El Orgullo de Jerusalén reivindica liberar a los rehenes y deja a Gaza en un segundo plano

Jerusalén, 30 may (EFE).- "No hay Orgullo, mientras siga el genocidio" se lee en la pancarta que sujeta con fuerza Michel, un joven árabe israelí, de 30 años, que por quinto año consecutivo participa en el desfile del Orgullo en Jerusalén que se celebró este jueves mientras la ofensiva israelí sigue sumando muertos y dejando una Franja de Gaza devastada.

"Echo en falta más apoyo hoy aquí, tanto a la comunidad LGTBI palestina como a mi pueblo, ¿de qué nos sirve reivindicar derechos humanos, mientras en Gaza hay un genocidio?" explica Michel a EFE s la vez que lamenta que Israel coarte la libertad de expresión de aquellos que critican su guerra en el enclave.

"Yo sé que si hablo en determinados sitios me pueden detener", agrega.

Bajo el lema "Nacido para ser libre", unas 10.000 personas, según datos de los organizadores, participaron en el desfile de Tierra Santa, custodiada por unos 2.000 agentes de la policía, y encabezada por el Foro de los Familiares de los rehenes, el grupo creado por israelíes que tienen a sus seres queridos cautivos en Gaza por Hamás más de siete meses

La iniciativa de celebrar este año un único desfile del Orgullo LGTBQ+ en Jerusalén para recordar a los rehenes fue propuesta por el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, tras decidir cancelar la marcha de la capital israelí por la guerra en Gaza.

"Este no es momento de celebraciones”, escribió Huldai en la red social X.

"Creo que ahora mismo en Israel todos pensamos que lo más importante es que regresen a casa los rehenes y en Jerusalén entendimos que eso tenía que formar parte de la marcha de esta año", cuenta a EFE, Ohar un israelí de 27 años rodeado de banderas israelíes y de la comunidad LGTBQ+.

Jerusalén, una ciudad cada vez más religiosa

Shira Rosenbaum, de 30 años, explica a EFE que como mujer lesbiana no falta a la cita del Orgullo ningún año junto a su madre, también del colectivo, y este año con el estallido de la guerra en Gaza todavía tenia una mayor importancia.

"Es difícil ser mujer, lesbiana y secular en una ciudad como Jerusalén que cada día es más religiosa, se podría decir que no siempre podemos llevar la vida que queremos", lamenta Rosenbaum.

En este sentido, Ohar recuerda que la "igualdad que hay en Israel está todavía muy lejos de la que hay en Occidente" y que, con el actual Gobierno israelí, el más derechista de la historia del país, su lucha se ve más necesaria que nunca.

"Algunas personas del actual Gobierno israelí están intentando romper el camino que hemos construido la comunidad LGTBQ+, pero seguiremos luchando", manifestó este joven israerlí.

Al mismo tiempo y en un parque cercano, tuvo lugar la habitual contramanifestación convocada por el grupo ultranacionalista Lehava, conocido por sus actos violentos y su retórica homófoba, para mostrar su rechazo a la celebración del orgullo.

Ministros israelíes abiertamente homófobos

De hecho, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista y colono Itamar Ben Gvir, fue abucheado por parte de los manifestantes cuando se dejó ver al principio del desfile al que acudió para "asegurarse de que todo estaba en orden".

Ben Gvir, de profesión abogado, también defendió legalmente a un judío ultrarreligioso y homófobo que en 2016 fue arrestado por sospechas de intentar llevar a cabo un ataque contra la marcha en Jerusalén, y que era hermano de Yishi Schlissel, extremista ultraortodoxo que en el desfile de 2015 apuñaló y mató a Shira Banki, una adolescente de 16 años que participaba de la marcha.

El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, también quiso acudir al inicio de la marcha recordar que “el amor, la esperanza y el orgullo ganarán".

“Ningún grupo ha logrado jamás sus derechos sin luchar, ni las mujeres, ni los negros, ni los judíos, ni las personas LGBT”, aseveró Lapid.

La Asociación para la Igualdad LGBTQ en Israel publicó un reciente informe en el que alerta que en el año pasado al menos se registraron 1.063 incidentes violentos contra miembros de la comunidad gay.

Núria Garrido Gómez y Jorge Dastis

(c) Agencia EFE