Racing dejó atrás la frustración del debut y tuvo una actuación convincente en el triunfo sobre Tigre
La única manera que tenía Racing de dar vuelta la página del frustrante debut ante Unión era con una actuación convincente, un mensaje claro de que había un nuevo equipo que estaba listo para comenzar el año. Y lo hizo. Con un buen rendimiento colectivo, con puntos altos de varios de sus refuerzos, pero sobre todo con un gran Juan Fernando Quintero venció por 3 a 0 a Tigre.
Seis cambios decidió meter Gustavo Costas para esta segunda fecha de la Copa de la Liga. Más de medio equipo. Sólo dos fueron obligados. Una muestra más de lo duro que fue el golpe de la derrota del sábado en el estreno. De esos seis ingresos, cuatro fueron incorporaciones que tuvieron su debut absoluto o como titulares: Agustín García Basso, Bruno Zuculini, Santiago Solari, Adrián Martínez. A ellos se le sumaba Santiago Sosa, que también jugó de entrada en la primera fecha. Con seis caras nuevas sí es posible hablar del “nuevo Racing”, o el “Racing de Costas”.
No sólo fue un cambio de nombres. La Academia también salió a jugar con un esquema distinto, casi espejado al que propone el Tigre de Néstor Gorosito. Con tres centrales en el fondo, con la novedad de que el líbero fue Santiago Sosa, habitual número 5. Las bandas fueron para Solari y Gabriel Rojas. Zuculini y Agustín Almendra se repartieron la mitad de la cancha. Juanfer Quintero, suelto, fue el dueño del equipo. Arriba, los Martínez, Maravilla y Roger, demostraron que pueden ser una dupla.
Los Martínez se entendieron ya en la primera jugada, la que abrió el partido. A los cuatro minutos, García Basso lanzó el pelotazo, el Instituto la bajó con la cabeza para la entrada de Roger, que arremetió pero perdió el mano a mano ante Matías Tagliamonte. Almendra, después de intentarlo dos veces, pudo vencer al arquero de Tigre. El ex Boca no convertía desde noviembre de 2021. Titular durante los amistosos de pretemporada, ni siquiera había minutos en la primera fecha ante Unión. Jugó con rabia. Y tuvo uno de sus mejores partidos desde que llegó a la Academia.
Al igual que Solari, se entendió muy bien con Juanfer, que demostró otra vez su buen estado físico y anímico. Entre Medellín y Cartagena de Indias, en Colombia, hay unos 640 kilómetros de distancia en línea recta, hacia el norte. Entre el banderín del córner y el primer palo del Cilindro apenas unos 30 metros. Fue lo que recorrió la pelota a través del puente aéreo que dibujó el antioqueño Quintero para el cartaginense Roger, que saltó y cabeceó al segundo palo. Un golazo 100% colombiano. Unos minutos después se volvieron a encontrar en mitad de cancha, con una pared que levantó a los hinchas.
Sin embargo, la conexión se rompió en el entretiempo. Otra vez, Martínez debió salir por una molestia física. Lo mismo ocurrió en el arco: Gabriel Arias, el capitán, se quedó en el vestuario. Los reemplazos de ambos también fueron refuerzos: Maxi Salas y Facundo Cambeses. Como Leonardo Sigali también había salido en el entretiempo ante Unión, la cinta de capitán quedó para Zuculini. La sensación de equipo renovado ya era total. Cada corrida de Salas para presionar en ataque despertaba una ovación. La victoria parcial ayudaba a incentivar los ánimos, pero el contagio del equipo llegaba a las tribunas.
Todavía faltaba el cierre, con un gol de Quintero a lo Quintero. Cuando controló en la medialuna del área ya se sabía que el zurdazo terminaría en el fondo de la red. El colombiano se llevó la ovación del Cilindro. Y unos minutos después, cuando Zuculini se fue reemplazado, la cinta de capitán llegó a su bíceps izquierdo. El dueño del equipo se ganó el cargo con su fútbol.