Robert Moreno: "Rusia es un reto...pero me abrigaré para no tener frío en la banda"

Moscú, 24 feb (EFE).- Al exseleccionador español Robert Moreno le van los retos. Ha elegido Rusia y al colista de la liga (el Sochi) para relanzar su carrera como entrenador después de casi dos años en el dique seco. Pero no le asusta ni el frío ni el futuro, sólo el próximo partido.

"Todo el mundo me dice que estás loco, cómo vas a ir, que vas a bajar. Es horrible. Generalmente, eso me genera lo contrario. Que me digan que no se puede hacer algo, me motiva bastante", comentó a EFE en videoconferencia desde Turquía, donde el Sochi concluye su pretemporada invernal.

Un desafío para optimistas

Moreno quería un reto y ya lo tiene. Después de Mónaco y Granada, Sochi. "La rusa es una liga competitiva. Es difícil ganar en cualquier lugar del mundo", señala.

El Sochi es último clasificado de la liga rusa con 11 puntos en 18 partidos. Quedan 12 encuentros para sellar la salvación. La aventura comienza el 3 de marzo ante el Báltika en Kaliningrado.

Con todo, es optimista, ya que, por lo analizado y después de haber ganado cuatro de los siete partidos de preparación con una sola derrota, ha concluido que el Sochi "es mejor de lo que dice la clasificación".

"Ha sido muy fácil, todo lo que les he pedido me lo han dado", señala sobre su decisión de fichar por el club del mar Negro, que le hizo "sentirse querido" tanto por la directiva como por la dirección deportiva.

De Emery a Xavi Pascual

Moreno tuvo buenos asesores. Primero, consultó a un amigo, Xavi Pascual, el entrenador del Zenit de baloncesto desde 2020.

"Soy amigo de Xavi (...). Estoy al día de cómo es el deporte y cómo está todo. Por ahí, ya no fue tan raro para mí", explica.

En el plano futbolístico, llamó a César Navas, que fue campeón de liga con el Rubín Kazán (2010) y militó en el fútbol ruso durante la friolera de nueve temporadas.

Y escuchó consejos de Javi Gracia, que trabajó también en Kazán, y de los ayudantes del técnico del Aston Villa, Unai Emery, que dirigió al Spartak Moscú en 2012.

"¿Objetivos? Los mismos que cualquier entrenador, ganar partidos. No hay más. No hay futuro, no hay pasado, sólo el partido de mañana ante el Fákel. Intentar ganar y seguir sumando minutos como equipo", asegura.

Ser entrenador del Barça

No le gusta echar la vista atrás, pero no olvida su pasado blaugrana, club donde lo ganó todo como asistente del técnico, Luis Enrique.

Cree que lo que está viviendo ahora el Barcelona es "un proceso normal" para "un equipo obligado a ganar siempre" y que cuando eso no ocurre "parece que sea la mayor crisis del mundo".

Por todo ello, se solidariza con el barcelonista Xavi Hernández, con el que coincidió en su último año como jugador.

"El que se hace entrenador sabe que la diversión dura 30 segundos tras el pitido final y después estás pensando en el siguiente partido", explica.

La autoexigencia de Xavi

"Yo creo que es un chico que ama al Barça, lo adora. El año pasado lo hizo bien. Ganó la liga. Pero creo también que se ha puesto una autoexigencia, en cuanto a forma de jugar y ganar títulos, que a la que no ha salido mínimamente bien, le ha jugado en su contra", afirma.

Recuerda que "la figura de entrenador del Barca es una de las más difíciles que existen" y que en los grandes clubes, incluido el Real Madrid, "los niveles de exigencia son extremos".

Además, añade, "si pasa con alguien que es de allí, que ha vivido el Barca desde pequeño, que no sólo tiene una implicación contractual, sino emocional, puede llegar a este punto de autoexigencia y de querer hacerlo tan bien y de pasar por esta situación de no conseguir lo que él quiere y sufrir".

"Yo entiendo lo que está pasando. Lo entiendo perfectamente. Si alguien puede opinar, somos los que vivimos la casa de cerca. Yo lo he vivido tres años de cerca. Sólo le deseo lo mejor. Sé lo difícil que es la tarea que está haciendo", asevera.

De la Caixa al fútbol

Sin querer dar consejos a nadie, a sus 46 años ha aprendido "a vivir al día" y "navegar en la incertidumbre".

"Lo que ha cambiado mi vida en los últimos 12 años. Yo trabajaba en la Caixa como empleado de banca. De un día para otro me hice profesional del fútbol y estuve en el Barça ganando títulos y fui seleccionador. Pensar lo que va a pasar en el futuro, te quita energías para lo que tienes que hacer en el presente", afirma.

Sea como sea, ahora tiene una cosa bien clara. "Me abrigaré bien para no tener frío en la banda", afirma.

(c) Agencia EFE