Cuando las Olimpiadas daban medallas al arte y la literatura

¿Pruebas artísticas y literarias en los Juegos Olímpicos? Si bien existieron entre 1912 y 1948, ya nadie se acuerda de ello. A tres meses de París 2024, les contamos esta historia olvidada.

“Finalmente, un último elemento: la belleza, a través de la participación en los Juegos, de las Artes y el Pensamiento. ¿Acaso podemos celebrar la fiesta de la primavera humana sin invitar al Espíritu?”, expresaba en 1935 Pierre de Coubertin al definir su concepción filosófica de los Juegos Olímpicos modernos.

“No cabe duda de que el Espíritu domina; el músculo debe seguir siendo su vasallo, pero a condición de que se trate de las formas más elevadas de la creación artística y literaria y no de esas formas inferiores a las que una licencia cada vez mayor ha permitido multiplicarse hoy, en gran detrimento de la Civilización, de la verdad y la dignidad humanas y de las relaciones internacionales”, proseguía Coubertin.

Pruebas inspiradas en el deporte

El hecho es que, entre 1912 y 1948, hubo pruebas de literatura, pintura, escultura, arquitectura y música, eso sí, inspiradas en el deporte. Las pruebas fueron evolucionando, y el número de participantes en busca de una medalla de oro fue creciendo.

Hoy en día, todos nos hemos olvidado del asunto. Todos, o casi: Louis Chevallier, autor del libro Les Jeux Olympiques de littérature (Los Juegos Olímpicos de literatura, editorial Grasset), recuerda en RFI que “Coubertin no veía los Juegos Olímpicos como meras pruebas atléticas, sino que quería convertirlos en algo sagrado, al estilo de la Antigüedad, y para él era esencial implicar a escritores y artistas”. Si bien Coubertin era campeón de tiro, también procuraba escribir.

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