Mundial de rugby: cómo es la ciudad con un toque argentino en la que los Pumas quieren sentirse locales

La Baule, la ciudad que recibe la ilusión de los Pumas en la concentración previa al debut en el Mundial
La Baule, la ciudad que recibe la ilusión de los Pumas en la concentración previa al debut en el Mundial - Créditos: @Sasha64f

LA BAULE.– Tres grandes afiches de los Pumas reciben a los recién llegados en los andenes de la Gare de Nantes. Uno de Agustín Pichot durante el Mundial 2007, una infografía con Juan Fernández Lobbe en Inglaterra 2015 como protagonista, y otro de Bautista Delguy apoyándole un try a Gales en un test match de 2018. La ciudad donde brilló Jorge Burruchaga albergará a dos partidos del seleccionado argentino en Francia 2023. Una hora más tarde, el tren llega a esta pequeña ciudad balnearia. La cercanía con el Stade de la Beaujoire es uno de los motivos por los que la Argentina la eligió como búnker por 40 días, pero no es el único. Incluso, si los jugadores pasearan por el pueblo se encontrarían con una familiaridad inesperada.

Ayer, el plantel de los Pumas tuvo el día libre, el único en esta semana previa al debut ante Inglaterra, el sábado a las 21 en Marsella (las 16 de la Argentina). No hubo rastros felinos por los nueve kilómetros que abarca la playa, que incluye también las localidades lindantes de Pornichet (al sudeste) y Le Pouliguen (al noroeste) y que los locales promocionan como la más extensa de Europa. Una playa con poca extensión de arena en la costa, un mar planchado, con olas más dignas de un río que de un océano, y una temperatura propia del Atlántico. La Baule se extiende a lo largo de buena parte de esa bahía cóncava, pero apenas un par de kilómetros hacia el continente.

Las calles de La Baule
Las calles de La Baule - Créditos: @Pack-Shot

Internarse en tierra adentro equivale a entrar en un laberinto de calles irregulares, cubiertas de pinos que fijan las dunas sobre las que se erigió la ciudad a fines del siglo XIX, para evitar que se repitiera lo que ocurrió con la localidad de Escoublac, que había sido sepultada por la arena 100 años, antes como consecuencia de una violenta tormenta. Una fisonomía que recuerda a la de Pinamar, construida por el arquitecto Bunge a imagen de las playas de Europa, aunque no hay pruebas de que haya pasado por aquí. Incluso los edificios que dan al mar, art nouveau, apaisados, de no más de seis pisos, tienen una fisonomía similar. Como para que los Pumas se sientan más locales. La diferencia es que las casas tienen jardines menos extensos y predomina la arquitectura de estilo bretón: casas de piedra y madera, espigadas, con techos de teja puntiagudos.

La costa de La Baule, con poca arena, en la bahía que mira al Atlántico
La costa de La Baule, con poca arena, en la bahía que mira al Atlántico - Créditos: @Altitude Drone

Aunque sin el glamour de las playas del Mediterráneo, La Baule conserva su encanto y se ha convertido en uno de los lugares preferidos para veranear por parte de los franceses. Especialmente, cuenta François Lepaludier, responsable de Eventos Deportivos de la ciudad, desde que se implementó el tren directo desde París, que dos horas y medias te deja en la playa. “Muchos parisinos tiene su casa de veraneo aquí, e incluso vienen por más tiempo a partir del auge del teletrabajo”. Durante el verano, agrega, la población de 20.000 habitantes se multiplica por diez. Casi no se ven turistas extranjeros, aunque algunos hay.

El Stade de la Beaujoire: aquí jugarán los Pumas frente a Chile y Japón, en Nantes
El Stade de la Beaujoire: aquí jugarán los Pumas frente a Chile y Japón, en Nantes

Además de una ceremonia de bienvenida en el teatro local, que estuvo colmado, en que los 33 Pumas recibieron su cap mundialista, una tradición en cada Copa del Mundo, la alcaldía de La Baul preparó una serie de eventos alusivos a la Argentina durante todo el verano y en tanto se extienda la estadía del seleccionado. Clases de tango en la Place de la Victoire; una muestra con obras de Berni, Seguí, Ferrari y Ginzburg, entre otros, en el Museé Boesch; otra de Sergio Moscona en la capilla Sainte-Anne; una plaza de juegos alusivos al rugby en el club local.

El Rugby Club Baulois milita en el Fédérale 3, la séptima división del rugby francés. ¿Cómo es su camiseta? Celeste y blanca a rayas horizontales, como no podía ser de otra manera. Sus jugadores se entrenan en el moderno complejo deportivo Des Salines, mismo lugar donde los Pumas volverán a entrenarse hoy, ya con la mira puesta definitivamente en Inglaterra. Acaso no lo sepan, pero en esta misma ciudad estuvieron concentrados los ingleses durante el Mundial 2007. Terminaron llegando a la final.

Los Pumas durante la presentación del equipo, en Francia
Los Pumas durante la presentación del equipo, en Francia

La Baule, cuenta François, tiene una alta densidad de deportistas. El golf, el yachting y la equitación son los más practicados. También hay mucho tenis y el pádel está en auge. “Es una ciudad cheta”, dice en perfecto castellano: vivió un año en la Argentina y dos en España antes de volver a la cuna. De hecho, la presencia de Mustangs, Jaguars y Porsches denota la presencia de clase alta. Pero no es para nada excluyente. Hay de todo. Predomina la gente mayor, pero también se ven familias con hijos chicos y grupos de adolescentes.

Con temperaturas que rondaron los 30ºC y un cielo diáfano, la playa estuvo concurrida ayer, en un verano que no venía siendo muy benévolo con los bañistas. La llegada de los Pumas coincidió con la mejoría. Ahora les toca a ellos mimetizarse y hacerse locales en La Baule. Hay razones de sobra.