La obra indígena guatemalteca Rabinal Achí lucha contra la barrera del idioma
Rabinal (Guatemala), 23 ene (EFE).- Con la esperanza de prevalecer sobre las invasiones de otras culturas, idiomas y costumbres, inició este jueves en Guatemala la serie de presentaciones de la música, danza y teatro indígena maya guatemalteca del Rabinal Achí, al norte del país centroamericano con motivo de la feria patronal de San Pablo.
El espectáculo es una representación artística de un drama dinástico cuyos orígenes se remontan al siglo XV y que cientos de años después, se mantiene en escena en el poblado de Rabinal, a unos 88 kilómetros de distancia de Ciudad de Guatemala, en el norteño departamento de Baja Verapaz, una zona predominantemente indígena q'eqchi', poqomchi' y achí.
Persiste, además, como una tradición ancestral que lucha en contra de las invasiones: primero derrotó la invasión española en el siglo XVI y luego, ante una serie de factores externos, se mantiene vigente entre los jóvenes pese a las "distracciones" que ofrecen los medios, las redes sociales y la televisión.
Uno de los actores principales de la puesta en escena es Wilfredo Iboy Morales, que representa al K'iche' Achí, el antagonista de la obra.
Iboy, honrado por vestir los coloridos trajes y las máscaras típicas del baile, subraya la "importancia de mantener nuestra cultura viva", la cual "no se dejó invadir por nadie".
Ni otras "federaciones mayas que estuvieron antes de la invasión española, ni los españoles nos evangelizaron durante la invasión", dijo a Efe Iboy, quien enfatizó que "lo que sí es difícil" para las nuevas generaciones "es (superar) la barrera del idioma, porque (ahora) estamos siendo invadidos por los medios de comunicación, la prensa, la radio, la televisión, los celulares".
En su opinión, la niñez y juventud de Rabinal está "interesada" en ese "acceso a culturas diferentes porque tienen los medios de difusión. Eso es lo más difícil (para preservar la tradición del Rabinal Achí), pero nosotros aquí estamos".
De la resistencia contra las invasiones está escrita el Rabinal Achí, la "representación de una guerra", describió Iboy, en la que la Federación K'iche' quería expandir su dominio sobre Rabinal, pero el príncipe Rabinal Achí opuso resistencia para impedirlo".
El príncipe K'iche' Achí, el invasor, fue capturado y llevado al palacio principal donde fue juzgado y condenado, aunque "se le brindaron sus derechos humanos, respetando la vida como prisionero y su rango militar", detalló Iboy momentos antes de iniciar la presentación de la obra este jueves.
Otros personajes de la puesta en escena son el rey de Rabinaleb’, Job’Toj; y su sirviente, Achij Mun Achij Mun Ixoq Mun, que tiene rasgos a la vez masculinos y femeninos; la madre de las plumas verdes, Uchuch Q’uq’ Uchuch Raxon; trece águilas y trece jaguares que representan los guerreros de la fortaleza de Kajyub.
Antes del desfile, Rabinal se concentra. El pueblo vive una serie de acontecimientos alrededor de la feria de San Pablo para preparar la festividad anual. La mañana inicia con una danza en honor a los caídos, a los abuelos y por el respeto a los ancestros que danzaron antes.
Iboy, reflexivo, dijo que "solo cuando llega a la madurez" es cuando la gente "vuelve a buscar sus raíces" y coincidir en esa búsqueda cultural representada como máxima tradición en el Rabinal Achí.
"Para mí es un legado que no tiene precio. Cuando yo relato me dan ganas de llorar porque es una bendición haber nacido en Rabinal", comentó.
La obra centra las miradas en Rabinal, un pueblo que también fue golpeado duramente por el conflicto armado guatemalteco que enfrentó a la guerrilla y al Ejército, que consideró como enemigo interno hasta a las poblaciones indígenas no combatientes que apoyaban la insurgencia.
Más de 200.000 víctimas, 45.000 desaparecidos y un millón de desplazados internos dejó esta guerra vivida en el país entre 1960 y 1996, con 93 por ciento de las víctimas atribuidas al Estado y grupos paramilitares, un 3 por ciento a los guerrilleros y el resto sin identificar.
El Rabinal, además, no lo es todo, según el jefe de la Cofradía de San Pablo en Rabinal, Santos López Chen, de 73 años, quien está entusiasmado por la preparación previa que hubo y que comenzó el 6 de enero con "la primera novena", otros bailes tradicionales y la comida que abunda en esta fecha.
"Es una tradición que genera motivación a todas las personas que vienen, envuelven tamales y trabajan juntos para todos", concluyó.
Esteban Biba y Emiliano Castro Sáenz
(c) Agencia EFE