Procuraduría de Tlaxcala inicia investigación por homicidio culposo

TLAXCALA, Tlax., agosto 7 (EL UNIVERSAL).- Una investigación por el delito de homicidio culposo en contra de quien o quienes resulten responsables, inició la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala (PGJE), luego de la explosión de pirotecnia ocurrida en San Bartolomé Tenango, municipio de Tetlatlahuca, Tlaxcala, por la que murieron dos personas.

La dependencia detalló que a través del Servicio de Emergencia 911 conoció de la muerte de un hombre y una mujer en la localidad arriba referida, por lo que el Servicio Médico Forense (Semefo) realizó los protocolos para el levantamiento de los cadáveres. La explosión ocurrió la noche del sábado 5 de agosto.

En un comunicado de prensa, indicó que las dos personas perdieron la vida por "el impacto con pirotecnia" y, en consecuencia, la Policía de Investigación inició las primeras indagatorias con el apoyo de equipo pericial para integrar la carpeta de investigación y con ello fincar las responsabilidades correspondientes en contra de quien o quienes resulten responsables del suceso.

En tanto, el presidente municipal, Pablo Angulo Hernández, informó que el Ayuntamiento está en la disposición de aportar la documentación y evidencia, en cuanto la requieran las autoridades, toda vez que, hubo una presunta omisión por parte del "cohetero" que vendió la pirotecnia y que era el responsable de quemarla bajo todas las medidas de prevención previstas en los protocolos para el manejo de ese material en festividades religiosas.

"La comisión contrató una persona encargada para la quema de cohetes y como comisión también entendemos que ellos pagan por un servicio, y en este caso los coheteros son los encargados de sacar los permisos correspondientes. Hubo omisión del cohetero", expresó.

En entrevista, relató que fue una bomba crisantemo que intentaron quemar, la que provocó la explosión, porque esta no se elevó y estalló a ras de piso; en consecuencia, las chispas brincaron hacia la bodega donde estaba almacenado todo el material pirotécnico y lo hicieron explotar.

La bodega, ubicada en la parte trasera del costado izquierdo de la iglesia, quedó destruida en su totalidad; los muros volaron a pedazos junto con las láminas del techo. Cientos de piedras salieron disparadas como proyectiles.

En su momento, las corporaciones policiales y de rescate reportaron un saldo de dos muertos y 20 heridos por quemaduras de primero y segundo grado; sin embargo, el alcalde aclaró que no fue así, sino que todos resultados lastimados por una lluvia de piedras, algunas de gran tamaño.

En el atrio de la iglesia quedó tendido el cuerpo de Ignacio "N", quien era "el topil", como llaman en la comunidad al encargado de la comisión de la iglesia de comprar la pirotecnia para las celebraciones religiosas, pero no es el responsable ni de fabricarla ni de quemarla.

El cadáver de Margarita "N", la rezandera de la localidad, quedó a orilla de la cancha deportiva donde estaban reunidos todos los pobladores para la celebración religiosa. Hasta ese lugar, a más de 300 metros de distancia de donde ocurrió la explosión, la mujer fue alcanzada y golpeada por una piedra que le provocó la muerte instantánea.

Angulo Hernández remarcó que el saldo de la explosión fue de dos personas muertas, 28 heridos por los golpes de las piedras, así como nueve viviendas dañas, una de ellas en su totalidad, además de la pérdida total de la bodega anexa a la iglesia.

Algunos de los pobladores revelaron que en cuanto ocurrió la explosión, el cohetero que estaba a cargo de quemar la pirotecnia se dio a la fuga.