Petrocub, Jagiellonia y Sturm Graz, nombres de una temporada europea que rompió rachas y moldes

FC Petrocub, de Moldavia, le quitó el cetro al Sheriff Tiraspol, monopólico campeón del pequeño país ubicado entre Rumania y Ucrania
FC Petrocub, de Moldavia, le quitó el cetro al Sheriff Tiraspol, monopólico campeón del pequeño país ubicado entre Rumania y Ucrania

El Bayer Leverkusen fue, sin duda, la gran sensación del fútbol europeo de la temporada. El equipo de la aspirina alzó este sábado la Copa de Alemania tras vencer por 1 a 0 al Kaiserslautern, pero sobre todo, ganó invicto y con mucha diferencia de puntos la Bundesliga, y terminó con el monopolio que el Bayern Munich ejerció durante once años.

Pero el conjunto dirigido por Xabi Alonso no fue el único que logró cortar largas rachas de clubes económicamente más poderosos. En la vecina Austria, por ejemplo, el Sturm Graz cortó la serie de diez títulos al hilo cosechados por el RB Salzburgo; y en Moldavia, el semidesconocido Petrocub le quitó el cetro al Sheriff Tiraspol, repetido campeón del pequeño país ubicado entre Rumania y Ucrania. Y pudo haber una más, porque en Rusia, el Zenit consiguió abrazarse agónicamente a su sexta estrella consecutiva. Los de San Petersburgo llegaron a la última fecha dos puntos por detrás del Dínamo de Moscú y uno por delante del Krasnodar. En un cierre excitante, Krasnodar derrotaba 1 a 0 al Dínamo y saboreaba el título por diferencia de goles, hasta que en el minuto 85 el brasileño Artur Guimaraes marcó el 2-1 para que el Zenit batiese al Rostov y mantuviera su reinado.

El festejo de Jagiellonia Bialystok, en Polonia, un club fundado en 1920 por soldados de un regimiento que pudo festejar el primer título de su larga historia
El festejo de Jagiellonia Bialystok, en Polonia, un club fundado en 1920 por soldados de un regimiento que pudo festejar el primer título de su larga historia

Sin cortar ninguna racha, en el balance anual de la Europa menos conocida no se puede dejar afuera al Jagiellonia Bialystok polaco, un club fundado en 1920 por soldados de un regimiento que pudo festejar el primer título de su larga historia.

Los tres equipos en cuestión tienen algo en común con el Leverkusen: llegaron al éxito proponiendo un fútbol agresivo, con la búsqueda del ataque y el arco rival como arma, más allá de la diversidad en las formas. Y también, una llamativa diferencia. Todos son económicamente mucho más modestos que los rivales a los que superaron.

Podría decirse que también lo es el Leverkusen con respecto al Bayern, pero sin duda pertenece a otra categoría. La multinacional Bayer, su propietaria, es líder mundial de la industria farmacéutica, y desde 2016 y tras su fusión con la norteamericana Monsanto, domina también el mercado de la agricultura planetaria al producir las semillas y los productos químicos que crecen e inundan los campos en todos los continentes. El Petrocub moldavo es el otro extremo. A cinco fechas del final de su liga, Mihail Usatii, uno de los fundadores del club, informó que, en caso de ganar, el premio para los jugadores rondaría “los 2.000 o 3.000 euros”. La cifra ahorra cualquier comentario.

Desde Ghana con amor

El caso del Petrocub es claramente el más llamativo entre los nuevos campeones. Por su juventud, ya que este año celebra su 30º aniversario; por pertenecer a un pueblo, Hincesti, de apenas 12.500 habitantes; y porque su actualidad está atada a un país tan lejano en todo sentido como lo es Ghana.

Razak Abalora, el arquero campeón de Patrocub
Razak Abalora, el arquero campeón de Patrocub

El club alcanzó la Primera División recién en 2014, y a partir de ese momento, merced a la buena gestión económico-deportivo, fue transformándose en el principal rival del todo poderoso Sheriff, que gobernaba la liga desde hace ocho años y cuenta en su haber con 21 de las 24 ligas jugadas en este siglo. “No podemos compararnos con ellos ni en infraestructuras ni en salarios”, reconoce Usatii. Aun así, desde 2017, los Leones de Hincesti fueron tres veces terceros y otras tres, subcampeones. Incluso en 2020 tuvieron su cuarto de hora de fama al presentarse “al estilo Sacachispas” como posible destino para Lionel Messi, luego de la escandalosa derrota del Barcelona por 8 a 2 ante el Bayern Munich.

Esta temporada pintaba parecida a las anteriores. El equipo de Tiraspol, la capital de Transnistria, franja oriental del país con estatus de república semiindependiente, había ganado con holgura la primera fase de la liga, incluso a pesar de que la guerra le había pasado factura a la conformación del plantel. Transnistria tiene frontera con Ucrania, pero además es una especie de “isla prorrusa” en medio de un territorio afín a la OTAN y las ideas de Europa occidental. Su situación la ubica como posible foco de conflicto, y muchos jugadores del Sheriff prefirieron continuar sus carreras en otros destinos menos arriesgados.

Razak Abalora
Razak Abalora

Pero a principios de este año, aterrizó en Hincesti un empresario ghanés, Nana Yaw Amponsah, quien conocía Moldavia porque había participado en la transferencia de un par de futbolistas al Sheriff, y encontró en el Petrocub el lugar ideal para invertir su dinero. Se convirtió en el principal accionista y presidente, y para afrontar la Fase Campeonato de la liga (la disputan los seis mejores del torneo regular, en dos rondas partiendo desde cero), fichó a Razak Abalora, el arquero que él mismo había llevado al Sheriff; y a David Abagna, delantero ghanés que jugaba en Sudán.

El resultado fue extraordinario: el Petrocub ganó invicto el certamen, con seis puntos de ventaja sobre el Sheriff, 30 goles a favor y sólo 5 en contra. Y para rematar la temporada también alzó la Copa de Moldavia, derrotando en la final al Zimbru Chisinau. “Mi filosofía es que hay algunas cosas en la vida que puedo controlar y otras que no, y trato de asegurarme de que las que puedo controlar sean casi perfectas. Creo en la planificación, hicimos algunos fichajes estratégicos y ganamos invictos la liga y la copa”, dijo Amponsah, para explicar su éxito inmediato. Las fases de clasificación de la renovada Champions 2024/25 serán el siguiente desafío para esta extraña conjunción moldavo-ghanesa.

Aires del Danubio

La ciudad de Graz, al sur de Austria, es más famosa por su actividad cultural y artística que por el deporte. Ciudad natal de Arnold Schwarzenegger, tan adicta a la música como Salzburgo o Viena, Graz se levanta a orillas del río Mura, un afluente indirecto del Danubio. Y aunque el estilo de juego que pregona Christian Ilzer, el técnico que tras cuatro años de metódico trabajo logró desbancar al invencible Red Bull Salzburgo, sea más vertical y directo –”más identificable con [Jurgen] Klopp que con [Josep] Guardiola”, según él mismo lo define–, es posible que beba de las fuentes de aquel “fútbol del Danubio” de los años 30, cuya evolución a través de equipos austríacos, checos y húngaros llegó hasta nosotros de la mano de los clubes holandeses y el legado que dejó Johan Cruyff en el Barcelona.

Alexander Prass de Sturm Graz lucha con Daniel Braganca de Sporting, por la UEFA Europa League 2023/24
Alexander Prass de Sturm Graz lucha con Daniel Braganca de Sporting, por la UEFA Europa League 2023/24 - Créditos: @Gualter Fatia

Ilzer, un austríaco de 46 años que apunta a ligas más competitivas, prefiere apostar por la velocidad y los pases largos en lugar de las pequeñas sociedades y el control de la posesión, pero ha sabido darle al Sturm el equilibrio de potencia atacante y solidez defensiva como para superar a las estrellas del Salzburgo y conquistar Liga y Copa esta temporada.

La presión alta, la agresividad para recuperar la pelota después de perderla y la rapidez para salir de contraataque fueron los estandartes que llevaron al equipo a ser el menos derrotado (3 caídas) y el menos goleado del campeonato (23 tantos en 32 partidos), y a posicionar a algunas de sus figuras en sus respectivas selecciones nacionales. Así, la Eurocopa que comenzará en junio verá en acción a Jon Gorenc Stanković como volante central de Eslovenia, a Alexander Prass como interior izquierdo de Austria, a Otar Kiteishvili como enganche de Georgia, y tal vez a Szymon Wlodarczyk como joven alternativa a Robert Lewandowski en la delantera polaca.

Un outsider en Polonia

Otro entrenador, el más joven en dirigir en la Primera polaca, también es en buena medida el máximo responsable de la gran sorpresa que se produjo en la liga de ese país. Adrian Siemieniec tiene 32 años, pero contaba uno menos cuando en abril del año pasado Maciej Stolarczyk, el técnico del Jagiellonia Bialystok, renunció por los malos resultados. El equipo peleaba el descenso y Siemieniec, ayudante de campo, fue nombrado de manera interina. Su buena relación con jugadores que en algún caso lo superaban en edad mejoró el ambiente, sus dirigidos salvaron la categoría y los dirigentes le renovaron la confianza para esta temporada.

Al contrario que en Austria o Moldavia, en Polonia no había ninguna racha a romper. El dominio alternativo que durante mucho tiempo ostentaron el Lech Poznan y el Legia Varsovia ya lleva unos años desfalleciendo (en la liga 2022/23 el campeón fue el Raków Czestochowa), pero nadie podía imaginar que el humilde club de Bialystok, una ciudad del este situada a 60 kilómetros de Bielorrusia, podía quedarse con el título.

Con tres españoles en sus filas, dos de ellos incorporados esta temporada, un portugués y un angoleño-francés como centrodelantero, Siemieniec se las ingenió para armar un equipo con una tremenda voracidad ofensiva que suma 7 u 8 jugadores en cada acción de ataque, con desmarques constantes y un estratega -el español Jesús Imaz- como director de la orquesta. La consecuencia fueron la conquista de 77 tantos en 34 encuentros , repartidos de manera “democrática” entre atacantes, volantes e incluso laterales. De hecho, fue esa capacidad de sacudir redes rivales la que le dio el campeonato, definido por diferencia de goles (+32 contra +18) frente al Slask Wroklaw, otro outsider.

Con un nombre que recuerda a una dinastía de monarcas polacos de origen lituano, el Jagiellonia se dio el gran gusto de festejar a lo grande por primera vez en sus 104 años de vida y sumarse a la lista de sorpresas de una temporada europea que será recordada por las rachas y los moldes que quedaron hechos trizas en el camino.