Oussama Idrissi, la figura de la Liga MX que nadie vio venir: es una garantía de espectáculo

Nadie vio venir a Oussama Idrissi como estrella emergente en la Liga MX. El extremo de Pachuca se está dando un festín en el futbol mexicano a punta de golazos, jugadas de lujo, inventos que sus rivales sufren y el resto de aficionados disfrutan. La pregunta ya es inevitable: ¿cuánto tiempo va a durar en la Bella Airosa? Los Tuzos son expertos en captar talento y luego venderlo en cifras millonarias y con Idrissi el plan puede salir muy bien.

Nacido en Países Bajos y con ascendencia marroquí, Idrissi llegó a México para el pasado certamen de manera discreta. Sólo jugó siete partidos, pues llegó con el torneo empezado. No fue el suyo un nombre que haya acaparado grandes reflectores. El Pachuca lo adquirió luego de que quedara libre del Sevilla, equipo que nunca pudo explotar el talento de este hábil delantero y durante tres años lo cedió a tres clubes diferentes: Ajax, Cádiz y Feyenoord (ahí mostró más de qué estaba hecho). No es raro, en los últimos años, que vengan jugadores europeos a México. Más bien, lo raro es que, como ha hecho Gignac en Tigres, ofrezcan resultados redituables, y que tengan un impacto tan rápido.

Así lo hizo Idrissi. Su calidad se dejó ver desde los primeros partidos del Clausura 2024 y formó instantáneamente una dupla letal con Salomón Rondón, delantero venezolano de 34 años, que vino a la Liga MX a algo más que ver el tiempo pasar, como sugerían las críticas tras un paso estéril por River Plate. Uno es el líder de goleo, Rondón, con siete goles, y el otro, Idrissi, líder de asistencias, con seis. Pero no es lo numérico lo que ha sorprendido de estos dos, y en particular de Idrissi. Ha sido, en cambio, la calidad en su juego la que ha deslumbrado hasta a los más escépticos.

Se goza de cada partido: regatea, hace como que va a arrancar, frena, mete un amague, dispara, juega de taconazo, construye un autopase. Su juego es una caja de sorpresas: no sabes cuál será su siguiente truco. Y, claro, eso es un dolor de cabeza para los rivales, pero un deleite para los aficionados neutrales. Todo Pachuca está ofreciendo un torneo que supera las expectativas que de ellos se tenían al comienzo de año. Es un equipo joven con tres pilares dentro del campo: Idrissi, Rondón y Erick Sánchez; y otro pilar en el banquillo: Guillermo Almada, un entrenador con una capacidad impresionante para hacer competitivos a sus jugadores.

Su goleada de 6-0 contra Philadelphia Union, octavos de final de Concachampions, fue una cátedra de futbol eléctrico, perfectamente cohesionado y con un vértigo que podría hacer sufrir a cualquiera. Fue una goleada categórica para poner las cosas claras: Pachuca quizá no sea el favorito a campeonear, pero nadie querrá cruzarse con ellos. Ya en este torneo, a nivel liga, vencieron a Cruz Azul y América, y perdieron 2-3 contra Rayados de Monterrey —los tres mejores equipos del certamen—. Son un hueso muy difícil de roer. Marchan en el cuarto lugar del campeonato, calificados virtualmente a la Liguilla directa, con 22 puntos.

En Pachuca están conscientes de que Oussama Idrissi se les puede ir en cualquier momento. Así lo expresó Alfredo Altieri, director deportivo del club, a ESPN el mes pasado. “Hay que disfrutarlo el tiempo que esté aquí. Es un tremendo jugador, con mucho talento, un gran ser humano que está adaptando al grupo, cuerpo técnico, al día a día de la institución, a los jóvenes que tenemos y ojalá que se quede mucho tiempo. No será fácil (retenerlo)”, señaló.

Mientras eso se define, los Tuzos aprovechan su futbol y apuntan a firmar un torneo sólido, con la esperanza de buscar la sorpresa en la Liguilla o dar un batacazo en la Concachampions. Todo se puede con una dupla ofensiva que era imposible de imaginar hace unos meses y que ellos hoy convirtieron en motivo para encender el televisor o acudir al estadio.

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