Racing no pudo: levantó un 0-2, pero Rosario Central festejó en los penales y pasó a las semifinales de la Copa de la Liga
Por penales, en una definición llena de emociones y suspenso, Rosario Central se impuso a Racing y avanzó a las semifinales de la Copa de la Liga. Una ilusión enorme para el equipo rosarino, que ahora ven crecer un sueño: el de volver a ser campeones del fútbol argentino, algo que no logra desde 1987, más allá de la Copa Argentina conseguida en 2018. El próximo escollo para los dirigidos por Miguel Ángel Russo será nada menos que River.
El duelo de la Academia bonaerense y la Academia rosarina por un lugar en la semifinal se jugó en Salta, a más de 1100 kilómetros de las ciudades de referencia de ambos equipos. Así es esta Copa de la Liga, con su formato siempre particular, pero que siempre asegura emociones. Además de los nervios por tratarse de una fase eliminatoria, la lluvia también le agregó su condimento. Más allá del clima y de la lejanía, hubo un interesante marco de público en las tribunas. Y también un muy buen partido de fútbol que sostuvo la adrenalina hasta el último instante.
Ya desde el inicio quedó claro que iba a ser un encuentro con emociones. Iván Malcorra demostró en la primera jugada que iba a ser una preocupación para la defensa de Racing, en una acción que casi termina con un gol en contra de Facundo Mura. La zurda de Juan Fernando Quintero respondió rápido y avisó a Jorge Broun que debía estar atento durante todo el partido. Con facilidades para recibir, pero sobre todo con una gran movilidad y presencia constante, el colombiano tuvo un muy buen primer tiempo. Además de ese primer remate, desde su zurda nacieron tres de las más claras para los de Avellaneda: un remate desde la medialuna que se fue apenas ancho, una muy buena asistencia para Gabriel Hauche, que luego falló ante Broun, y un mano a mano de Agustín Ojeda, luego anulado por fuera de juego del juvenil.
Lo mejor del partido
El equipo de Grazzini y Videla continuó con su mejora desde el juego, como había mostrado en la última fecha de la fase regular, en la gran goleada ante Belgrano. Como Juan Nardoni y Aníbal Moreno en la mitad de la cancha, más la frescura de Quintero y Baltasar Rodríguez recuperó la fluidez para mover la pelota y sentirse con confianza para manejar el partido. Sin embargo, una vez más demostró tener mandíbula de cristal. En la última jugada del primer tiempo, un mal cálculo del capitán Leonardo Sigali lo obligó a cortar un ataque con la mano: falta y amarilla. Gabriel Arias salió con los puños en alto a despejar ese centro de Malcorra, pero encontró la cara de Facundo Mallo en lugar de la pelota. Penal para el Canalla. Jaminton Campaz remató fuerte y cruzado para darle el 1 a 0 a Central.
La segunda mitad fue con la misma tónica. Y con el mismo desenlace. Otra vez, un tiro libre en su propio campo se volvió una complicación sin solución para Racing. Malcorra la puso en el área, Carlos Quintana la bajó y Agustín Sández marcó el segundo. Más allá de las instancias decisivas, ambos equipos parecieron mostrar las mismas credenciales que a lo largo del año. Para los de Avellaneda, el protagonismo, la iniciativa y el dominio no dieron el premio esperado, pero sobre todo mostró las mismas fragilidades defensivas que lo llevaron a ser uno de los equipos más goleados del año en Primera División. Sin embargo, mostró la rebeldía para remontar un partido que ya parecía definido.
Rosario Central, en tanto, mostró esa astucia que lo llevó a terminar la tabla anual bien arriba, al punto de clasificarse a la Copa Libertadores 2024. El equipo de Miguel Ángel Russo juega con la concentración necesaria para aprovechar cada una de sus virtudes (en especial, la zurda de Malcorra y la velocidad de Campaz) y sobre todo las ventajas que le da el rival. Sin embargo, no estuvo lúcido para definir un partido que tenía en bandeja: el colombiano Campaz desperdició varias contras prometedoras que terminaron por dejar a Racing en partido. Un penal por mano de Quintana en tiempo de descuento le dio a la Academia una vida más: Quintero anotó y extendió el desenlace a los penales. En el todo o nada desde los once metros, fallaron Moreno y Sigali. Arias no contuvo ningún remate (Mallo pateó al travesaño).
Bajo la lluvia de Salta se cerró el 2023 para Racing. Un año que arrancó con una sonrisa ante Boca, en Abu Dhabi, pero que tuvo un desenlace muy distinto al esperado, un sabor agrio que además deja una incógnita muy grande de cara al año próximo. No solo porque no jugará la Copa Libertadores, aunque sí la Sudamericana, sino porque no hay pistas sobre quién será el entrenador y también se espera un recambio grande de plantel.
Para Central, lo que queda es la ilusión, como lo demostró la algarabía que había en la tribuna canalla. En el horizonte inmediato aparece la semifinal con River, el próximo fin de semana. Para los rosarinos será nada menos que una cita con la historia, la posibilidad de quedar a las puertas de un título que no consiguen hace 35 años. Ese es el enorme premio que se llevó de Salta.