posición), Pedro Cachin (78°) y Federico Coria (89°).
El Chile Open, último ATP de la gira
Santiago de Chile es, desde este lunes, la última estación de la gira sudamericana ATP. De categoría 250, tendrá al local Nicolás Jarry como primer preclasificado. Báez será el segundo favorito y debutará directamente en los 8vos de final. Navone figura en el cuadro, pero se bajará de la competencia. Además, están Díaz Acosta, Cachin, Tirante, Coria, Juan Manuel Cerúndolo y Román Burruchaga (los dos últimos pasaron la qualy). Diego Schwartzman jugará en el ATP 500 de Acapulco, donde recibió una invitación: se medirá en la primera ronda con Miomir Kecmanovic (Serbia).