La revolución de Brighton: el factor sudamericano, ventas millonarias, su primera Europa League y una identidad que enamora

Todo un símbolo: Alexis Mac Allister y Moisés Caicedo se abrazan en Brighton, algunos días antes de partir a Liverpool y Chelsea
Todo un símbolo: Alexis Mac Allister y Moisés Caicedo se abrazan en Brighton, algunos días antes de partir a Liverpool y Chelsea - Créditos: @GLYN KIRK

Brighton And Hove Albion Football Club es el líder de la Premier League: dos partidos, dos goleadas. Comparte el primer escalón con Manchester City y Arsenal (el campeón repetido y el competidor hasta las últimas fechas de la temporada pasada), aunque saca una luz de ventaja por sus ocho goles a favor y dos en contra. Un 4-1 sobre Luton y otro 4-1 frente a Wolverhampton. No pertenece al círculo virtuoso de los seis grandes (Liverpool, Manchester United, el City, Arsenal, Chelsea y Tottenham), pero en la temporada pasada alcanzó la cúspide, desde bien abajo: la clasificación para la Europa League.

Con Alexis Mac Allister, campeón del mundo (hoy en Liverpool) y el ecuatoriano Moisés Caicedo (recientes 146 millones de dólares rumbo a Chelsea, en la transferencia más cara de la historia de la liga), crearon una sinfonía maravillosa en la temporada pasada. Toque, sorpresa, belleza. Representa, también en la segunda parte de 2023, el fútbol que le gusta a la gente, si ese término se mantiene en vigencia frente a tanto adelanto tecnológico. Hoy, el elenco que conduce el italiano Roberto De Zerbi (44 años, con pasos por Shakhtar Donetsk y Sassuolo, no tan lejanos) se apoya en la experiencia de dos sabuesos.

Roberto De Zerbi, siempre con cierta calma
Roberto De Zerbi, siempre con cierta calma

James Milner (37), que juega de lo que sea necesario para el bien del equipo y Danny Welbeck (32), un goleador. Pero algo más: se nutre de un intrépido grupo de protagonistas de segundo orden que juegan con oro desde el barro. Brighton es el pequeño gran equipo, una suerte de Defensa y Justicia del desarrollo, que apuesta a un proyecto basado en la economía y la identidad. Pervis Estupiñán (un sabueso ecuatoriano), Julio Enciso (un irreverente paraguayo, de 19 años, recientemente lesionado) y, sobre todo, Kaoru Mitoma, japonés con magia en sus zapatos. Facundo Buonanotte (18) años, el pibe de Central que tiró caños en la Bombonera, espera en las gateras. Captan, eligen y explotan donde (casi) nadie observa.

Es un pequeño y tradicional club de la Premier League. Anda debajo del agua o vuela por los aires: fundado en 1901, el equipo es conocido como las “gaviotas”. Según la tradición, debido a que la ciudad se encuentra a orillas del mar y, según historias subterráneas, resulta un mensaje al apodo de Crystal Palace, su clásico adversario, conocido como las águilas. De todos modos, largos años atrás, también eran conocidos como los delfines. Hasta... camarones.

Está instalado en Sussex del Este, un punto de encuentro de las escapadas de los londinenses, encantados de sus costas y sus zonas medievales. De Londres a Brighton hay solo 74 kilómetros de distancia. Allí, entre turistas, curiosos y cervezas negras, la pasó de maravillas Alexis Mac Allister. Tres temporadas en Argentinos Juniors, 20 partidos en Boca y la camiseta número 10 de un equipo de la Premier League durante casi tres años. Fue el dueño de la pelota parada, goles, asistencias, disciplina táctica. Enganche, doble cinco, por dentro, por fuera. Hasta de extremo.

En nuestro medio, tal vez por la inesperada salida de Boca, se puso en duda el cambio de vida de Mac Allister, por las diferencias sustanciales entre el gigante argentino y el pequeño club británico. Sin embargo, Mac Allister brilló en Brighton, triunfó en Qatar y hoy juega en uno de los cinco clubes más grandes del mundo. “Fui feliz allí, no tenía prisa por marcharme”, aseguró, tiempo atrás.

“El mejor equipo del fútbol moderno”. Así lo define Pep Guardiola, enamorado del gusto del italiano audaz que se inclina por un 4-2-3-1 y su impronta es definida con claridad por Adam Lallana (35), un fuera de serie, también, de otro tiempo. “No es un clásico tiki-tiki, sino que se trata de generar ventajas. Queremos tener situaciones de cuatro contra cuatro o tres contra tres en la última línea del rival. La locura detrás de la metodología es encontrar al hombre libre: de eso se trata”, lo describe el inglés. El hombre libre, todo un tesoro.

Lo confirma el entrenador, con su propia voz. “Si buscar jugar al pelotazo y ganar las segundas jugadas es jugar a apostar, yo prefiero jugar desde atrás porque eso no es apostar, es trabajar. Quiero que mis jugadores, que técnicamente son buenos, reciban al pie, y si se tiene que jugar al pelotazo, que sea al pie, no a la cabeza”, asume el hombre nacido en Brescia, un antiguo número 10.

Una suerte de continuidad de Graham Potter. “Creemos que es la persona ideal para la cultura y la técnica del Brighton & Hove Albion. Es la persona adecuada para continuar con el progreso del club y trabajar con este extraordinario grupo de jugadores”, decían las autoridades casi un año atrás. Presión, doble cinco de juego, extremos de pierna cambiada y presión alta. Una muestra: en el primer encuentro de esta temporada, dispuso de 27 disparos (12 al arco) y mantuvo una posesión del 71 por ciento. Sin embargo, hay algo más.

Decía Guardiola, antes de un choque entre el gigante y el humilde: “Nadie garantiza que vayamos a ganar nuestro partido pendiente contra el mejor equipo que hay en el mundo construyendo el juego: el Brighton. No hay otro equipo que haga mejor el proceso de llevar la pelota hasta el último cuarto de campo, no hay un equipo mejor en el fútbol moderno ahora mismo”, declaró, antes del 1-1 de mayo pasado.

Julio Enciso, sonriente y Estupiñan: el factor sudamericano
Julio Enciso, sonriente y Estupiñan: el factor sudamericano

Un equipo, un club, que hace tan solo seis años estaba en la segunda división inglesa, la Championship, va a conocer el sabor del futbol europeo. Algunos lo definen como el “EuroBrighton”. En una nota publicada por el New York Times, se lo resalta como un equipo “inteligente”. Allí, se habla de Paul Barber, el CEO, que maneja a la entidad desde hace 11 temporadas.

Se suscribe: “jugadores, entrenadores, empleados, directivos: Paul Barber, ya identificó un posible sustituto (o dos, o tres) para cada uno de ellos en caso de que les suceda algo, o si deciden marcharse. Incluso hay una sugerencia sobre quién debería sustituir a Barber como director ejecutivo. No, no mostrará los nombres.

Ayer nomás: Roberto De Zerbi consuela a Alexis Mac Allister
Ayer nomás: Roberto De Zerbi consuela a Alexis Mac Allister - Créditos: @Matthew Lewis

“Ese archivo, sin embargo, es una de las principales razones por las que los colegas del Brighton, así como sus rivales mucho más ricos, miran ahora con envidia al club, que ha prosperado comprometiéndose con una cultura basada en datos concretos y una planificación meticulosa puesta en marcha por su propietario, el magnate del juego profesional (y aficionado de toda la vida del Brighton) Tony Bloom, y aplicada rigurosamente por Barber.

“En el centro del proyecto está Tony Bloom, el propietario. Invirtió una fortuna en el club -más de 500 millones de dólares- desde que lo adquirió en 2009″.

Pero todo ello es solo un detalle. Lo que cuenta esta historia es que Brighton recupera el deseo de jugar a la pelota. Nada menos.