La premier Giorgia Meloni volvió a despegarse del fascismo en el día de la Fiesta de la Liberación en Italia
ROMA.- En su primer 25 de Abril en el poder, es decir, en su primera “Festa della Liberazione”, feriado emblemático en Italia ya que se recuerda la liberación del país de la dictadura nazi-fascista, en 1945, la primera ministra Giorgia Meloni volvió a despegarse del fascismo, más allá de ser la líder de Hermanos de Italia, un partido con ese origen histórico.
“Desde hace muchos años, y como cualquier observador honesto reconoce, los partidos que representan a la derecha en el Parlamento han declarado su incompatibilidad con cualquier nostalgia del fascismo”, escribió Meloni en una carta abierta en el Corriere della Sera en la que se auguró que la fecha patria pudiera volverse “un momento de reencontrada concordia nacional”.
Meloni, que por la mañana acompañó al presidente, Sergio Mattarella, en la tradicional ceremonia de deposición de una corona de laurel ante el monumento del soldado desconocido del Altar de la Patria, de Piazza Venezia, también auspició que la Fiesta de la Liberación pudiera “reforzar el rol de Italia en el mundo como imprescindible baluarte de democracia”. La primera ministra, sin embargo, no lo acompañó luego a las ceremonias que hubo en Cuneo y Boves, en la región del Piamonte, dos de los lugares más simbólicos de la resistencia al nazi-fascismo, algo que fue criticado.
Aunque es un clásico que haya polémicas partidarias entre izquierda y derecha en esta fecha, en la que suele haber marchas y actos en todo el país, esta vez la Fiesta de la Liberación fue especialmente divisiva en Italia. No sólo porque por primera vez se celebró con el partido más a la derecha del panorama político en el gobierno, sino también, después de las declaraciones de lo más polémicas de uno de sus máximos referentes, el actual presidente del Senado, Ignazio La Russa.
La Russa, cuyo segundo nombre es Benito, como Mussolini y que tiene en su casa una colección de bustos del “Duce”, causó revuelo días atrás al declarar que “en la Constitución no hay ninguna referencia al antifascismo”, cuando en verdad la Carta Magna nació en base a los valores anti-fascistas. La Russa también fue cuestionado por su decisión de viajar este martes a Praga en lugar de participar en actos locales.
Clima caldeado
También caldearon un clima político siempre al rojo vivo las declaraciones, la semana pasada, de otro referente de Hermanos de Italia, el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, que es cuñado de Meloni, que al hablar de la actual emergencia migratoria sacó del arcón la expresión “sustitución étnica”, considerada racista.
En su carta al Corriere della Sera en el 78 aniversario de la liberación, Meloni, que al asumir, en octubre pasado, también se distanció de la dictadura fascista y de las leyes raciales de Mussolini, destacó que “el amor por la democracia y la libertad es todavía el único verdadero antídoto contra todos los totalitarismos”. Y destacó la “heroica resistencia del pueblo ucraniano en defensa de su libertad e independencia frente a la invasión rusa”.
“En todo el mundo las autocracias intentan ganar espacio sobre las democracias y se hacen cada vez más agresivas y amenazantes y lamentablemente es real el riesgo de un vuelco del orden internacional que las democracias liberales han construido después del segundo conflicto mundial y la disolución de la Unión Soviética”, siguió.
“En este nuevo bipolarismo Italia ha elegido de qué lado estar y es una decisión neta. Estamos del lado de la libertad y de la democracia, sin dudas y este es el mejor modo de actualizar el mensaje del 25 de Abril. Porque con la invasión rusa de Ucrania nuestra libertad ha vuelto concretamente a estar en peligro”, advirtió.
Giorgia Meloni su @Corriere dice di non avere nostalgia del fascismo. Ci mancherebbe. Non riesce a dire che la Repubblica è antifascista nata dalla Resistenza. Non a caso nel simbolo FdI arde ancora la fiamma.
W la Liberazione, W l'Italia democratica e antifascista.#Buon25Aprile— Marco Meloni (@MarcoMeloni) April 25, 2023
Fiel reflejo de un ambiente de todos modos polarizado, si bien algunos aplaudieron las palabras de Meloni, otros salieron a criticarla por no haber pronunciado en su texto el término “antifascismo” o “antifascista”, en torno al cual giran todas las polémicas. Palabras que sí pronunció en sus discursos en el norte de Italia el presidente Mattarella.
“Al reiterar su incompatibilidad con cualquier nostalgia, Meloni no logró ni siquiera esta vez definirse anti-fascista”, denunció Sandro Ruotolo, responsable de comunicación del Partido Democrático (PD), de centroizquierda, el principal de la oposición.
Le hizo eco el senador del mismo partido (y con el mismo apellido de la premier), Marco Meloni, que en sus redes sociales escribió: “Meloni en el Corriere dice que no tiene nostalgia del fascismo. Y faltaría más. Pero no logra decir que la República es anti-fascista, nacida de la Resistencia. No por nada en el símbolo de Hermanos de Italia arde aún la llama que evoca la memoria de la nefasta dictadura fascista. ¡Viva los Partisanos, viva la Resistencia, viva la Liberación, viva la Italia democrática y antifascista!”.