Por qué los menores de 65 años están desarrollando esta afección cardíaca tan común

Los médicos suelen diagnosticar la fibrilación auricular mediante un electrocardiograma
Los médicos suelen diagnosticar la fibrilación auricular mediante un electrocardiograma

NUEVA YORK.– La fibrilación auricular, una cardiopatía frecuente que aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, afecta cada vez más la salud de las personas menores de 65 años.

Durante años, los expertos pensaron que la fibrilación auricular, un tipo de latido cardiaco irregular, sobre todo afectaba a las personas que tenían 65 años o más, y que lo más probable era que los jóvenes que la padecían no desarrollaran otros problemas cardiacos, según explicó Aditya Bhonsale, electrofisiólogo cardiaco del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.

Pero, en un nuevo estudio publicado el 22 de abril, Bhonsale y sus colegas analizaron los datos de más de 67.000 pacientes con fibrilación auricular que fueron tratados en el centro, de los cuales casi una cuarta parte eran menores de 65 años. Estos pacientes tenían un mayor riesgo de muerte que las personas que no padecían la enfermedad. Además, a menudo presentaban factores de riesgo de fibrilación auricular como hipertensión, obesidad y apnea del sueño, que podrían agravar los problemas cardiovasculares.

¿Qué es la fibrilación auricular?

En la fibrilación auricular, las cavidades superior e inferior del corazón no están coordinadas como deberían, lo que hace que el corazón lata de manera caótica, a veces demasiado despacio, a veces demasiado deprisa y a menudo con irregularidad. Las personas que padecen esta enfermedad pueden experimentar latidos agitados y palpitaciones.

Geoffrey Barnes, cardiólogo y especialista en medicina vascular del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, dice que con frecuencia atiende a pacientes que dicen: “Sentía como si mi corazón se acelerara” o “Sentía como si se saltara latidos”. A veces, las personas con fibrilación auricular también presentan falta de aliento y molestias en el pecho. Algunas personas tienen episodios ocasionales; otras experimentan latidos irregulares de manera continuada. A menudo, las personas no presentan síntomas y ni siquiera se dan cuenta de que padecen la enfermedad, según dijo Barnes.

Según los médicos, cada vez son más los pacientes que buscan atención médica porque sus relojes inteligentes detectan un latido irregular. Esto podría explicar por qué se diagnostica a un mayor número de personas jóvenes, aseveró Hugh Calkins, profesor de cardiología de Johns Hopkins Medicine. “Cuantas más pruebas se hagan, más cosas encontrarán”, indicó.

Los médicos suelen diagnosticar la fibrilación auricular mediante un electrocardiograma, tomando en cuenta los antecedentes médicos y familiares. En ocasiones, le dan a los pacientes un monitor portátil que deben usar durante un mes para detectar latidos irregulares.

La fibrilación auricular puede hacer que se formen coágulos en el corazón que se desplazan al cerebro y provocan accidentes cerebrovasculares, incluso en pacientes jóvenes, explicó Bhonsale. Esta afección también puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia, así como de insuficiencia cardíaca. En el estudio, los investigadores descubrieron que las personas con fibrilación auricular menores de 65 años tenían un riesgo significativamente mayor de hospitalización por insuficiencia cardíaca, derrame cerebral e infarto de miocardio que las personas sin fibrilación auricular.

¿A qué se debe el aumento en adultos jóvenes?

Según Bhonsale, la fibrilación auricular también puede estar aumentando entre los adultos más jóvenes porque muchos de los factores de riesgo de esta afección, como las cardiopatías preexistentes y la diabetes, también están aumentando en ese grupo de edad.

Casi una de cada cinco personas que participaron en el estudio de fibrilación auricular también padecía apnea obstructiva del sueño, que es un importante factor de riesgo de la enfermedad. Durante la noche, las personas con apnea del sueño dejan de respirar y luego vuelven a hacerlo, por lo que les cuesta descansar bien. Esta afección, que a menudo no se diagnostica, está relacionada con diversos problemas cardiovasculares.

También hay una correlación entre la cantidad de alcohol que se consume y la probabilidad de desarrollar fibrilación auricular, según dijo Bradley Knight, director médico de electrofisiología del Instituto Cardiovascular Northwestern Medicine Bluhm. Fumar cigarrillos y vapear también están relacionados con un mayor riesgo de fibrilación auricular, indicó Barnes.

Aunque el ejercicio en general se asocia a un menor riesgo de afecciones cardíacas, el ejercicio de resistencia extrema, como maratones y triatlones, se relaciona con un mayor riesgo de fibrilación auricular, afirmó Calkins.

¿Cómo se trata la fibrilación auricular?

Los médicos trabajan con los pacientes para abordar los factores que aumentan las probabilidades de que se produzca una fibrilación auricular asegurándose de que, por ejemplo, una persona con apnea del sueño utilice una máquina de presión positiva continua en la vía respiratoria (CPAP, por su sigla en inglés) o ayudando a los pacientes a dejar de fumar. A veces, sobre todo en los pacientes más jóvenes, los médicos recomiendan un procedimiento denominado ablación con catéter, que se utiliza para eliminar tejido del corazón que puede estar ocasionando latidos irregulares.

Los médicos también podrían recetar anticoagulantes para reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, así como otros medicamentos para controlar los síntomas que pueden ayudar a regular la frecuencia y el ritmo cardiacos, explicó Knight. Aunque los medicamentos suelen ayudar a reducir la frecuencia y duración de los episodios de fibrilación auricular, “rara vez eliminan la fibrilación auricular”, añadió. El experto suele decirles a sus pacientes que la enfermedad es como la hipertensión arterial: hay que controlarla de manera continua.

“Si se te diagnostica fibrilación auricular a cualquier edad, pero sobre todo a una edad temprana, se te ha dado una gran oportunidad de decir: ‘Bien, ¿qué puedo hacer para controlar mejor mi salud y reducir las probabilidades de tener un problema más adelante?’”, dijo Barnes. “Casi lo veo como una llamada de atención”.

Por Dani Blum