Rafael Nadal y el ATP de Buenos Aires: un romance que empezó mal, raquetas rotas y un solo título

Rafael Nadal posa con el trofeo de campeón del ATP de Buenos Aires luego de vencer a Juan Mónaco en la final de la edición de 2015
Rafael Nadal posa con el trofeo de campeón del ATP de Buenos Aires luego de vencer a Juan Mónaco en la final de la edición de 2015 - Créditos: @AAT

Rafael Nadal ya es una leyenda del tenis mundial. El mallorquín, que este jueves anunció su retiro, tiene a Buenos Aires entre sus ciudades favoritas y alguna vez fantaseó con ser argentino. Sin embargo, su romance con esta ciudad no comenzó nada bien: en 2005, en la primera de las tres ediciones del ATP porteño en las que participó, cayó en semifinales con Gastón Gaudio, que había sido campeón de Roland Garros el año anterior. El español la pasó mal: humedad, mosquitos, derrota con ¡nueve games! perdidos en forma consecutiva y siete raquetas rotas -según el propio Gaudio-.

La Ciudad debió esperar una década para volver a disfrutar del juego de Rafa: su regreso se dio recién en 2015, ya una estrella consumada. Y nació el idilio con los fanáticos locales, que incluso le perdonaron sus cuatro victorias ante tenistas argentinos en el torneo; la última, en la gran final, ante Juan Pico Mónaco. Un año más tarde, Nadal vendría por última vez a jugar en la escala porteña del ATP Tour. Llegaría a semifinales, donde lo frenó el austríaco Dominic Thiem. A continuación, un repaso por las tres visitas ilustres del español al ATP de Buenos Aires.

2005: “¿Qué le pasa a este pibe? ¿Está loco?”

El primer partido de Nadal en Buenos Aires fue ante Agustín Calleri, hoy presidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT). El español se impuso por 7-6 (2) y 6-3 ante el cordobés. En la instancia siguiente se midió con el carismático italiano Potito Starace, al que también derrotó sin miramientos: fue 6-1 y 6-3. Ya en cuartos de final asomaba Gaudio, que era número 8 del mundo. El partido fue una montaña rusa, en un viernes húmedo, repleto de mosquitos, y en el que el tenista de Temperley buscó en todo momento rebajar la velocidad de los envíos del mallorquín, siete años más joven (25 de Gaudio contra apenas 18 de Nadal) y mucho más rápido de piernas.

“¿Qué le pasa a este pibe, está loco?” , contó Gaudio a LA NACION que pensó en aquel momento, durante el partido, y al ver el fastidio de su rival. “Rompió todas sus raquetas, las siete. Pensé que estaba loco. No perdió con cualquiera. Yo jugaba bien en polvo de ladrillo y había ganado Roland Garros (en 2004), pero Rafa sintió la derrota como un fracaso, no lo podía soportar”, agregó el Gato. Casi una década más tarde, en 2014, Nadal desmentiría al argentino: “Creo que Gastón está equivocado... Bah, ¡miente! Además, nunca llevo tantas raquetas”. Algo había: aquella vez Rafa no la pasó nada bien en la capital argentina. Transcurriría una década hasta su regreso.

Nadal debutó en el torneo de Buenos Aires en 2005
Nadal debutó en el torneo de Buenos Aires en 2005

2015: La efervescencia de una estrella

La confirmación de que Nadal, ya ídolo y número uno del mundo, rival eterno de Roger Federer, vendría al Argentina Open de 2015 transformó la escala porteña del ATP Tour. Tuvo hasta seguridad especial durante su estadía en la Ciudad. Y Martín Jaite, director del torneo, se frotaba las manos por la presencia del español: “Con Rafa es otro torneo, es todo diferente. La expectativa es distinta. Además, para todos los que trabajamos en el torneo, es un cosquilleo diferente; ya lo estamos sintiendo. Con lo que pasó el año pasado, que a pocos días del arranque no pudo venir a jugar por un virus, tenemos muchas más ganas de que se convierta en realidad. Rafa fue muy claro con la organización, se acordó de lo que había pasado en 2014 y cumplirá con lo que nos dijo. Es verdad que ayudó que España perdiera la categoría en la Copa Davis y no tuviera ese compromisos después de nuestro ATP, pero sus ganas de venir fueron fundamentales”, dijo el ex tenista en la antesala de la competenia.

Nadal fue un torbellino adentro de la cancha y un éxito de taquilla. En una versión más madura, el zurdo de Manacor arrasó con victorias contundentes, sin ceder sets y a expensas de cuatro argentinos. Facundo Argüello, Federico Delbonis, Carlos Berlocq y Juan Mónaco comprobaron en persona el aura invencible de Rafa sobre polvo de ladrillo. Aun cuando Pico era (es) un amigo personal, Nadal no perdonó: lo derrotó por 6-4 y 6-1 en una definición con final anunciado.

2016: La última vez y un frenazo en semifinales

“Con su presencia confirmada, tenemos el mejor cuadro de la historia. Hay tres top ten y cuatro jugadores dentro de los doce primeros. Veníamos con un nivel de venta de entradas y una expectativa muy grande, pero con lo de Rafa se potencia muchísimo”, había adelantado Jaite, el director del torneo de Buenos Aires. El ex tenista contó incluso cómo se había dado la confirmación de que Nadal volvería al escenario porteño: “Veníamos hablando desde que perdió en Australia. Estamos muy contentos, tenemos un torneo soñado. El año pasado (Albert) Costa nos había dicho que Rafa no tenía planeado venir a Buenos Aires sino a Río. Sin embargo, una vez que perdió en primera vuelta, tuvimos una conversación y todo terminó de buena manera y con un final feliz ”.

Sin embargo, la despedida competitiva de Nadal no fue la esperada. Con la compañía de la humedad y los mosquitos, el mallorquín le dijo adiós al ATP porteño como defensor del título. Pero no en una final, sino en la antesala del partido decisivo. El austríaco Dominic Thiem lo frenó con un 4-6. 6-4 y 7-6 (4) en el court Guillermo Vilas del Buenos Aires Lawn Tennis Club, la catedral del tenis argentino. Antes, Nadal había derrotado a su amigo Mónaco (otra vez) y al italiano Paolo Lorenzi sin perder un solo set. El público argentino lo ovacionó.