PSG, la crisis en el peor momento
París, 9 feb (EFE).- El París Saint-Germain no encuentra en 2023 el hilo de la victoria y la eliminación anoche en octavos de final de la Copa de Francia a manos de su eterno rival, el Olympique de Marsella, es una señal de alarma de una crisis que llega en el peor momento, en vísperas del retorno de la Liga de Campeones.
El equipo de la capital afrotará el próximo martes al Bayern de Múnich sin su estrella Kylian Mbappé, lesionado, e inmerso en un gran desconcierto por las consecuencias de su baja, que han puesto al descubierto otras carencias del equipo.
Autor de 20 goles en lo que va de temporada, siete de ellos en Europa, el atacante de 24 años se había convertido en el gran estilete del equipo, que hasta que llegó el Mundial Qatar 2022 estaba teniendo resultados por encima de su nivel de juego.
En lo que va de año, tras volver del Golfo Pérsico, el equipo, que hasta entonces había sumado 41 de 45 puntos posibles, ha concedido dos derrotas y un empate en liga, a lo que suma la eliminación copera.
En el estadio Velódromo el PSG mostró su peor cara y dejó una marcada sensación de impotencia ante un rival bien armado, lo mejor que se va a encontrar en su propio país, un mal augurio para afrontar en pocos días al campeón de Alemania.
Los bávaros, que no conocen la derrota desde septiembre, parecen haber superado un bache de juego y su identidad, lo que les ha reforzado en el liderato, aunque el Union Berlín les pise los talones.
En París las aguas bajan más turbias. Como cada año cuando se acerca la Liga de Campeones, las estructuras del club comienzan a temblar y las enormes expectativas que la lluvia de millones cataríes atraen al club francés generan tensión en todos los niveles.
El club tiene como objetivo claro la Liga de Campeones y un tropiezo en esa competición, uno más, volvería a dejar al equipo en un limbo difícil de aceptar.
EN MANOS DE MESSI
Sin Mbappé, todos las miradas están centradas el en argentino Lionel Messi, que ha regresado del Mundial con las pilas cargadas, pero cuyo brillo ha quedado muy aislado con respecto al resto del equipo.
El exbarcelonista se echó al PSG a las espaldas en el penúltimo duelo ante el Toulouse, pero no fue suficiente contra una armada bien formada como la del Marsella.
El brasileño Neymar, que regresaba tras un periodo de baja por problemas en su tobillo, fue un arma de fogueo y su rendimiento comienza a generar dudas en el seno del club, donde creen que ha perdido el peso decisivo que tenía a su llegada en 2017.
El centro del campo es la línea que menos convence y todos los experimientos que ha hecho en esa línea el entrenador, Christophe Galtier, no han logrado fortalecer el bloque.
El técnico abandonó el 4-3-3 para dar más peso al medio de terreno con un 4-4-2 que, pese que lo ha ido modificando a lo largo de los últimos partidos, no encuentra su rumbo.
Tampoco la defensa está teniendo el brillo esperado. Si los dos laterales, Achraf Hakimi y Nuno Mendes muestran un buen estado de forma, ni Marquinhos ni Sergio Ramos parecen en su mejor momento.
El español, camino de sus 37 años, marcó un gol y concedió un penalti, pero sobre todo adoleció de falta de velocidad en los momentos en los que el Olympique encontró espacios.
El PSG necesita vencer el próximo sábado de forma contundente en Mónaco, algo que no parece sencillo porque el club del Principado también ha conseguido enderezar su rumbo.
De lo contrario, será difícil que encuentre la serenidad necesaria para afrontar al Bayern.
Luis Miguel Pascual
(c) Agencia EFE