Racing goleó a San Lorenzo y se convirtió en un fuerte candidato, con la clase de Juanfer Quintero y los tres golpes de KO de Maravilla Martínez
Racing canta bajo la lluvia. Baila, grita bajo el fuego de su gente. No para de llover, Juanfer Quintero entretiene y Adrián “Maravilla” Martínez, uno de los nuevos, queda graficado para la historia. La Academia, con ráfagas furiosas, no le tiene miedo al protagonismo. Es uno de los principales candidatos, no es pronto como para mencionarlo. El 4-1 sobre San Lorenzo desnuda, además, al Gallego Insua: su equipo no lo representa. Atrás, su antigua fortaleza es una invitación al peligro. Y el futuro es todo un desafío: nunca es bueno jugar con los sentimientos.
Toque de Adam Bareiro, luego de un remate de Carlos “La Roca” Sánchez, al minuto y medio: así, con un San Lorenzo inesperadamente incisivo, empezó el duelo entre los dos gigantes. Tuvo la pelota y el ataque el Ciclón, con un enganche como los de antes, Cristian Ferreira, y dos delanteros, de los cuales Bareiro se sintió más acompañado por Cristian Tarragona. Eso sí: duró un suspiro.
Salió de la sorpresa Racing con algunas pinceladas de Quintero, en un choque de alto voltaje, pierna fuerte y corazón caliente. La sensación general era de que el gol iba a caer, en cualquiera de las dos áreas. Ocurrió en la de San Lorenzo. Martínez aprovechó un centro de Gabriel Rojas y, sobre todo, las distracciones de Sánchez y Gastón Hernández. La acción fue revisada por el VAR, por una supuesta falta contra Agustín Giay y un probable fuera de juego. Al final, luego de cuatro minutos, fue convalidado.
Ferreira, con la pelota parada y algunos amagues, mantenía alerta a San Lorenzo, pero siempre Racing era más, era mejor. Lo confirmó en el final del primer tiempo Maravilla Martínez, otra vez, luego de un preciso centro de Santiago Solari. Quedó en evidencia que la defensa de San Lorenzo quedó en el olvido en tanto baluarte del ciclo Insua. Cuando quiso, la Academia entró por todos los rincones. Quintero escribía el libreto, el resto acompañaba con la misma prosa.
Compacto de Racing 4 vs. San Lorenzo 1
Con Nahuel “Perrito” Barrios e Iván Tapia, San Lorenzo procuró equilibrar una cancha inclinada. No le faltó fervor; en ese rubro suele ser irreprochable. Lo que no tenía era fútbol, indispensable para creer que todo es posible. Sin embargo, Maravilla, con la complicidad de Malcom Braida y el arquero Facundo Altamirano, acabó con el suspenso y marcó el tercero, en su noche perfecta. El descuento de Ferreira fue para decorar el resultado.
En cuanto a juego, resultados y proyección, la Academia se sienta un par de escalones por encima del Ciclón. Tiene un mejor plantel (más variedad, cantidad y recursos, también desde las divisiones menores) y suele competir con mayor regularidad en el transcurso del tiempo. Pero atención: Racing va a disputar la Copa Sudamericana, y San Lorenzo, la Libertadores.
La vara de la ansiedad une a ambas hinchadas. Los fanáticos de la Academia y los del Ciclón se parecen en la avidez por descubrir la mejor versión de sus equipos. No tienen paciencia, como la mayoría de los simpatizantes del efervescente fútbol nuestro. Pasó en la derrota blanca y celeste contra Unión en Avellaneda y ocurrió en el 0-0 azulgrana frente a Unión en el Nuevo Gasómetro, por caso.
Ya no se trata de jerarquías de diferentes calibres: así es como se vive en nuestro medio, en el que una derrota o un par de empates seguidos se parece a una “crisis”. En la búsqueda de ese ideal que casi nunca llega, están los entrenadores, dos hombres muy queridos, respetados. Glorias como jugadores.
El Gallego ya mostró su impronta al salvar del abismo al equipo, recuperar la tranquilidad en todos los órdenes y alcanzar la clasificación para la Libertadores, sin figuras rutilantes. Ahora se le exige mucho más: atrevimiento y pelear por la copa que atormentó al club en buena parte de su historia. Por su lado, Gustavo Costas asumió hace poco, pero de inmediato avisó que quería ser campeón.
El clásico también se juega desde los bancos de suplentes. “Tenemos que estar 10 puntos en lo físico. Estamos acercándonos al equipo que quiero. Tenemos mucha personalidad”, es el mensaje de Costas. En el mundo de las diferencias, más de una coincidencia aporta Insua. “Nos falta mejorar la eficacia. Todavía hay que seguir creciendo, mejorar la calidad de juego y la respuesta física. Hemos evolucionado, pero todavía falta mucho para llegar al equipo que pretendo”, advierte.
Facundo Mura cerró el estadio con un cabezazo. Costas le ganó el clásico a Insua. Racing está con la mano caliente; es un favorito, ¿qué duda cabe? San Lorenzo quedó empapado de dudas, con Insua bajo el paraguas a modo de símbolo.