Mariano Navone dio pelea, pero cayó ante Berrettini y se terminó su semana soñada en Marrakech

Mariano Navone cayó ante Matteo Berrettini
Mariano Navone cayó ante Matteo Berrettini

Mariano Navone peleó, pero se encontró con un rival que le impuso su experiencia y su talento. De esta manera, el argentino, que vivía unos días de ensueño, encontró un freno a sus ambiciones y quedó eliminado en las semifinales del ATP 250 de Marrakech, tras caer ante el italiano Matteo Berrettini por 6-7, (4-7), 6-3 y 6-2. El resultado le impidió a Navone meterse entre los mejores 50 del mundo, pero su actuación en estos días confirma que va por el buen camino.

Nacido en 9 de Julio hace 23 años, a Navone (60° del ranking) tuvo una muy buena semana, en la que consiguió triunfos resonantes, como el obtenido frente al suizo Stan Wawrinka (”Uno de mis héroes”, como lo definió), en los octavos de final. En la fase siguiente, se deshizo del australiano Alexsander Vukic (67°).

Mariano Navone perdió en tres sets frente a Matteo Berrettini
Mariano Navone perdió en tres sets frente a Matteo Berrettini - Créditos: @Captura de TV

Este sábado, sobre el polvo de ladrillo marroquí, tenía otro duro escollo frente a un jugador que si bien no pasa por su mejor momento, tiene mucha experiencia y talento. Berrettini fue número 6 del mundo hace menos de dos años y ostenta siete títulos de ATP. Ahora 135° del escalafón, muestra en su tenis que si se enfoca en el juego puede recuperar rápidamente el terreno perdido.

En el partido decisivo, programado para este domingo, Berrettini se encontrará con el polaco Hubert Hurkacz (10° del mundo), que dejó en el camino al chileno Christian Garín por 6-3, 3-6 y 6-3.

Pese a la derrota, el jugador entrenado por Andrés Dellatorre confirma que está afrontando una temporada de mucho crecimiento. Ya había avisado en febrero, cuando fue finalista en Río de Janeiro, donde cayó ante Sebastián Báez.

La aparición de Navone en 2024 ha sido tan fulgurante como sorpresiva. La temporada pasada, evidentemente, hizo un clic. Nunca había ganado Futures, la tercera categoría profesional, pero directamente obtuvo cinco trofeos del Challenger Tour, la segunda división del profesionalismo, y así se ganó un lugar entre los 120 mejores del circuito, estatus que le permitió lograr confianza y empezar a pensar en el añorado salto de jerarquía en el tour (en enero, en Australia, jugó la clasificación de un Grand Slam por cuarta vez; cayó en la primera ronda).