En medio del ajuste de Milei, el deporte argentino llega a París preocupado por el futuro

El entrenador de voleibol argentino Jon Uriarte, ganador de la medalla de bronce olímpica como jugador en los Juegos de Seúl-1988, entrevistado por la AFP en Buenos Aires el 4 de junio de 2024 (Juan Mabromata)
El entrenador de voleibol argentino Jon Uriarte, ganador de la medalla de bronce olímpica como jugador en los Juegos de Seúl-1988, entrevistado por la AFP en Buenos Aires el 4 de junio de 2024 (Juan Mabromata)

Dos meses antes de su debut en los Juegos Olímpicos, la nadadora argentina Macarena Ceballos llega al centro deportivo estatal CENARD en Buenos Aires. Esta semana no podrá entrenarse allí porque el agua de la piscina está fría: "Se rompió la bomba", comenta.

"Son tres horas y media al día que esta semana estoy perdiendo", relata a la AFP Ceballos, de 28 años, elegida como la mejor nadadora sudamericana de 2023, que se está entrenando en un club de Villa Ballester, en las afueras de Buenos Aires.

La atleta cuenta que esto pasa "todos los inviernos" y confía en que las autoridades están trabajando para mejorar el CENARD, principal centro de entrenamiento para deportistas de alto rendimiento del país.

Este año, tanto el ENARD, ente a cargo del apoyo a atletas de elite, como la Subsecretaría de Deportes cuentan con el mismo presupuesto que en 2023 con una inflación de casi 300% interanual, como parte del severo plan de ajuste fiscal del presidente Javier Milei.

"En un país como la Argentina hoy, donde la gente no come, somos conscientes de que hay otras prioridades", señaló a la AFP Diógenes de Urquiza, director del ENARD desde enero.

Los apoyos económicos se enfocaron en aquellos deportistas clasificados o con chances de clasificarse a los Juegos Olímpicos de este año. "Creo que realmente es difícil que se puedan quejar porque les tratamos de dar todo", añadió.

Walter Pérez, ciclista ganador del oro en Pekín 2008 y presidente de la Comisión de Atletas olímpicos argentinos, reconoció el apoyo a los atletas clasificados.

Sin embargo, "después de París no se termina el deporte en la Argentina", advirtió a la AFP. "Habrá que ver la forma para tener más fondos para todo el deporte".

- ¿Y después de París, qué? -

A principios de mayo, la judoca Paula Pareto, oro en Río 2016, renunció a una de sus becas como entrenadora, tras la decisión oficial de recortar de 18 a cuatro los apoyos para atletas de su federación.

"Cuando sos atleta te exigen resultados, pero cada vez te dan menos", expresó en el canal TyC Sports.

Fundado en 2009, el ENARD se financiaba con un impuesto del 1% a los servicios de telefonía celular. El gravamen se eliminó en 2017 y desde entonces su presupuesto se redujo.

El ente otorga becas a cerca de 1.200 atletas y entrenadores que cobran en promedio 325.000 pesos (unos 350 dólares) mensuales.

El subsecretario de Deportes, Julio Garro, le respondió a Pareto con una publicación en X, donde consideró que sus dichos "opacaron y minimizaron el esfuerzo que hace el Estado Nacional".

Urquiza considera que "el deporte hoy lo que tendría que hacer es seguir trabajando y no traer ningún problema al gobierno con todos los problemas sociales que tiene, que son mucho más graves".

Macarena Ceballos dice que el lema de los deportistas argentinos podría ser "contra viento y marea", porque, a pesar de las adversidades, muchas veces logran buenos resultados, aunque sostiene que "debería haber una política de Estado para el deporte".

"Sabemos los montos de la beca porque están a la vista de cualquiera en la página web y sabemos que no es el sueldo básico ni nada, y vivimos de esto".

- Una red "única" -

Jon Uriarte, medallista en voley en Seúl 1988, afirma que "son muy pocos los deportes que están en condiciones de regirse por la mera condición del mercado y del lucro". Sostuvo que el país necesita un modelo propio porque "la red de clubes que sostiene el deporte argentino es única en el planeta".

Según un relevamiento oficial de 2021 hay unos 12.000 clubes y entidades deportivas en Argentina, que cumplen además un rol social.

"Una pelota de fútbol en Tartagal (pueblo del noroeste) vale oro, son chicos que salen de la droga", reconoce Diógenes de Urquiza.

Sin embargo, Uriarte, que fue entrenador de las selecciones de voley de Argentina y Australia, entiende que la gestión actual va en otra dirección. "El presidente ha sido muy claro en su campaña presidencial y en los primeros seis meses de gobierno, el Estado se retira. Lo tiene que resolver la sociedad civil, el privado (...) ¿Cuántos argentinos pueden pagarle la cuota del club a su hijo en este contexto?".

El entrenador plantea que podría articularse lo público y lo privado para que "los que más ganancias tienen a partir del deporte devuelvan un poquitito que va aplicado a otros lugares" y destaca que, en los clubes, los niños pueden desarrollar valores como la puntualidad, el respeto y el sentido del esfuerzo.

"Esa vivencia es fundamental para el proyecto de vida de adulto. Si no lo desarrollamos en el deporte, no lo vamos a desarrollar en otro lado, y estamos hipotecando generaciones".

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