Los musulmanes de Ucrania, entre el Ramadán y la defensa contra el agresor
Leópolis (Ucrania), 30 mar (EFE).- Los musulmanes ucranianos celebran el Ramadán tanto en el frente como en zonas más alejadas, pero sufren la experiencia de la guerra como el resto de sus compatriotas, contribuyen a la defensa contra la agresión rusa y esperan solidaridad del resto del mundo musulmán.
"El Ramadán consiste en hacer buenas acciones", explica a EFE el imán Murat Suleymanov, jefe de la Administración Religiosa de los Musulmanes de Ucrania "Ummah" y del centro cultural islámico Muhammad Asad de Leópolis.
En las clases donde normalmente se imparten clases de literatura islámica e idiomas hay grandes bolsas con productos y alimentos para quienes lo necesiten.
Las mesas están dispuestas en filas, a la espera de las decenas de musulmanes que se reunirán aquí cuando el sol está a punto de ponerse, señalando el final de su ayuno de hoy.
El centro atiende a la comunidad musulmana local, que contaba con unas 5.000 personas antes del inicio de la invasión rusa, hace más de un año.
En el armario de Suleymanov, entre los libros, hay un balón de fútbol. Suleymanov sonríe al recordar los apasionados partidos que se organizaban antes de la guerra, entre jóvenes musulmanes, en su mayoría estudiantes extranjeros de las universidades locales.
"La última vez recibimos catorce equipos con jugadores de Egipto, Burkina Faso, Siria, de todo el mundo, así como tártaros de Crimea y ucranianos", explica.
Ahora no se sabe cuándo podrá celebrarse de nuevo un torneo como aquel. Todos los esfuerzos están depositados en repeler la invasión rusa. "La guerra consiste en defender nuestros hogares y familias", explica Suleymanov.
Las regiones del este y el sur de Ucrania, donde vive la mayoría del millón de musulmanes del país, son las más afectadas también para esta comunidad religiosa. Se destruyeron mezquitas en Severodonetsk y Bajmut, y muchos musulmanes tuvieron que huir de sus hogares en Jarkov, Jersón y Zaporiyia.
Muchos se han alistado en el ejército, entre ellos Said Ismagilov, el anterior director de "Ummah".
"Es nuestro deber. El Islam enseña a los hombres a ser valientes y proteger su patria", explica Ismagilov a EFE mientras se toma una pausa de sus quehaceres. Ismagilov, auxiliar médico, ha estado evacuando a soldados ucranianos heridos de Bajmut.
Tras huir de Donetsk después de que Rusia se hiciera con el control de facto de parte de la región, en 2014, Ismagilov visitaba regularmente el frente para prestar asistencia espiritual a los soldados musulmanes. Desde el primer día del inicio de esta invasión, tuvo claro que esta vez debía tomar las armas, ya que estaba en juego la supervivencia del país.
Ismagilov subraya que los musulmanes ucranianos también luchan para evitar la represión que un poder ruso probablemente acarrearía para Ucrania: "Es difícil encontrar otro país en el mundo donde los musulmanes sean tan maltratados y odiados como en Rusia", afirma.
Los rusos practicaron la represión contra los tártaros musulmanes en la Crimea anexionada. Miles de ellos han tenido que huir de su tierra. Sus fuerzas especiales "destruyeron físicamente" a los líderes independientes en Ucrania y tomaron el control total de la vida religiosa, explica Ismagilov.
Subraya que, tras haber reprimido las luchas por la soberanía en Tartaristán y el Cáucaso Norte, Rusia está utilizando a su población como "carne de cañón" en el intento de conquistar nuevos territorios.
"Es una pena que, en lugar de luchar por su libertad, los musulmanes rusos dejen sus huesos esparcidos por Bajmut", afirma Ismagilov.
Ismagilov intenta explicar a musulmanes de todo el mundo que Rusia niega a los ucranianos el derecho a existir como nación independiente. La única solución es derrotar contundentemente a Rusia para que no pueda iniciar otra guerra contra Ucrania u otro país, afirma.
A veces parece una batalla cuesta arriba. Ismagilov hace lo que puede entre sus obligaciones militares a través de sus mensajes en Facebook y YouTube, donde aparece leyendo el Corán en voz alta o refutando la propaganda rusa desde la línea del frente.
Aunque califica la situación en Bajmut de "persistentemente difícil", Ismagilov mantiene la calma: "El Islam enseña que si un guerrero muere protegiendo su hogar, irá al paraíso. Los agresores irán al infierno".
Rostyslav Averchuk
(c) Agencia EFE