Marcelo Granitto: el coronel que no llegó a general y hoy está en el centro de las denuncias de espionaje ilegal
La figura del coronel retirado Marcelo Oscar Granitto quedó en el centro de la escena en el escándalo suscitado por la presunta existencia de una “mesa militar” en la Agencia Federal de Inteligencia (AF), que conduce Agustín Rossi.
Granitto está estrechamente ligado al exjefe del Ejército y hombre fuerte del aparato de inteligencia militar durante el kirchnerismo, el teniente general retirado César Milani, de quien fue su asistente personal. En 2015, Milani le concedió el grado honorífico de coronel mayor, luego del frustrado intento de lograr su ascenso a general de brigada. Eran tiempos en que Milani y Rossi estaban enfrentados en la interna kirchnerista y el entonces ministro de Defensa se negó a incluir a Granitto en la lista enviada al Senado para promover los ascensos en las Fuerzas Armadas.
El malabarista de la ilegalidad
Ese nombramiento como coronel mayor, que se aplica internamente en las Fuerzas Armadas a los oficiales que no acceden al grado superior luego de cinco años, fue más honorífico que efectivo, dado que el grado no existe como tal en el escalafón militar.
Granitto estudió en el Liceo Militar Juan Zeballos de San Martín, de Montevideo, donde residía en su adolescencia, dado que su madre era diplomática y prestaba servicios en la embajada argentina en Uruguay. Radicado ya en la Argentina, ingresó en el Colegio Militar de la Nación con la promoción 113, pero se retrasó un año y egresó en 1983 con la 114, que integraba el actual jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente general Juan Martín Paleo. Se formó en el arma de Comunicaciones y realizó la especialidad en Inteligencia.
Retirado del Ejército hace casi una década, tras la salida de Milani, el coronel Granitto fue incorporado como asesor y personal de consulta en el Ministerio de Defensa en diciembre de 2021, en virtud de un inciso de la ley del personal militar que contempla la posibilidad de una reincorporación. El retirado cobra como si estuviera en actividad, pero no asume tareas de mando. Es una figura reservada tradicionalmente para oficiales de reconocida trayectoria, que en los últimos años sumó la modalidad de favores políticos.
El militar fue convocado a fines de 2021 por la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares, que conduce el ingeniero agrónomo Sergio Rossi, primo del titular de la AFI. El actual ministro de Defensa, Jorge Taiana, no se pronunció sobre la situación de Granitto.
Además, desde hace unos años Granitto es gerente de GEN Consultores Asociados, una empresa dedicada a la “comercialización de servicios de consultoría integral empresaria para entidades públicas o privadas”.
Algunas fuentes castrenses le endilgan a esa empresa participación en operaciones de espionaje ilegal y denuncian que no todos los equipos de comunicación y unidades incorporadas por el Ejército en 2014, a través de fondos reservados de la entonces Secretaría de Inteligencia, destinados a reforzar la Dirección General de Inteligencia, llegaron efectivamente a la dependencia militar.
Otro antecedente señala a Granitto en tareas cercanas a la seguridad de los presidentes Néstor y Cristina Kirchner, al desempeñarse en 2007 como jefe de la Agrupación Seguridad e Inteligencia en la Presidencia de la Nación. Tanto Milani como Granitto se mueven hoy cercanos al Instituto Patria, según fuentes que conocen el Ministerio de Defensa.
Informe del CELS
Sobre el filo del segundo mandato de Cristina Kirchner, la principal resistencia al ascenso de Granitto a general no provino de la oposición, sino de las organizaciones de derechos humanos.
Un informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) fue clave para frenar la llegada de su pliego a la Cámara alta. El organismo que en ese momento conducía Horacio Verbitsky objetó su participación en el movimiento carapintada, especialmente en el alzamiento de Villa Martelli, bajo las órdenes del coronel Mohamed Alí Seineldín, en diciembre de 1988.
También se le atribuyó responsabilidad a Granitto en los hechos investigados por la Justicia sucedidos en la recuperación del cuartel militar de La Tablada, durante el intento de copamiento por parte del Movimiento Todos por la Patria (MTP), en enero de 1989, donde murieron varios integrantes de la organización que conducía Enrique Gorriarán Merlo. Por esos antecedentes, el CELS recomendó negarle la promoción a general.
Pese a ello, sin embargo, en virtud de su presencia en dependencia del Ministerio de Defensa, conservaría influencia en el área de Inteligencia del Ejército, que tiene su sede en el séptimo piso del edificio Libertador.
En el pedido de informes presentado ahora al Congreso, los legisladores de Juntos por el Cambio mencionan a Granitto como “operador de Milani” en el Ministerio de Defensa y en el Ejército y lo ubican entre los integrantes de la supuesta “mesa militar” en la AFI.
En la denuncia presentada en la Justicia se insiste en el “papel fundamental” que habría llevado adelante el coronel Granitto en el “armado de una organización de inteligencia paralela”, que habría organizado el hackeo de los chats del ministro de Justicia y Seguridad de la ciudad de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro, hoy de licencia.
“La denuncia de la oposición tendría que ser más consistente para no cometer errores, ya que hay que evitar el riesgo de estigmatizar a oficiales que cumplen debidamente tareas de inteligencia para la defensa nacional, a través de los circuitos legales. No todos son militantes ni actúan para favorecer a un sector”, alertaron voces castrenses experimentadas, al considerar que “es preferible que esa misión sea asignada a militares formados en esa especialidad y no que se encargue ese trabajo militantes de La Cámpora o personal inexperto”.