México vs Honduras y la magia de Concacaf: cuando un partido tan malo termina siendo divertido

México y Honduras hicieron lo inesperado: dar un partidazo. Eso fue lo que pasó anoche en el Estadio Azteca. Fue la vuelta de los Cuartos de Final de la Nations League. El primer partido había sido para los catrachos, que ganaron 2-0 en Tegucigalpa. Era sencillo prever cómo iba a ser la revancha: el Tri volcado al frente contra un rival que cuidaría su ventaja. Pero nadie hubiera anticipado la avalancha de emociones que dio sentido a este partido.

El equipo de Reinaldo Rueda, viejo lobo de mar, tuvo incluso dos ocasiones para irse adelante. Ambas fueron generadas por Anthony Lozano, pero ninguna acabó en gol. Luis Palma no las pudo definir. Palma, fino volante que juega en el Celtic de Escocia, había sido el mejor jugador del viernes pasado. En el Azteca desapareció por completo, en parte por el planteamiento de Rueda, en parte porque le faltó la sangre de quienes se vuelven ídolos en los partidos cumbre.

México encontró los espacios para hacer daño, pero le faltó el gol. Parecía un cuento vivido tantas veces: nadar hasta morir en la orilla. Pero al final del primer tiempo Luis Chávez volvió a marcar de tiro libre, su especialidad. Fue un hilo de esperanza para la segunda mitad. Algo era algo. Pero el partido ya tenía tintes dramáticos. Y eso se hizo evidente en el segundo tiempo. Ahí México acudió desesperadamente a la búsqueda del empate por todas las vías. Metió a César Montes de centrodelantero. Jorge Sánchez era un extremo más. Desde la banca emergieron Julián Quiñones y Santiago Giménez.

El portero hondureño Edrick Menjívar se visitó de héroe para dar sentido a la hazaña. Tapó todo lo que llegó hasta su arco. Su contraparte, Luis Ángel Malagón, también le quitó un gol cantado a Antonhy Lozano, el cual habría significado el 3-1 global, que obligaba a México a ganar por 4-1, debido al gol de visitante y su doble valor en caso de empate.

Los nueve minutos añadidos por el árbitro Iván Barton representaron una agonía total para ambos equipos. Honduras no podía más ni física ni futbolísticamente. México estaba desesperado porque ya había hecho de todo y el gol no se les daba. Ni Quiñones con una jugada que parecía letal ni Lozano con sus lances lejanísimos ni Montes con sus remates de nueve. Pelotas que iban y venían, que pasaban caprichosamente a un lado, que eran reventadas por la zaga. El Tri no veía el amanecer.

La visita hizo lo esperable en un contexto así: comenzó a ganar segundos de juego con caídas. Era el momento para ellos, jugar con la desesperación de México. Pero esos instantes fueron compensados por Barton, con todo y que los nueve minutos ya se habían cumplido en el cronómetro. Y ahí cayó el gol de México, con una serie de rebotes en el área y un remate final de Edson Álvarez. El gol hizo estallar de júbilo a un Estadio Azteca que ya tenía lista la rechifla. Y a los hondureños los hizo estallar de furia por el tiempo de más que se jugó —la prensa nacional no ha dudado en catalogarlo como robo—.

En los tiempos extras hubo más. Una entrada de Denil Maldonado sobre César Chino Huerta le costó a la H quedarse con diez jugadores. Fue una patada artera, que encendió más los ánimos sobre el campo, y que impidió a Huerta entrar libremente al área para buscar el gane. Llegaron los penales y otra vez el sufrimiento. Santiago Giménez reventó el arco con un izquierdazo fúrico. Róchez vio su penal ser atajado por Malagón.

Y el desenlace tuvo otro motivo más para el infarto. Huerta falló su penal en dos ocasiones, pero Menjivar se adelantó en ambas. El árbitro lo amonestó y ya tenía amarilla en el tiempo regular. Ni los colegiados sabían qué hacer: Barton ordenó que siguiera la tanda, mientras el asistente amagó con anunciar que Menjivar debía salir.

Finalmente Huerta metió su penal al tercer intento. Menjivar, cabe señalar, no debía ser expulsado, pues según el reglamento las tarjetas del tiempo regular y tiempo extra quedan anuladas en las series de penales. Honduras selló su eliminación con la falla de Andy Najar y ahora buscará el pase a la Copa América en el repechaje de marzo. México ha asegurado así su boleto a la justa continental y en marzo disputará las Semifinales ante Panamá, después de un partido de dudosa calidad, pero con entretenimiento de sobra.

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