Gran Premio de Las Vegas: el extravagante cortometraje con el que Red Bull, Checo Pérez y Christian Horner promocionan la nueva fecha de Fórmula 1

Sergio
Sergio "Checo" Pérez y Christian Horner en el ascensor de un edificio de Las Vegas; como actor, el jefe de equipo de Red Bull es mejor que el piloto de Fórmula 1...

Desde que Liberty Media tomó su control organizativo, comercial y comunicacional, la Fórmula 1 se expandió por el mundo, con nuevo público. En 2017 la empresa estadounidense desplazó al promotor anterior, el inglés Bernie Ecclestone, y aumentó el número de carreras por año, modificó la televisación, incrementó la presencia en las redes sociales y la interacción con los aficionados y se atrevió a poner ficción en la difusión de la categoría reina, como lo hace con su docuserie Drive to survive (Conducir para sobrevivir).

Ciertamente, Liberty Media no necesitó para eso incentivar mucho a Red Bull Racing, la escudería que domina la F. 1 desde 2022 y que ha logrado seis coronas desde 2010. La marca austríaca siempre ha sido muy extrovertida, creativa y hasta disruptiva en las comunicación. Y dentro de unos días, entre el viernes 17 y el domingo 19, se realizará el Gran Premio de Las Vegas, una gran ocasión de difusión tanto para la promotora como para la escuadra.

Liberty Media ha instalado la Fórmula 1 en su país como nunca ha estado asentada, con tres fechas en el calendario. Las Vegas, que vuelve al Mundial después de 41 años pero con otro circuito callejero, aportará su show de luces y espectáculo. Y Red Bull contribuye con sus historias: armó un cortometraje de casi tres minutos en el que uno de sus 19 modelos de autos, el piloto Sergio Pérez y el directivo Christian Horner se entrelazan con las apuestas y un casino, tan identificatorios de la ciudad del estado de Nevada.

El video al que toma como base la historia

La escena comienza en un ascensor de un distinguido edificio. Aparece Checo Pérez vestido de piloto, con un volante, suelto en una mano, y se encuentra con Horner. Su superior le pregunta qué tal estuvo la noche anterior, en la que el mexicano anduvo pisteando por una avenida de Las Vegas con el coche de Fórmula 1 sin permiso, haciendo trompos. Horner le ofrece donas, que en un juego de palabras en inglés pueden ser interpretadas como esos trompos, no autorizados por el jefe de equipo. Pérez se asusta, pero el responsable de Red Bull estaba invitándolo a comer donas, las facturas. En la caja figuran como “Danny’s donuts”, con un dibujo que refiere a Daniel Ricciardo, el ex piloto alegre de Red Bull conocido por sus extravagancias.

Como a la pasada en el ascensor, Christian le pregunta a su Pérez sobre la noche previa: “¿Hiciste algunas apuestas?”. “Unas pocas”, responde Sergio, y una analepsis muestra a Checo ante una mesa de juego. También con buzo de piloto, y con... casco. Puesto. “Cara de póquer”, lo justifica. Pero la mesa es de... ruleta. El mexicano juega a su número. “El 11 no puede perder”, argumenta. Un competidor apuesta al 7. Y la bola cae en el 11. “Gané”, le cuenta el mexicano a Horner, de nuevo en el presente. “¿Un volante?”, inquiere el jefe. La pieza está aún en manos del piloto en el ascensor.

De nuevo en el pasado reciente, Pérez se ceba. El desafiante le apuesta su camioneta todoterreno contra su auto. Y como “en racha ganadora no se puede abandonar”, según una pasajera ocasional del ascensor, se juega el Red Bull de Fórmula 1. Como si le perteneciera.

El Red Bull en un casino en la promoción de 2022

Entonces aparecen imágenes de un Red Bull en un casino, arando, quemando gomas, con el ruido de un motor rugiente de hace años en la Fórmula 1, no como los del soso sonido actual. El modelo da la impresión de ser el RB7, con el que la escudería compitió en 2011 y el alemán Sebastian Vettel ganó la segunda de sus cuatro coronas. Esa porción del video es parte de la filmación con la que en noviembre de 2022 Red Bull Racing promovió el propio Gran Premio de Las Vegas, a falta de un año para la competencia.

En la ficción, Sergio Pérez apuesta su coche contra aquella camioneta de competición, también de Red Bull, y ambos vehículos se baten a duelo en el desierto de Nevada. Entremezclada en el relato aparece gente de golpe en el ascensor: bailarinas, músicos a los que Checo pide silencio, una pareja que confunde al piloto y a Horner con Tom Cruise y Daniel Craig... Y cuando iba a devolver el auto, en otro flashback, el mexicano hace un cambio gomas y corre en una avenida de Las Vegas, hasta que un mago hace... desaparecer el auto. El Red Bull de Fórmula 1.

Red Bull, Las Vegas, Checo Pérez y Christian Horner

Checo debe dar explicaciones a Horner en el ascensor. Y es entonces cuando surge un desenlace absurdo, cómico, del cortometraje. “Algunas personas, simplemente, no pueden manejar Las Vegas”, le dice al mexicano una señora en el inesperado cierre de la historia.