Nicola Zalewski: el golden boy polaco que nació en Italia, descubrieron dos leyendas del fútbol y José Mourinho lanzó a la fama
Polémico, cáustico, egocéntrico, pero también perfeccionista, obsesivo y protector de quienes lo rodean, José Mourinho es uno de esos personajes indispensables para entender el fútbol de este siglo. El juego de sus equipos puede gustar más o menos, sus actitudes son muchas veces reprochables y desagradables pero nadie puede negarle conocimiento y trabajo. Se equivoca, como todos, pero cuenta con un amplio bagaje de aciertos. El último tiene nombre italiano y apellido polaco. Se llama Nicola Zalewski, nació hace 20 años en Tívoli, apenas a 33 kilómetros de Roma, y se apresta a debutar en un Mundial en el que la azzurra, curiosamente, estará ausente.
En 1989 aún no había caído el muro del Berlín y Krzysztof Zalewski, crítico del régimen soviético imperante en Polonia, se negaba a cumplir con el servicio militar. La solución para evitarlo fue salir del país. Lo hizo junto a Ewa, su compañera. El destino elegido fue Italia y allí nacerían sus hijos, Jessica en 1992 y Nicola una década más tarde.
Así juega Nicola Zalewski
Fue papá Krzysztof el que mantuvo intacto el orgullo por su lugar de origen y lo transmitió a su descendencia. “Tenía la posibilidad de jugar para Italia pero me siento cien por cien polaco como el resto de mi familia”, explicó alguna vez el chico que considera a Mou su guía, porque fue quien le dio el espaldarazo para disfrutar de un presente impensado hace apenas unos meses.
Nicola debió tomar la decisión sobre su futuro como internacional de manera prematura, a los 15 años. Bruno Conti, una leyenda del Calcio, lo había llevado a las categorías infantiles de la Roma cuatro años antes, y allí lo “descubrió” otro mito giallorosso, Zbigniew Boniek. Y a su manera, ninguno de los dos dejó que se les escape. El puntero derecho campeón del mundo en España 82 se aseguró que llegara a Primera con el club de la capital; su ex compañero en Roma y figura de Polonia en esa misma edición de la Copa del Mundo, lo ató para siempre a la selección que hoy lidera Robert Lewandowski.
También fue Krzystof quien apoyó desde el principio la carrera de un chico que demostró ser diferente al resto en cuanto pisó los campos de entrenamiento de la Roma. “Su calidad técnica me impresionó desde la primera vez que lo vi, porque a su edad eludía a los adversarios en el movimiento de control de la pelota, casi sin recurrir al dribbling para dejarlos en el camino”, recuerda Fabrizio Piccareta, que dirigió a Zalewski en la categoría sub17.
Pequeño de estatura -1,74 metros-, rápido y escurridizo, Nicola por ese entonces ya había demostrado sus habilidades en las selecciones juveniles polacas y comenzaba a hacerlo en el equipo Primavera de la Roma. Diestro puro, encontró su posición más cómoda sobre la izquierda, tal como mandan los cánones en este tiempo. “Su mejor arma es el enganche hacia adentro, arrancando como extremo o volante exterior y terminando casi como trequartista (enganche)”, explica Piccareta, quien sin embargo augura que en un futuro no muy lejano Nicola acabará siendo mediocampista ofensivo o segundo delantero “porque su juego pide tener más participación en la elaboración”.
“Estamos listos”, el posteo de Zalewski al llegar a Qatar con Polonia
Por ahora, no es la idea de Mourinho. Cuando en mayo de 2021 el técnico portugués aterrizó en Trigoria, Zalewski solo había tenido una mínima aparición de diez minutos en Primera (le alcanzaron para darle un pase de gol a Borja Mayoral) y seguía alternando presencias entre el banco de los mayores y el equipo B del club.
Le gustaban a Mou las habilidades técnicas de Il Bambino, como lo bautizó, tanto como le molestaba su escasa dedicación defensiva. Comenzó así un paciente trabajo para ir moldeando al jugador que necesitaba sumar al engranaje del conjunto. Empezó a considerarlo a punto el 19 de febrero de este año, cuando lo hizo ingresar por el uruguayo Matías Viña en el entretiempo de un partido frente al Hellas Verona que la Roma perdía 2-0 y acabó igualando 2-2. Aquel día Zalewski estrenó la nueva función que le “inventó” Mourinho: carrilero por izquierda con toda la banda para él. A la semana siguiente, contra La Spezia, ya fue titular y nunca más salió del equipo, más allá de algunas actuaciones decepcionantes y su poca relación con el gol.
Zalewski, con el trofeo al Golden Boy de la Roma 2022
El cambio de rol de Nicola no le pasó inadvertido a Czeslaw Michniewicz, el entrenador de Polonia. El “ahijado” de Boniek había debutado de manera fugaz en la selección durante unos pocos minutos ante San Marino en septiembre de 2021, justo para cumplir el sueño de Krzystof, su padre, quien falleció tres semanas más tarde. Después, no volvió a aparecer en las convocatorias hasta que en enero de este año Michniewicz percibió que necesitaba a alguien que rompiera la monotonía del ataque del equipo y alimentara la capacidad goleadora de Lewandowski y Arkadiusz Milik. En junio le dio la titularidad como volante por izquierda y el rubio con cara de niño a quien los hinchas europeos otorgaron el premio Golden Boy 2022 como mejor joven de la temporada no lo decepcionó.
Qatar es la próxima escala. El Tottenham o el PSG, que siguen sus pasos, quizás sea la siguiente. El camino de Nicola Zalewski acaba de comenzar...