Los Pumas no pudieron mantener el envión ganador y sufrieron una dura derrota ante los All Blacks
Si hubiera sido una pelea de boxeo, el knock-out se habría decretado en el segundo round. Pero esto es rugby y los Pumas debieron seguir peleando hasta el final. Confundidos, con las piernas temblorosas y sin fuerza en las manos, siguieron recibiendo un castigo feroz, a lo que respondían con manotazos al aire durante 80 minutos. Después de una de las actuaciones más lucidas de la historia para el seleccionado argentino, se esperaba una reacción de esta naturaleza por parte de los All Blacks. Una vez más, los Pumas fallaron no pudieron mantener el nivel mostrado una semana antes.
Luego del memorable partido en Wellington, los All Blacks respondieron con una actuación demoledora y se impusieron 42-10 en el Eden Park de Auckland, por la segunda fecha del Rugby Championship. Como en cada una de las dos victorias anteriores ante Nueva Zelanda, los Pumas sucumbieron ante la intensidad física que impuso el equipo local. Nunca pudieron hacer pie y a partir de verse superados en el contacto, sucumbieron en todos los aspectos del juego.
El correr de los partidos dictará cuál es la verdadera cara de los Pumas. Si la de siete días atrás en que jugaron uno de los mejores partidos de su historia en la victoria 38-30 en Wellington o la de esta madrugada de sábado en que lucieron como un sparring amateur ante quien un peso pesado que descargó toda su furia. Por lo pronto, una conclusión inmediata permite afirmar que no pudieron escaparle a la irregularidad, ese estigma que los atraviesa desde hace años y que Felipe Contepomi se propuso erradicar.
Así fue el único try de los Pumas
¡Juan Cruz Mallía apoyó el try de #LosPumas vs. los All Blacks en Eden Park!
📺 Mirá el #RugbyChampionship en #DisneyPlus.#PUMASxESPN pic.twitter.com/TipGvRjvlZ— ScrumRugby (@ScrumESPN) August 17, 2024
En 2020, dos semanas después de que los Pumas lograron el primer triunfo ante los All Blacks, sucumbieron por 38-0 en la revancha. Dos años más tarde, una semana después de haber alcanzado el primer éxito en tierra neozelandesa, los locales se despacharon con la máxima goleada en 24 años al imponerse 53-3 también en una noche tormentosa. El objetivo era neutralizar la predecible reacción y, cuanto menos, ser competitivos durante los 80 minutos. De entrada quedó en evidencia que volvería a sonar la misma música.
Los Pumas nunca pudieron igualar la intensidad con la que salieron a jugar los All Blacks ni supieron adaptarse a las condiciones climáticas (al igual que hace dos años), y a partir de allí entró en un desconcierto del que nunca pudo evadirse. La superioridad del local, a partir de esa imposición física, se trasladó a todos los aspectos del juego. Por momentos parecía un partido de profesionales contra amateurs. Hasta Juan Cruza Mallía, –sólo por utilizarlo como ejemplo–, uno de los líderes del seleccionado, figura del club más ganador de Europa como es Toulouse, lució desorientado y cometió errores de principiante.
En la primera acción del segundo tiempo, los All Blacks consiguieron su sexto try y se adelantaron 42-3. El partido ya estaba definido hacía rato. Desde la primera acción del partido Nueva Zelanda fue una avalancha negra que los Pumas no pudieron contener y se fueron hundiendo en una espiral irrefrenable de errores. El scrum neozelandés fue abrumadoramente superior, el line-out argentino fue impreciso, el maul fue reiteradamente neutralizado, hubo deficiencias de manejo, desatenciones en defensa y malas decisiones por parte de los conductores.
Si la diferencia no fue mayor, se debió a la impericia de los locales, que perdieron precisión en el segundo tiempo. Si algo cabe rescatar, es que los Pumas nunca bajaron los brazos y siguieron peleando, pero salvo un par de acciones de varias fases, siguieron cometiendo errores de todo tipo. El try de Mallía, a ocho del final, le puso algo de decoro al marcador. Incluso tuvieron un par de aproximaciones más, que dilapidaron por impericia propia.
Los All Blacks llegaban con un invicto de 30 años y 49 partidos en Eden Park, la catedral del rugby neocelandés. Un escenario donde los Pumas sólo habían jugado un Test Match, en el Mundial 2011, y donde nunca habían sido invitados. Después de 13 años en el Rugby Championship, después de tres éxitos en cinco años ante el seleccionado más poderoso en la historia de este deporte, finalmente se ganaron ese honor. No pudieron escaparle a esa irregularidad que los persigue.
La misión del entrenador ahora será recuperar anímicamente al plantel. En Wellington demostraron que son capaces de conjugar garra y tackle con buen juego. En los primeros cuatro partidos del ciclo Contepomi, los Pumas habían ido de menor a mayor. Los All Blacks frenaron ese ascenso con un golpe contundente. Habrá un fin de semana de descanso antes de la serie de dos partidos en la Argentina ante Australia, una inmejorable oportunidad de demostrar cuál es la verdadera cara de este equipo.
La agenda del Rugby Championship marca como próximo compromiso de los Pumas el enfrentamiento con Australia, previsto para el sábado 31 de agosto, en el Estadio Único de La Plata.
La síntesis del encuentro
Nueva Zelanda: Beauden Barrett; Will Jordan, Rieko Ioane, Jordie Barrett y Caleb Clarke; Damian McKenzie y TJ Perenara, Dalton Papali’i, Ardie Savea (c) y Ethan Blackadder; Sam Darry y Tupou Vaa’i; Tyrel Lomax, Codie Taylor y Tamaiti Williams.
Entrenador: Scott Robertson.
Cambios: ST 10m, Asafo Aumua por Taylor, Fletcher Newell por Lomax, Sam Cane por Papali’i, Cortez Ratima por Perenara y Mark Tele’a por McKenzie; 12, Ofa Tu’ungafasi por Williams; 14, Josh Lord por Barry; 19, Anton Lienert-Brown por Clarke; 36, Taylor por Ioane.
Argentina: Juan Cruz Mallía; Matías Moroni, Lucio Cinti, Santiago Chocobares y Matteo Carreras; Santiago Carreras y Gonzalo Bertranou; Juan Martín González, Joaquín Oviedo y Pablo Matera; Pedro Rubiolo y Marcos Kremer; Lucio Sordoni, Julian Montoya (c) y Thomas Gallo.
Entrenador: Felipe Contepomi.
Cambios: ST 2m, Lautaro Bazán Vélez por Bertranou, Tomás Albornoz por S. Carreras y Bautista Delguy por Moroni; 10, Joel Sclavi por Sordoni y Franco Molina por Oviedo; 19, Tomás Lavanini por Rubiolo; 20, Ignacio Ruiz por Montoya y Mayco Vivas por Gallo; 36, S. Carreras por M. Carreras.
PT: 6, 17, 24, 30 y 36m, goles de McKenzie por tries de él mismo, Savea, Clarke, Jordan y B. Barrett (NZ); 12, penal de S. Carreras (A).
ST: 3m, gol de McKenzie por try de Jordan (NZ); 31, gol de Albornoz por try de Mallía (A).
Amonestado: 36, Aumua (NZ).
Cancha: Eden Park, Auckland, Nueva Zelanda
Árbitro: Andrea Piardi (Italia)