CORRECCIÓN: La misteriosa empresa con un pie en la Liga Premier

Las adquisiciones ocurrían tan rápido que era difícil seguir el ritmo. Un acuerdo para comprar el equipo de fútbol más antiguo de Italia. Una inversión en uno de los equipos más populares de Brasil. Participaciones en clubes famosos de Bélgica, Francia, Alemania y Australia.

La sociedad de inversión con sede en Miami, 777 Partners, que se apresuraba a adquirirlas, proclamaba cada nueva operación.

Luego, en septiembre, el grupo de inversión reveló su mayor operación hasta ese momento: un acuerdo para adquirir una participación mayoritaria en el Everton FC, un miembro fundador de la Liga Premier y uno de los clubes de fútbol más antiguos de Inglaterra.

De pronto, todo el mundo del fútbol había oído hablar de 777 Partners. Sin embargo, más allá de su nombre, se sabía poco de la empresa. Aseguraba tener 10.000 millones de dólares en activos, pero era tan hermética que era difícil verificar esa afirmación. A los socios potenciales les preocupaban las demandas contra la empresa. Una serie de cuentas no pagadas, algunas de apenas este mes, generaban más inquietud.

Ahora, al licitar por un puesto en la Liga Premier, 777 Partners se enfrenta a algo que había evitado: una evaluación forense de sus tenencias, sus finanzas y su descarado copropietario estadounidense, Josh Wander, quien en una entrevista reciente afirmó que “nadie había invertido” en el fútbol “más en serio” que él.

La oferta de su empresa por el control del Everton, una adquisición que con el tiempo requeriría cientos de millones de dólares en deuda asumida y otras obligaciones, no es algo seguro. La Liga Premier, la Federación Inglesa de Fútbol y un regulador independiente del gobierno británico, la Autoridad de Conducta Financiera, deben aprobar la propuesta del acuerdo, un proceso que es probable que tarde meses.

Lo que descubran podría tener consecuencias no solo para el futuro del Everton, un gigante caído y que pierde dinero, sino también para el resto de los equipos con problemas financieros de la red 777.

Lo que está en juego es tan importante para la Liga Premier, la cual intenta demostrar que puede supervisar las finanzas de sus clubes en medio de rumores de una regulación gubernamental, y para una economía mundial del fútbol que está interconectada y depende de la premisa simple de que los equipos pueden y quieren pagar sus cuentas.

Ninguna de las agencias públicas o futbolísticas que están evaluando en este momento a 777 Partners quiso hablar de su revisión ni de un calendario para su conclusión.

Wander, el cofundador y rostro público de la empresa, rechazó varias solicitudes para dar una entrevista para este artículo, aunque el sábado publicó en el sitio web de Everton una larga carta a los aficionados en la que reconocía que las noticias sobre los negocios de la empresa los habían desconcertado. No obstante, comentó que esas noticias eran “engañosas”.

“La verdad es mucho más aburrida que la ficción”, escribió.

“No somos vaciadores de activos ni inversionistas especulativos. Construimos y mantenemos negocios y tenemos la intención de mantener los clubes de fútbol en nuestra cartera a largo plazo”, escribió un vocero de 777 en un comunicado enviado por correo electrónico. En la carta a los aficionados, Wander escribió que iba a compartir “la contratación de jugadores, el análisis de datos y los recursos de desarrollo comercial” con los demás equipos del grupo.

Sin embargo, más de una decena de empleados actuales o antiguos, directivos de clubes y otras personas que han hecho negocios con 777 revelaron nuevos detalles y dudas sobre las fuentes de su financiamiento. Las personas pidieron que no se publicaran sus nombres debido a sus relaciones con la empresa.

En entrevistas, también compartieron detalles sobre obligaciones incumplidas y cuentas no pagadas y cuestionaron si la empresa cuenta con los recursos necesarios para gestionar una red mundial de clubes que arrastra cientos de millones de dólares en deudas y obligaciones.

Una adquisición exitosa del Everton elevaría a ocho el número de clubes en la cartera de 777. Los equipos de su cuadrilla actual son famosos: el Génova en Italia, el Hertha Berlín en Alemania, el Vasco da Gama en Brasil. Todos tienen distintos tamaños y ambiciones, pero compartían un tema común antes de atraer el interés de 777: todos estaban en crisis financiera.

En 2015, cuando fundaron 777 Partners, ni Wander, de 42 años, ni su cofundador Steve Pasko, un veterano de Wall Street dos décadas mayor que él, habrían sido considerados los típicos inversionistas en equipos deportivos. En aquel momento, las principales inversiones de la empresa estaban relacionadas con el mundo de los acuerdos estructurados, una industria opaca en la que los beneficiarios de anualidades a largo plazo, un resultado usual de reclamaciones de indemnización, se cobran a cambio de sumas globales de efectivo inmediato.

La empresa se diversificó con rapidez hacia otros sectores, como las aerolíneas de bajo costo y el financiamiento de litigios, según Gary Chodes, quien fue miembro del consejo de administración de una filial de 777 hasta 2017. Según Chodes, se fue de la empresa en buenos términos, pero la empresa que dejó tenía pocos negocios rentables. Por eso se dio cuenta de cuando 777 empezó a coleccionar equipos de fútbol y a comprometerse a asumir sus cuantiosas deudas mediante préstamos y otros pagos por adelantado.

“Si preguntara: ‘¿Hay algo misterioso en cómo Josh podría generar 750 millones de dólares para comprar un equipo deportivo a partir de los negocios que posee en 777?’… Respondería que sí hay algo misterioso”, opinó.

Sin embargo, mientras los ejecutivos de 777 han hablado de su ambición y de la escala de sus operaciones, algunas de las empresas que dirigen, incluidos sus equipos deportivos, han denunciado pagos atrasados relacionados con los calendarios de financiamiento acordados e incluso con gastos rutinarios de operaciones.

Por ejemplo, en Inglaterra, el presidente de la Liga Británica de Baloncesto, en la que 777 posee una participación del 45 por ciento, les escribió a sus fundadores el 6 de septiembre para advertirles que la liga corría el riesgo de caer en la bancarrota si la empresa no entregaba un pago atrasado de alrededor de un millón de dólares. Esos fondos llegaron en algún momento.

Según informó la revista de fútbol Josimar, en Bélgica, la falta de claridad respecto a las finanzas de 777 asustó tanto a los responsables de la concesión de licencias del fútbol belga que consideraron rechazar que la empresa siguiera operando el club de 125 años que posee, el Standard de Lieja. Con el tiempo, se llegó a un acuerdo y se le otorgó la licencia al equipo.

En Brasil, el Vasco da Gama esperaba con ansias un pago programado de unos 23 millones de dólares que vencía la misma semana en que la liga de baloncesto esperaba sus fondos. Sin el dinero, el Vasco no ha podido realizar los pagos pendientes a sus proveedores y a los equipos rivales que les debe de acuerdos pasados por jugadores. Cuando incumplió algunos de los pagos, el órgano rector del fútbol le prohibió al club fichar nuevos jugadores hasta que pagara sus deudas.

Por medio de su vocero, 777 aseguró que ya había entregado gran parte del dinero exigido en su calendario de pagos con el Vasco. También afirmó que iba “adelante de lo previsto” y “más allá de nuestro compromiso original” con la Liga Británica de Baloncesto. Sin embargo, para algunos terceros, los problemas recurrentes de dinero indicaban un ejercicio de malabarismo financiero más que el tipo de dueño sano y bien capitalizado que necesita un equipo de la Liga Premier.

Los registros judiciales revelan otros detalles sobre Wander, su empresa y el dinero. En 2012, el casino Bellagio demandó a Wander por no devolver un anticipo en efectivo de 54.500 dólares. En marzo, American Express acudió a los tribunales en busca de 324.000,89 dólares que se habían cargado a una tarjeta de crédito de 777 Partners. El vocero de 777 declaró que los dos asuntos se habían resuelto. Los documentos judiciales muestran que el reembolso al Bellagio estuvo pendiente durante al menos seis años.

Apenas la semana pasada, un antiguo socio de 777 en el negocio de las aerolíneas presentó una denuncia por fraude en contra de la empresa ante el Tribunal de Equidad de Delaware. Según la demanda, la empresa y una filial, Phoenicia LLC, “son parte de una red de empresas que 777 utiliza para mover dinero y activos con el fin de operar y ocultar una empresa fraudulenta en expansión”. Un vocero de 777 se rehusó a responder a la acusación, para lo cual citó una política de la empresa que impide ofrecer comentarios sobre litigios.

Según Keiran Maguire, académico de la escuela de Administración de la Universidad de Liverpool y especialista en finanzas del fútbol, más que alguna demanda, el patrón de pagos atrasados y postergados genera las mayores dudas sobre la idoneidad de 777 para dirigir el Everton. “Es una señal de alarma sobre un problema de liquidez que podría ser más importante o de una gestión incompetente”, afirmó.

c.2023 The New York Times Company