Mundial de rugby: 12.000 argentinos terminaron sufriendo el debut de los Pumas en Marsella

Los hinchas argentinos en el ingreso al estadio, cuando todo era expectativa
Los hinchas argentinos en el ingreso al estadio, cuando todo era expectativa - Créditos: @Pavel Golovkin

MARSELLA, Francia.- Las escaleras ubicadas al lado del Centro Comercial Prado se inundan de celeste y blanco. Faltan más de dos horas para el kick-off y en la calle detrás del ingoal que defendieron los Pumas en el primer tiempo hay una comunión argentina. Predominan las camisetas de los Pumas, aunque también las de Messi y Maradona en una marea celeste y blanca. Hay cánticos, los mismos que en Qatar 2022, y hay pocas banderas. Resalta una de Newman, con la leyenda “Montoya de Benavídez”, en alusión al capitán de los Pumas, que con 29 años empezó a jugar su tercera Copa del Mundo.

Mientras Ignacio Fernández Lobbe, Puma de Bronce en el 2007 y actual entrenador de Pampas y Argentina XV, ingresa al Stade Velodrome y la gente le pide fotos a Gonzalo Quesada, el máximo goleador argentino en Mundiales, el público canta y grita en las escaleras que dan acceso al estadio. Se calcula que aproximadamente 12.000 argentinos se agruparon para alentar a los Pumas en un estadio que vibró al compás de 61.188 espectadores. Muchos aprovecharon la fecha libre del rugby local, aunque hubo pocas camisetas de los clubes argentinos. Pero buena parte de los que se hicieron presentes están radicados en Europa, que aprovecharon la cercanía para alentar a los suyos. “Nos tomamos el fin de semana para venir a ver a los Pumas. Desde Barcelona estamos a cinco horas en auto. Vamos a ver los dos partidos del fin de semana”, cuenta Matías, que viajó con un grupo de amigos y este domingo estará en Sudáfrica-Escocia. Otro grupo de Barcelona, que no es tan seguidor del rugby, se acercó para acompañar. “No somos tan fanáticos del deporte, pero siempre que hay un seleccionado argentino cerca intentamos estar. Te hacen sentir como en casa de alguna manera”, sostiene Facundo, acompañado por cuatro amigos.

Una postal familiar con los colores argentinos
Una postal familiar con los colores argentinos - Créditos: @CLEMENT MAHOUDEAU

Colados entre los hinchas argentinos estuvieron Lucas Paulos y Facundo Bosch, dos que no pasaron el último corte y quedaron afuera de los 33 Pumas mundialistas. “En Francia quieren mucho a los argentinos y nos respetan. Somos muchísimos en el Top 14 y los clubes y la gente nos valora. Quieren que nos vaya bien”, expresó el hooker de Bayonne, que no tuvo minutos en el ciclo de Michael Cheika, pero participó de la gira con Argentina XV, el segundo seleccionado. “Los veo muy bien para el Mundial, creo que si hacen las cosas bien tienen buenas chances de llegar a las semifinales. Hice todo para estar, pero ahora es momento de apoyar a los chicos”, agregó Bosch, que regresó al estadio en el que fue campeón de Europa con la Rochelle en el 2021. “En Bayonne seguimos entrenando y tenemos los fines de semana libre, así que es un gusto estar acá. El Top 14 se reanuda recién cuando termine el Mundial”.

Fue una noche negra de los Pumas en Marsella. Una pesadilla que no podía imaginarse en los primeros minutos cuando se sucedieron el penal de Emiliano Boffelli y la temprana expulsión a Tom Curry. Los hinchas ingleses dominaron la escena y el Swing low Seet Chariot, un himno de la Rosa, retumbó en cada sector del estadio. Después de un comienzo con dudas, los hinchas se agrandaron ante cada golpe de Courtney Lawes, cada tackle de Ben Earl y cada pesca inglesa, que se impuso con autoridad en el punto de contacto. El combustible que necesitaba el equipo para sobreponerse a la crisis en la que estaba inmersa. George Ford fue el gran ovacionado, junto a Joe Marler, el carismático pilar que ingresó en la segunda etapa.

El público argentino pasó de la euforia a la desilusión. Se fue apagando a medida que el equipo no encontraba respuestas. Los Pumas no tuvieron ese contagio de adentro para afuera. El semblante de los jugadores fue de preocupación. Una ronda final liderada por Julián Montoya y rápido a los vestuarios, mientras un puñado de jugadores se quedó a saludar a la gente y Lucio Cinti intercambió camiseta con Manu Tuilagi. Un golpe al corazón del equipo, que tiene casi dos semanas para reaccionar y dar vuelta la página.

Eduardo Bello se acerca a saludar a familiares, luego de la derrota
Eduardo Bello se acerca a saludar a familiares, luego de la derrota - Créditos: @Daniel Cole