River: Martín Demichelis, de aquel DT campeón que conquistó al Monumental rápido a este presente que ya genera controversia
“Me sigo sintiendo con fuerza para lo que viene”. La caída en semifinales de la Copa de la Liga ante Rosario Central por penales volvió a exponer un irregular y extraño segundo semestre de River. Y Martín Demichelis empieza a cerrar un año repleto de vaivenes emocionales en su primera experiencia como entrenador profesional. De aquel DT campeón que conquistó al Monumental rápidamente a este presente que ya genera controversia dentro del hincha millonario. Una situación realmente impensada cinco meses atrás.
River se consagró campeón de la Liga Profesional el 15 de julio con un contundente 3-1 a Estudiantes en una noche repleta de fútbol en el Monumental. De menor a mayor, Demichelis construyó un equipo invencible de local, que desplegó un fútbol vistoso y convincente en todas sus líneas y que se coronó como el mejor del año con amplio margen de distancia en el ámbito local: le sacó 11 puntos de ventaja al segundo Talleres. Pero, a partir de ahí, todo cambió. El 20 de julio cayó 1-0 con Talleres y quedó eliminado de la Copa Argentina en 16vos de final y el 8 de agosto perdió 2-1 con Inter en Porto Alegre y fue derrotado por penales en octavos de final de Copa Libertadores. Caída libre.
El giro fue negativo y radical. Tras esos dos golpazos, en la primera semana de septiembre se filtraron supuestas declaraciones del entrenador millonario en una reunión ‘off the record’ con periodistas que causaron incomodidad y malestar en el plantel profesional. Un vestuario acostumbrado a la impenetrabilidad se agitó. Y aunque la relación no se rompió, se desgastó. Un combo de situación que tampoco causó buenas sensaciones en el hincha y que se potenció con una sustancial merma en los niveles colectivos e individuales: River nunca volvió a transmitir la misma seguridad del campeón.
”Estoy dolido como todos los jugadores y el mundo riverplatense. El hincha de River está acostumbrado a exigir ganar. Me formé en el club, lo sé y siempre lo dije. Aún ganando recordé que River no solo exigía ganar sino jugar bien. Logramos algo que no es fácil: se ganó la Liga en 2008, 2014 y 2021 y nosotros lo logramos en siete meses. Lo de la Copa Argentina y la Copa Libertadores dolió porque había mucha ilusión. Entramos en un mal comienzo de esta Copa de la Liga, nos reacomodamos en partidos posteriores, tuvimos un mal noviembre y le ganamos el otro día a Belgrano. Y buscábamos la final para jugar dos en siete días… el hincha está en todo su derecho de no estar contento, pero creo que se hicieron cosas bien. Seguramente con la decisión de Marcelo (Gallardo) de haberse ido de la institución, la transición más difícil de la historia por todo lo que significaba. Hay que seguir trabajando y creyendo”, analizó Demichelis.
Más allá de que sostuvo 20 triunfos consecutivos en un récord histórico en el Monumental y de que se clasificó segundo en la Zona A de la Copa de la Liga, el equipo nunca pudo encontrar su forma. Es más, patear el tablero con cuatro cambios y variación de sistema ante Rosario Central lo expuso a Demichelis: ese volantazo inesperado en una semifinal -aunque funcionó porque el juego mejoró- desnudó los problemas que tuvo desde julio. River careció de determinación, seguridad y confianza.
Y hubo inconvenientes en todas las líneas: los laterales defensivos fueron un dolor de cabeza constante; el acompañante de Enzo Pérez nunca estuvo claro; el ingreso del refuerzo estrella Manuel Lanzini no funcionó; y el centrodelantero fue una lucha sin vencedor entre Miguel Borja y Salomón Rondón.
¿Se siente cuestionado el técnico? ¿Está con otro tipo de presión? ¿Debe volver a ganarse al hincha pese a los números positivos de su 2023? Preguntas que aparecen en escena y que el DT tuvo que responder en conferencia de prensa: “Si me preguntan lo mismo dos veces en cinco minutos, es porque seguramente eso está instalado. Siempre digo lo mismo: no me subí al escalón del éxito cuando habíamos ganado el primer torneo y no me confundí para perder mis ideales ni mi humildad ni raíces porque sé de dónde vengo. Soy inmensamente feliz y lo seré hasta el último día que sea entrenador de River, me siento con total entereza y fortaleza para agarrar el auto e ir al River Camp. A ellos me debo. Si me dejo influenciar todo el tiempo por el qué dirán, es difícil trabajar. Está bien, somos un país muy pasional con respecto al fútbol. A todos nos gusta opinar. Hago mis análisis con la gente que tengo que hacerlos, intento escuchar, pero bueno… me sigo sintiendo con fuerza para lo que viene. Hay que ajustar detalles, pero no le sirve a la gente: hay que ganar, gustar y golear. Este tipo de explicaciones, hoy, no les alcanza”.
Sin peso ofensivo ante Central
Internamente, no hay dudas: la comisión directiva respalda a Demichelis -con dos años más de contrato- de cara al 2024 y ya se trabaja a fondo en la planificación de la pretemporada para dedicarle el cierre de diciembre y enero al mercado de pases. River tendrá el viernes 22 el Trofeo de Campeones para intentar lograr su segundo título del año y descansar con otro tipo de tranquilidad en un 2023 en el que las aguas se movieron más de la cuenta, más allá de haber logrado un 66% de efectividad (ganó 33, empató 9 y perdió 12 partidos con 96 goles a favor y 54 en contra).
”A la gente lo primero que tengo para decirle es agradecimiento y felicitarlos porque no dejan de llenar donde nos toca jugar. Soy el principal responsable cuando las cosas no funcionan bien y el primero que quiere ganar. Pero siempre que me cruzo con los hinchas, hay un gran respeto. Vamos a seguir trabajando duramente para ganar el 22, descansar poco y hacer una gran pretemporada para 2024. Tenemos identidad. Me voy a subir a una frase de Diego Simeone: ‘solo sirve ganar, ganar y ganar’. Que hoy no se vea la identidad porque no ganamos, quizá para muchos sea así, pero sí que la tenemos”, cerró Demichelis, sabiendo que las frías estadísticas positivas hoy no aplacan un difícil presente caliente.